Hace algún tiempo nos encontramos una poesía, que consideramos ideal para que uno de nuestros alumnos se la aprendiera de memoria, para decirla en el festival a las madres; mas, conscientes que en todos y cada uno de nosotros posee un tipo de memoria diferente, es decir, aprendemos de manera diferente, a saber: algunos necesitamos oír, nuestra memoria es auditiva; otros necesitamos ver, lo que vamos a aprender, nuestra memoria es visual y otros necesitamos escribir, para aprender, nuestra memoria es motora.
Hacíamos saber a los padres lo anterior, para que nos ayudarán observando cómo se les hacía más fácil aprender la poesía o lo que necesitábamos que se aprendieran de memoria.
Después les repartíamos, en esta ocasión, la siguiente poesía: de origen paraguayo y autor desconocido: “Guaramunchito mi llamó pos pa sirvirles siñores, aquí me mandaron pa que trujera estas flores, vas corriendo con el ramo, llegas tocas y no más, dicen que cuando platico soy dial tiro discarao porque mi pongo a decir las gracias que Dios mi a dao, sé bailar, toco virguela, canto y sé ricitar, nada más creo que la idioma la hablo un poquito mal, antes digan qui aprendí en mi tierra hablan todos puritito, guarani”.
Y hoy nosotros la utilizamos como entrada para lo que deseamos decir en esta colaboración.
Gracias a lo que nos dicen que circula en las redes sociales, se han enterado que en muchas partes del mundo hay gente humilde o de ascendencia indígena, sobre todo niños que pese a la oposición de sus padres han estudiado y hoy son gente culta, de los que sus padres se sienten orgullos, casos similares al que les dimos a conocer en otra colaboración sobre la forma en que nuestra esposa (Q. E.P. D.), sin ser campesina, sí era humilde y su padre un artesano de la sociedad, sólo les permitió hacer la primaria, y ya casada y con hijos logró estudiar y titularse de maestra (profesora). Así, como algunas conocidas de nuestra ciudad, que pese a que se dedican a trabajar como empleadas domésticas, se encuentran en el proceso de estudio.
En el país hay muchas personas, sin importar su estatus social, dispuestas a superarse, para tener un mejor nivel de vida, mismas que necesitan la ayuda de nuestras autoridades.
No estamos descubriendo el hilo negro y el ejemplo lo tenemos en el presidente más grande que hemos tenido: Don Benito Juárez. Bástenos mencionar algunas de sus frases célebres: “Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”, “La educación es fundamental para la felicidad social; el principio en el que descansa la libertad y el engrandecimiento de los pueblos”.
Para muestra sólo basta un botón. ¡Salud!