/ viernes 7 de diciembre de 2018

Honor a quien honor merece

Hace algún tiempo nos encontramos una poesía, que consideramos ideal para que uno de nuestros alumnos se la aprendiera de memoria, para decirla en el festival a las madres; mas, conscientes que en todos y cada uno de nosotros posee un tipo de memoria diferente, es decir, aprendemos de manera diferente, a saber: algunos necesitamos oír, nuestra memoria es auditiva; otros necesitamos ver, lo que vamos a aprender, nuestra memoria es visual y otros necesitamos escribir, para aprender, nuestra memoria es motora.

Hacíamos saber a los padres lo anterior, para que nos ayudarán observando cómo se les hacía más fácil aprender la poesía o lo que necesitábamos que se aprendieran de memoria.

Después les repartíamos, en esta ocasión, la siguiente poesía: de origen paraguayo y autor desconocido: “Guaramunchito mi llamó pos pa sirvirles siñores, aquí me mandaron pa que trujera estas flores, vas corriendo con el ramo, llegas tocas y no más, dicen que cuando platico soy dial tiro discarao porque mi pongo a decir las gracias que Dios mi a dao, sé bailar, toco virguela, canto y sé ricitar, nada más creo que la idioma la hablo un poquito mal, antes digan qui aprendí en mi tierra hablan todos puritito, guarani”.

Y hoy nosotros la utilizamos como entrada para lo que deseamos decir en esta colaboración.

Gracias a lo que nos dicen que circula en las redes sociales, se han enterado que en muchas partes del mundo hay gente humilde o de ascendencia indígena, sobre todo niños que pese a la oposición de sus padres han estudiado y hoy son gente culta, de los que sus padres se sienten orgullos, casos similares al que les dimos a conocer en otra colaboración sobre la forma en que nuestra esposa (Q. E.P. D.), sin ser campesina, sí era humilde y su padre un artesano de la sociedad, sólo les permitió hacer la primaria, y ya casada y con hijos logró estudiar y titularse de maestra (profesora). Así, como algunas conocidas de nuestra ciudad, que pese a que se dedican a trabajar como empleadas domésticas, se encuentran en el proceso de estudio.

En el país hay muchas personas, sin importar su estatus social, dispuestas a superarse, para tener un mejor nivel de vida, mismas que necesitan la ayuda de nuestras autoridades.

No estamos descubriendo el hilo negro y el ejemplo lo tenemos en el presidente más grande que hemos tenido: Don Benito Juárez. Bástenos mencionar algunas de sus frases célebres: “Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”, “La educación es fundamental para la felicidad social; el principio en el que descansa la libertad y el engrandecimiento de los pueblos”.

Para muestra sólo basta un botón. ¡Salud!





Hace algún tiempo nos encontramos una poesía, que consideramos ideal para que uno de nuestros alumnos se la aprendiera de memoria, para decirla en el festival a las madres; mas, conscientes que en todos y cada uno de nosotros posee un tipo de memoria diferente, es decir, aprendemos de manera diferente, a saber: algunos necesitamos oír, nuestra memoria es auditiva; otros necesitamos ver, lo que vamos a aprender, nuestra memoria es visual y otros necesitamos escribir, para aprender, nuestra memoria es motora.

Hacíamos saber a los padres lo anterior, para que nos ayudarán observando cómo se les hacía más fácil aprender la poesía o lo que necesitábamos que se aprendieran de memoria.

Después les repartíamos, en esta ocasión, la siguiente poesía: de origen paraguayo y autor desconocido: “Guaramunchito mi llamó pos pa sirvirles siñores, aquí me mandaron pa que trujera estas flores, vas corriendo con el ramo, llegas tocas y no más, dicen que cuando platico soy dial tiro discarao porque mi pongo a decir las gracias que Dios mi a dao, sé bailar, toco virguela, canto y sé ricitar, nada más creo que la idioma la hablo un poquito mal, antes digan qui aprendí en mi tierra hablan todos puritito, guarani”.

Y hoy nosotros la utilizamos como entrada para lo que deseamos decir en esta colaboración.

Gracias a lo que nos dicen que circula en las redes sociales, se han enterado que en muchas partes del mundo hay gente humilde o de ascendencia indígena, sobre todo niños que pese a la oposición de sus padres han estudiado y hoy son gente culta, de los que sus padres se sienten orgullos, casos similares al que les dimos a conocer en otra colaboración sobre la forma en que nuestra esposa (Q. E.P. D.), sin ser campesina, sí era humilde y su padre un artesano de la sociedad, sólo les permitió hacer la primaria, y ya casada y con hijos logró estudiar y titularse de maestra (profesora). Así, como algunas conocidas de nuestra ciudad, que pese a que se dedican a trabajar como empleadas domésticas, se encuentran en el proceso de estudio.

En el país hay muchas personas, sin importar su estatus social, dispuestas a superarse, para tener un mejor nivel de vida, mismas que necesitan la ayuda de nuestras autoridades.

No estamos descubriendo el hilo negro y el ejemplo lo tenemos en el presidente más grande que hemos tenido: Don Benito Juárez. Bástenos mencionar algunas de sus frases célebres: “Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”, “La educación es fundamental para la felicidad social; el principio en el que descansa la libertad y el engrandecimiento de los pueblos”.

Para muestra sólo basta un botón. ¡Salud!