/ domingo 27 de diciembre de 2020

Inmuebles públicos ruinosos

Varios inmuebles públicos se encuentran en el abandono y en estado ruinoso en el puerto de Veracruz y Boca del Río, con importantes daños por esa falta de mantenimiento.

Todos son propiedad del gobierno del estado, cuyo descuido provoca daño al patrimonio de los veracruzanos. Esa dejadez ha sido total durante los dos últimos años de gobierno, aunque en tiempos de Javier Duarte de Ochoa y Miguel Ángel Yunes Linares también la hubo, aunque en menor medida. Uno de ellos, el edificio del Instituto Veracruzano del Deporte (IVD) del municipio conurbado al puerto, es el que tiene mayor necesidad de trabajos urgentes de conservación, sobre todo en sus estructuras que a simple vista se observan corroídas por el implacable salitre de la zona, ventanas rotas y techumbre en mal estado; muy cerca, a sólo unos cuantos metros se encuentra la Arena Veracruz, uno de los escenarios de los Juegos Centroamericanos y del Caribe celebrados en la entidad en 2014, que acusa severos estragos en el edificio, en techo y protecciones laterales inutilizadas por vientos, lluvias y alta salinidad, y eso que dichos inmuebles son usados regularmente por los deportistas, por lo que resulta más resulta lamentable ese mal estado físico. En esa misma zona se encuentran los estadios de futbol Luis “El Pirata” Fuente y de beisbol “Beto Ávila”, el primero desatendido desde hace más de un año cuando el equipo Tiburones Rojos fue desafiliado de la Primera División y el dueño de la franquicia, Fidel Kuri Grajales, se desentendió para mantenerlo en buen estado. Son peores las condiciones de la sede del “Aguila de Veracruz” que el próximo año volverá a jugar en el puerto; lleva tres años sin que el gobierno veracruzano destine un un mínimo presupuesto para darle un brochazo a fachada y paredes, arreglen butacas o el techado de este lugar. Por igual se encuentra el auditorio Benito Juárez, administrado por el DIF del estado, al cual se le han caído cristales y se observan huecos en la parte lateral que da a Miguel Alemán y sus estructuras muestran oxidación por el tiempo que llevan de no ser pintadas. Esa misma situación, aunque menos, se puede observar en el edificio del World Trade Center. ¿Qué sucede? No sólo hay descuido, el gobierno veracruzano prefiere incurrir en subejercicios y devolver dinero a la Tesorería de la Federación para que éste sea usado discrecionalmente, en vez de atender su obligación de conservar en buen estado el patrimonio estatal. Algo debe hacerse, o alguien debe exigir. Ahí, en esos inmuebles se invirtieron cientos de millones de pesos que no deben ser echados a la basura, como parecería serlo con esta lamentable situación.

Los delitos en Veracruz cada vez son más inquietantes, sobre todo los de alto impacto. El pasado miércoles 23 de este mes se reportó la desaparición de la nutrióloga Samara Aurora Arroyo Lemarroy, en el puerto de Veracruz. Desde esa noche sus familiares no conocen su paradero. Este hecho ya fue denunciado ante la Fiscalía General del Estado y, desde ese momento, se busca localizarla. De acuerdo con la Comisión Veracruzana de Búsqueda, Samara tiene 28 años de edad, su estatura es de un metro 51 centímetros, sus ojos son café oscuro, de tez blanca y cabello largo castaño claro; su complexión es delgada, rostro ovalado y posee un tatuaje en el pie derecho. Esperemos que su caso sea resuelto a la brevedad y no se convierta en una estadística más de la lacerante violencia y alto índice delictivo en que se encuentra el estado de Veracruz.


opedro2006@gmail.com

Varios inmuebles públicos se encuentran en el abandono y en estado ruinoso en el puerto de Veracruz y Boca del Río, con importantes daños por esa falta de mantenimiento.

Todos son propiedad del gobierno del estado, cuyo descuido provoca daño al patrimonio de los veracruzanos. Esa dejadez ha sido total durante los dos últimos años de gobierno, aunque en tiempos de Javier Duarte de Ochoa y Miguel Ángel Yunes Linares también la hubo, aunque en menor medida. Uno de ellos, el edificio del Instituto Veracruzano del Deporte (IVD) del municipio conurbado al puerto, es el que tiene mayor necesidad de trabajos urgentes de conservación, sobre todo en sus estructuras que a simple vista se observan corroídas por el implacable salitre de la zona, ventanas rotas y techumbre en mal estado; muy cerca, a sólo unos cuantos metros se encuentra la Arena Veracruz, uno de los escenarios de los Juegos Centroamericanos y del Caribe celebrados en la entidad en 2014, que acusa severos estragos en el edificio, en techo y protecciones laterales inutilizadas por vientos, lluvias y alta salinidad, y eso que dichos inmuebles son usados regularmente por los deportistas, por lo que resulta más resulta lamentable ese mal estado físico. En esa misma zona se encuentran los estadios de futbol Luis “El Pirata” Fuente y de beisbol “Beto Ávila”, el primero desatendido desde hace más de un año cuando el equipo Tiburones Rojos fue desafiliado de la Primera División y el dueño de la franquicia, Fidel Kuri Grajales, se desentendió para mantenerlo en buen estado. Son peores las condiciones de la sede del “Aguila de Veracruz” que el próximo año volverá a jugar en el puerto; lleva tres años sin que el gobierno veracruzano destine un un mínimo presupuesto para darle un brochazo a fachada y paredes, arreglen butacas o el techado de este lugar. Por igual se encuentra el auditorio Benito Juárez, administrado por el DIF del estado, al cual se le han caído cristales y se observan huecos en la parte lateral que da a Miguel Alemán y sus estructuras muestran oxidación por el tiempo que llevan de no ser pintadas. Esa misma situación, aunque menos, se puede observar en el edificio del World Trade Center. ¿Qué sucede? No sólo hay descuido, el gobierno veracruzano prefiere incurrir en subejercicios y devolver dinero a la Tesorería de la Federación para que éste sea usado discrecionalmente, en vez de atender su obligación de conservar en buen estado el patrimonio estatal. Algo debe hacerse, o alguien debe exigir. Ahí, en esos inmuebles se invirtieron cientos de millones de pesos que no deben ser echados a la basura, como parecería serlo con esta lamentable situación.

Los delitos en Veracruz cada vez son más inquietantes, sobre todo los de alto impacto. El pasado miércoles 23 de este mes se reportó la desaparición de la nutrióloga Samara Aurora Arroyo Lemarroy, en el puerto de Veracruz. Desde esa noche sus familiares no conocen su paradero. Este hecho ya fue denunciado ante la Fiscalía General del Estado y, desde ese momento, se busca localizarla. De acuerdo con la Comisión Veracruzana de Búsqueda, Samara tiene 28 años de edad, su estatura es de un metro 51 centímetros, sus ojos son café oscuro, de tez blanca y cabello largo castaño claro; su complexión es delgada, rostro ovalado y posee un tatuaje en el pie derecho. Esperemos que su caso sea resuelto a la brevedad y no se convierta en una estadística más de la lacerante violencia y alto índice delictivo en que se encuentra el estado de Veracruz.


opedro2006@gmail.com