No hace falta hacer una encuesta ni un profundo estudio sociológico para darse cuenta que son dos los temas de los que habla la gente en Veracruz.
Cuando dos personas se encuentran después de días o semanas de no verse, lo primero que comentan es el clima de violencia e inseguridad y el temor que siente la gente a salir de su casa.
¿Cómo ves lo que está pasando?, le cuestiona uno a otro y de inmediato surge el tema de un periodista secuestrado en Veracruz, que luego fue liberado de una manera que ha sido cuestionada.
Casi al mismo tiempo llega la plática del asesinato del hermano de otro periodista en el sur del Estado y a la par se habla de las constantes balaceras en Xalapa, incluso en el centro de la capital del Estado.
La gente en el autobús, en el taller, en la oficina, en su casa, en la calle y en todos lados habla de esos lamentables hechos y de otros que han ocurrido sobre cuerpos despedazados y embolsados, de hombres, mujeres y niños baleados afuera de escuelas, en fiestas, en las puertas de su casa y hasta en templos religiosos.
Aunado a lo anterior la gente inmediatamente liga la falta de un gobierno eficaz a pesar de que hay anuncios oficiales de entrega de apoyos y de obras.
La percepción entre el común del veracruzano “de a pie” es que además de que las instancias oficiales no hacen lo que deben para acabar con la inseguridad, tampoco cumplen en las otras áreas.
El comentario recurrente es que parece que no hace nada, no se le ve movimiento y da la impresión de que falta interés para resolver los problemas.
Ayer, por ejemplo, fueron varios los diputados, incluidos algunos de Morena, que se quejaron de que secretarios de despacho del gobierno estatal ni siquiera les reciben las llamadas y menos los reciben en sus oficinas.
El diputado Magdaleno Rosales, por ejemplo, se quejó de que el titular de la Sedarpa, Eduardo Cadena, olímpicamente lo ignora. Le siguieron en la queja en el mismo tenor otros legisladores de su mismo partido y de otros grupos legislativos.
En su oportunidad el vicepresidente de la mesa directiva Alexis Sánchez García lanzó su queja contra el secretario de Salud, Roberto Ramos, quien ni siquiera lo recibe.
Otra morenista, Cristina Alarcón, se quejó de lo mismo aunque ella refirió que la situación se repite con todos los secretarios del gabinete de Cuitláhuac García y repitió la frase que ya antes han dicho: si así tratan a los diputados, qué no harán con la gente que llega a las oficinas públicas a hacer trámites y a gestionar apoyos.
Por supuesto que también hubo voces de otras bancadas como el PAN y MC, que criticaron a los secretarios y los acusaron de afectar al gobernador al contribuir a su mala imagen.
Tienen razón los defensores de la cuarta transformación y del mandatario estatal cuando dicen que el gobierno sí está trabajando y enlistan algunas de las cosas que ha hecho en este primer semestre.
Sin embargo, muy poco se ve, de ese trabajo escaso predomina entre la gente la idea de que o no hay capacidad o falta interés para ejercer una buena administración.
Algo está pasando en el gabinete.
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