/ martes 20 de agosto de 2019

¿Hasta cuándo Winkler?

La falta de coordinación entre las autoridades policiacas y del ministerio público (que no son lo mismo), trae fuertes dolores de cabeza a los veracruzanos todos los días.

Hay que insistir porque es un tema que interesa sobremanera: la semana pasada, sin insinuaciones y de frente a los reporteros, el secretario de Seguridad Pública Hugo Gutiérrez Maldonado dijo, entre otras cosas que antes no se acostumbraba decir públicamente, que el ex gobernador panista, Miguel Ángel Yunes Linares podría, -dijo podría- estar implicado en el asesinato de la alcaldesa de Mixtla de Altamirano, Maricela Vallejo Orea.

Por esa razón exhortaba al Fiscal General del Estado, Jorge Winkler Ortiz, para que citara al ex mandatario y le pidiera su declaración respecto a esos hechos.

Dijo el Secretario que ese exhorto lo hizo con base en investigaciones que realizó la dependencia a su cargo, con personal especializado, por lo que el exhorto podría ser lo más recomendable para aclarar esos acontecimientos.

Cuando Winkler Ortiz se enteró de esa declaración, se supone que enfureció, porque se refería a quien ha sido su jefe desde hace muchos años y lejos de atender la recomendación, volteó la posición y mandó a citar al propio secretario de Seguridad Pública. Tal vez pensó que así podría retractarse.

La cita fue para el lunes pasado, entonces el secretario dijo que no iría, que su declaración la haría –apegado a la ley- por escrito.

Mientras tanto, Yunes Linares se ha de estar muriendo de risa, porque todo indica que en esta materia hace y deshace lo que quiere apoyado en sus aliados, cuando menos así se ve.

La reacción del Fiscal General del Estado, hace pensar obviamente que primero está su conveniencia, que obedece a los intereses de quien lo puso en el cargo y por eso su insistencia en mantenerse allí, con la esperanza de que los Yunes vuelvan al poder.

La sociedad veracruzana y el pueblo en general ve con desagrado todo ese proceder, porque tales diferencias en el gobierno estatal no son superficiales sino muy profundas y dejan a los justiciables en la indefensión, además de presagiar que así, difícilmente se podrá acabar con la corrupción, la violencia y con toda la delincuencia.

¿Hasta cuándo se va a aguantar a este Fiscal vengativo, que solo vela por sus propios intereses, mientras la impartición de justicia cada vez es más difícil de lograr; cuando sabiendo que ya no es su tiempo político, él mismo debiera irse y rescatar un poco de dignidad?

La falta de coordinación entre las autoridades policiacas y del ministerio público (que no son lo mismo), trae fuertes dolores de cabeza a los veracruzanos todos los días.

Hay que insistir porque es un tema que interesa sobremanera: la semana pasada, sin insinuaciones y de frente a los reporteros, el secretario de Seguridad Pública Hugo Gutiérrez Maldonado dijo, entre otras cosas que antes no se acostumbraba decir públicamente, que el ex gobernador panista, Miguel Ángel Yunes Linares podría, -dijo podría- estar implicado en el asesinato de la alcaldesa de Mixtla de Altamirano, Maricela Vallejo Orea.

Por esa razón exhortaba al Fiscal General del Estado, Jorge Winkler Ortiz, para que citara al ex mandatario y le pidiera su declaración respecto a esos hechos.

Dijo el Secretario que ese exhorto lo hizo con base en investigaciones que realizó la dependencia a su cargo, con personal especializado, por lo que el exhorto podría ser lo más recomendable para aclarar esos acontecimientos.

Cuando Winkler Ortiz se enteró de esa declaración, se supone que enfureció, porque se refería a quien ha sido su jefe desde hace muchos años y lejos de atender la recomendación, volteó la posición y mandó a citar al propio secretario de Seguridad Pública. Tal vez pensó que así podría retractarse.

La cita fue para el lunes pasado, entonces el secretario dijo que no iría, que su declaración la haría –apegado a la ley- por escrito.

Mientras tanto, Yunes Linares se ha de estar muriendo de risa, porque todo indica que en esta materia hace y deshace lo que quiere apoyado en sus aliados, cuando menos así se ve.

La reacción del Fiscal General del Estado, hace pensar obviamente que primero está su conveniencia, que obedece a los intereses de quien lo puso en el cargo y por eso su insistencia en mantenerse allí, con la esperanza de que los Yunes vuelvan al poder.

La sociedad veracruzana y el pueblo en general ve con desagrado todo ese proceder, porque tales diferencias en el gobierno estatal no son superficiales sino muy profundas y dejan a los justiciables en la indefensión, además de presagiar que así, difícilmente se podrá acabar con la corrupción, la violencia y con toda la delincuencia.

¿Hasta cuándo se va a aguantar a este Fiscal vengativo, que solo vela por sus propios intereses, mientras la impartición de justicia cada vez es más difícil de lograr; cuando sabiendo que ya no es su tiempo político, él mismo debiera irse y rescatar un poco de dignidad?