/ jueves 4 de agosto de 2022

Hay que celebrar esta ley

Ugur Sahin y Özlen Türeci son hijos de inmigrantes turcos que hoy radican en Alemania, son los creadores de la primera vacuna contra el coronavirus en el mundo y fueron en su momento, la única esperanza viva para salir adelante de esta pandemia.

Alguna vez le pregunté a alguien a quien admiro mucho que desde su perspectiva ¿por qué las personas que migraban a otro lugar se volvían más productivas? Recuerdo que me respondió con una idea muy sencilla, pero al mismo tiempo clara y real: porque no tienen otra opción.

Hace unos días se aprobó por el Congreso del Estado de Veracruz una reforma a la Constitución local, en su numeral 11, para efectos de permitir que las personas que hayan nacido fuera del territorio veracruzano, pero que tengan hijos nacidos en esta tierra y una residencia mayor a cinco años, pueden ser considerados veracruzanos y como tales aspirar al cargo más digno que puede pretender un habitante de este hermoso lugar. El espíritu del legislador y la esencia histórica y de formación de nuestro estado se reconoce y se plasma en una legislación que se celebra, pues regresamos a lo básico, regresamos a lo original, a reconocer que nuestro querido Veracruz es una tierra de emigrantes, aquí mismo llegaron africanos esclavos, libaneses, árabes, españoles (conquistadores y exiliados), italianos, franceses y solo en todo caso los pueblos originarios son los realmente veracruzanos.

Desesperada y sin rumbo la oposición ha llamado a esta inclusiva reforma la “Ley Nahle”, en alusión a la talentosa mujer que encabeza la Secretaría de Energía y que además, es la senadora por el estado de Veracruz más votada en la historia de esta propia entidad federativa, es decir, ya participó en dos contiendas electorales en nuestro estado, ya que antes había sido diputada federal, también por esta misma entidad, en aquella emblemática primera bancada del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). Ella como muchos hombres y mujeres en la historia, ha tenido que movilizarse para salir adelante, establecer una familia y construir una existencia propia, y en casos excepcionales con un impacto en una sociedad completa, muestra de ello es el gran logro de la Refinería Olmeca.

Sabemos del clasismo, y en algunas ocasiones racismo, que muestra la derecha en nuestro país en ocasiones colocándose en el extremo, como lo hace en esta ocasión, etiquetando una reforma que es acorde a nuestro tiempo, una reforma que incluye y que es justicia dinámica a la identidad de quienes migran a otro sitio con la legítima aspiración de mejorar su condición de vida, y en ocasiones la condición de toda una sociedad. Este sentimiento xenofóbico de la oposición obedece a su descontrol no solo local, sino nacional, aunado a lo dicho antes, un clasismo y racismo que los coloca cada vez más cerca de la extrema derecha, que nada bueno ha dejado en ninguna parte del planeta, pues representa lo peor de una corriente política. Es de celebrarse una ley de este tipo, es dignidad a quienes tienen la necesidad de movilizarse y es una circunstancia buena para nuestro estado abrir la puerta a muchos hombres y mujeres que viven esta situación, y que ahí se incluye tal vez la mujer más talentosa en la política de nuestro querido Veracruz, y ¿por qué no?, una de las mujeres más influyentes en materia de política energética en Latinoamérica.

Por donde lo veamos esta reforma tiene aportaciones de beneficio social, histórico y político. Cuando oímos Alemania pensamos en el Holocausto, causado por un partido político de extrema derecha que dañó a 6 millones de hermanos judíos, hoy y desde hace años esta nación se reivindica, hijos de inmigrantes turcos le dieron esperanza al mundo.

Hay que dejar que nuestro Congreso local nos siga dando esperanza a los veracruzanos, reivindicando la causa migrante al interior de nuestra entidad, no con dedicatoria, sino con justicia, que es el camino que estamos siguiendo para la paz social, recordando que el ave no es del nido en el que nace, sino del cielo en el que vuela.

(*) Diputado federal. Morena

Ugur Sahin y Özlen Türeci son hijos de inmigrantes turcos que hoy radican en Alemania, son los creadores de la primera vacuna contra el coronavirus en el mundo y fueron en su momento, la única esperanza viva para salir adelante de esta pandemia.

Alguna vez le pregunté a alguien a quien admiro mucho que desde su perspectiva ¿por qué las personas que migraban a otro lugar se volvían más productivas? Recuerdo que me respondió con una idea muy sencilla, pero al mismo tiempo clara y real: porque no tienen otra opción.

Hace unos días se aprobó por el Congreso del Estado de Veracruz una reforma a la Constitución local, en su numeral 11, para efectos de permitir que las personas que hayan nacido fuera del territorio veracruzano, pero que tengan hijos nacidos en esta tierra y una residencia mayor a cinco años, pueden ser considerados veracruzanos y como tales aspirar al cargo más digno que puede pretender un habitante de este hermoso lugar. El espíritu del legislador y la esencia histórica y de formación de nuestro estado se reconoce y se plasma en una legislación que se celebra, pues regresamos a lo básico, regresamos a lo original, a reconocer que nuestro querido Veracruz es una tierra de emigrantes, aquí mismo llegaron africanos esclavos, libaneses, árabes, españoles (conquistadores y exiliados), italianos, franceses y solo en todo caso los pueblos originarios son los realmente veracruzanos.

Desesperada y sin rumbo la oposición ha llamado a esta inclusiva reforma la “Ley Nahle”, en alusión a la talentosa mujer que encabeza la Secretaría de Energía y que además, es la senadora por el estado de Veracruz más votada en la historia de esta propia entidad federativa, es decir, ya participó en dos contiendas electorales en nuestro estado, ya que antes había sido diputada federal, también por esta misma entidad, en aquella emblemática primera bancada del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). Ella como muchos hombres y mujeres en la historia, ha tenido que movilizarse para salir adelante, establecer una familia y construir una existencia propia, y en casos excepcionales con un impacto en una sociedad completa, muestra de ello es el gran logro de la Refinería Olmeca.

Sabemos del clasismo, y en algunas ocasiones racismo, que muestra la derecha en nuestro país en ocasiones colocándose en el extremo, como lo hace en esta ocasión, etiquetando una reforma que es acorde a nuestro tiempo, una reforma que incluye y que es justicia dinámica a la identidad de quienes migran a otro sitio con la legítima aspiración de mejorar su condición de vida, y en ocasiones la condición de toda una sociedad. Este sentimiento xenofóbico de la oposición obedece a su descontrol no solo local, sino nacional, aunado a lo dicho antes, un clasismo y racismo que los coloca cada vez más cerca de la extrema derecha, que nada bueno ha dejado en ninguna parte del planeta, pues representa lo peor de una corriente política. Es de celebrarse una ley de este tipo, es dignidad a quienes tienen la necesidad de movilizarse y es una circunstancia buena para nuestro estado abrir la puerta a muchos hombres y mujeres que viven esta situación, y que ahí se incluye tal vez la mujer más talentosa en la política de nuestro querido Veracruz, y ¿por qué no?, una de las mujeres más influyentes en materia de política energética en Latinoamérica.

Por donde lo veamos esta reforma tiene aportaciones de beneficio social, histórico y político. Cuando oímos Alemania pensamos en el Holocausto, causado por un partido político de extrema derecha que dañó a 6 millones de hermanos judíos, hoy y desde hace años esta nación se reivindica, hijos de inmigrantes turcos le dieron esperanza al mundo.

Hay que dejar que nuestro Congreso local nos siga dando esperanza a los veracruzanos, reivindicando la causa migrante al interior de nuestra entidad, no con dedicatoria, sino con justicia, que es el camino que estamos siguiendo para la paz social, recordando que el ave no es del nido en el que nace, sino del cielo en el que vuela.

(*) Diputado federal. Morena