El problema de la inseguridad que vive el estado y que padecen los veracruzanos del norte, del sur y del centro de la geografía veracruzana va más allá de los hechos de violencia que se registran todos los días.
La dependencia encargada de garantizar la seguridad de los habitantes y de los visitantes de Veracruz dio a conocer una serie de cifras con las que informa que han bajado los índices delictivos. Un poco a la manera de como lo hicieron sus antecesores.
Mientras los funcionarios y sus colaboradores festinan el logro que alcanzaron en estos primeros 100 días de gobierno, la terca realidad se impone, como lo demuestra la ejecución de un joven en San Rafael, donde fue ultimado a balazos afuera de un bar. Le apodaban el Morro y fumaba un cigarro cuando desde una camioneta le dispararon.
Otra muestra es el linchamiento que sufrieron a manos de habitantes de Soledad Atzompa seis presuntos secuestradores, quienes fueron incinerados cuando intentaban llevarse a dos profesores del lugar.
Un hecho más es el ocurrido anoche afuera del hospital general de la ciudad de Veracruz, donde dos hombres murieron.
Y así puede seguir el listado de hechos violentos que van desde baleados, hasta secuestrados y acuchillados, así como degollados y decapitados, levantados, asaltados y amenazados.
Junto a esos hechos están los feminicidios que no cesan, a lo que se agrega que hay comerciantes y empresarios de todos los giros que se quejan del cobro de piso de que son víctimas.
La situación de inseguridad, decía líneas arriba, va más allá de los hechos porque evidencia que el aparato de seguridad y la millonaria cantidad de recursos públicos que se destinan a las corporaciones no están dando los resultados deseados.
No hay eficacia de las corporaciones y ni las viejas ni las nuevas policías logran frenar a los delincuentes que parecen tener libertad para actuar.
Vemos los convoyes de policías estatales y federales que circulan por calles de ciudades y pueblos, con vehículos equipados con armamento, pero esto parece no importarle a quienes andan delinquiendo.
Algo no está haciendo el gobierno que no ha podido terminar con la inseguridad, o algo no está haciendo bien, porque aunque difundan cifras oficiales del Sistema Nacional de Seguridad diciendo que en comparación con años anteriores ahora son menos los delitos, la realidad es que la gente ya está externando su molestia y su hartazgo y empieza a hacerse justicia.
Pero no sólo lo hace, también le avisa a los delincuentes que van a ser mutilados, atados, quemados e, incluso, que no serán entregados a la policía para que no salgan en libertad.
El riesgo es que el gobierno puede perder el control y si esto ocurre, entonces no sólo tendrá que combatir a los delincuentes. Tendrá que tratar de controlar la movilización social que ya empieza a actuar por su cuenta en contra de los asesinos y secuestradores.
El exgobernador Flavino Ríos corrige a SSP
“Buen día. Respecto a la nota de la seguridad de los funcionarios te comento que es falso lo que se dice, lo cierto es que el gobierno de MAYL por conducto del Secretario de la SSP, el 3 de diciembre del 2016 me retiró las escoltas a las que tenía derecho por haber sido Secretario de Gobierno y Gobernador interino, la vinculación a proceso fue el 12 de marzo del 2017, hace exactamente 2 años. Saludos y gracias por tu apoyo”.
De esa manera el exgobernador interino Flavino Ríos Alvarado corrige a la Secretaría de Seguridad Pública, que a petición expresa informó que el exmandatario no cuenta con algún tipo de escolta o elementos de seguridad para su custodia debido a que está vinculado aun proceso legal.
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