/ martes 20 de abril de 2021

INE, último contrapeso a la dictadura

Mientras en San Lázaro, el coordinador de los diputados de Morena, Ignacio Mier, asegura sumar sus fuerzas a la promoción del PT y solicitar, con la mayoría abrumadora que representa la unión de ambos partidos, la destitución e inhabilitación de Lorenzo Córdova Vianello y Ciro Murayama.

Presidente y consejero del Instituto Nacional Electoral (que canceló el registro de los candidatos a gobernadores de Guerrero y Michoacán por Morena), el senador Ricardo Monreal, quien coordina a los senadores del mismo partido, anuncia una reforma electoral para después de la elección del 6 de junio, con la que se pondrá un límite a la actuación de los consejeros del INE, para que no “abusen de sus funciones”.

De resultar ciertas las afirmaciones de quienes coordinan en ambas cámaras a los diputados y senadores de Morena y sus aliados, estarían contados los días de Córdova y Murayama, y los mexicanos estaríamos perdiendo la vía democrática electoral para la renovación de los poderes y si la irresponsabilidad de los “cuatrotés” se desborda, México se envolverá en las llamas de una lucha fratricida.

Hay que reconocer que la posición de Lorenzo Córdova y Ciro Murayama ha sido razonable y pacifista, desde el momento en que como consejeros excluyen al INE de un combate provocado por sus detractores, sin lograr subirlos al ring, donde el juego sucio de Morena terminaría por imponerse.

No olvidar que el gobierno de López Obrador está condenado al fracaso, porque la transición política que prometió desde sus épocas de luchador social en el PRD jamás se concretó y su trabajo se ha reducido al fraseo cotidiano en las conferencias mañaneras, generando conflictos con sus opositores y concesionando proyectos caprichosos, en vez de atender las urgentes necesidades de los mexicanos empobrecidos, desempleados, enfermos y víctimas de la inseguridad nacional.

El populismo ensordecedor de AMLO sólo ha provocado la fuga de capitales, aumentando el desempleo y al mismo tiempo, con las promesas incumplidas desde su campaña política ha generado la desilusión de quienes alguna vez le tuvieron consideraciones y un falso reconocimiento a su supuesta honestidad, que ha dado como resultado, en casi tres años de mal gobierno, un decrecimiento económico y un desgaste a las instituciones públicas, como nunca antes se había visto.

Mientras en San Lázaro, el coordinador de los diputados de Morena, Ignacio Mier, asegura sumar sus fuerzas a la promoción del PT y solicitar, con la mayoría abrumadora que representa la unión de ambos partidos, la destitución e inhabilitación de Lorenzo Córdova Vianello y Ciro Murayama.

Presidente y consejero del Instituto Nacional Electoral (que canceló el registro de los candidatos a gobernadores de Guerrero y Michoacán por Morena), el senador Ricardo Monreal, quien coordina a los senadores del mismo partido, anuncia una reforma electoral para después de la elección del 6 de junio, con la que se pondrá un límite a la actuación de los consejeros del INE, para que no “abusen de sus funciones”.

De resultar ciertas las afirmaciones de quienes coordinan en ambas cámaras a los diputados y senadores de Morena y sus aliados, estarían contados los días de Córdova y Murayama, y los mexicanos estaríamos perdiendo la vía democrática electoral para la renovación de los poderes y si la irresponsabilidad de los “cuatrotés” se desborda, México se envolverá en las llamas de una lucha fratricida.

Hay que reconocer que la posición de Lorenzo Córdova y Ciro Murayama ha sido razonable y pacifista, desde el momento en que como consejeros excluyen al INE de un combate provocado por sus detractores, sin lograr subirlos al ring, donde el juego sucio de Morena terminaría por imponerse.

No olvidar que el gobierno de López Obrador está condenado al fracaso, porque la transición política que prometió desde sus épocas de luchador social en el PRD jamás se concretó y su trabajo se ha reducido al fraseo cotidiano en las conferencias mañaneras, generando conflictos con sus opositores y concesionando proyectos caprichosos, en vez de atender las urgentes necesidades de los mexicanos empobrecidos, desempleados, enfermos y víctimas de la inseguridad nacional.

El populismo ensordecedor de AMLO sólo ha provocado la fuga de capitales, aumentando el desempleo y al mismo tiempo, con las promesas incumplidas desde su campaña política ha generado la desilusión de quienes alguna vez le tuvieron consideraciones y un falso reconocimiento a su supuesta honestidad, que ha dado como resultado, en casi tres años de mal gobierno, un decrecimiento económico y un desgaste a las instituciones públicas, como nunca antes se había visto.