/ miércoles 31 de julio de 2019

Involución o reparación

Como lo apunté en alguna columna, tanto son los libros y sus autores que tratan de explicar nuestra modernidad que necesitaríamos de una segunda vida para leerlos con el detenimiento y la atención que no exige la comprensión de la realidad.

La filosofía y la ciencia nos acercan al entendimiento de aquello que, por simple convención, hemos llamado "naturaleza humana".

Preguntarnos acerca de cómo nos hemos relacionado con el mundo y las transformaciones tecnológicas que esto ha provocado nos acerca a nuestra historia intelectual y del arte.

Sin embargo, en medida en que la protagonizamos dichos cambios, las preguntas también se actualizan y las respuestas no siempre llegan a tiempo.

¿Cuáles son las causas del racismo que oprime a nuestras sociedades?

¿Qué permitió que el extremismo y el pensamiento fascista, que habían permanecido agazapados en la oscuridad del tiempo, repentinamente se legitimaran en el discurso político?

Más allá de dirimir un posicionamiento ideológico entre políticas de derecho o izquierda, liberales o socialistas.

Observo somos una sociedad que nos hemos acostumbrado a creer de manera crítica en ideologías y personajes que a la postre se constituyen en verdades a medias o mentiras encubiertas en un melodrama propio de quien se asume como adalid de una causa política y, por supuesto, posible víctima de sus enemigos.

La mentira ha adquirido dimensiones preocupantes gracias a su transmisión y propagación en la televisión, el radio, en las redes sociales que, sin duda, se han sumado a los medios de comunicación más tradicionales, pero su dinámica ha venido a revolucionar la relación de los humanos con la mentira y, en particular, la de los políticos.

Parece que estamos acostumbrados a escuchar "falsedades saludables" que nos permiten darle sentido a los argumentos de nuestras posturas políticas tan dispuestas a la confrontación también alimentadas por las dramáticas posturas de los expresidentes.

El colofón nos lo ofrece el mismo Swift: "Las mentiras se reconocen por sus formas y modo de decirlas: ponen una mano sobre el hombro, se abrazan y estrechan, sonríen, hacen reverencias".

Se renuevan las estrategias de la mentira, no nuestros políticos.

Contra lo que muchos creen, la vida y la política son complejas y frecuentemente azarosas, estas últimas semanas AMLO ha sido particularmente cándido y transparente en sus conferencias de prensa.

Y esto hay que agradecerle, porque permite hacer un mejor análisis y pronósticos de cuáles eran los resultados de su gobierno en los siguientes años.

También confirma que el mejor peso y contrapeso para cuidar la democracia en un país, es proteger la objetividad de toda aquella información cuantitativa que nos permite evaluar el impacto acorto y largo plazos de las políticas públicas en materia económica, seguridad, financiera, energía y pobreza.

Por eso una de las prioridades debe ser proteger la independencia, por ejemplo, del Banco de México, el INEGI, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, entre otras de las instituciones que recaban información gubernamental proporcionan reportes en forma regular y pública.

La cuarta transformación ha implementado un proyecto de austeridad que podría tener un impacto en el combate a la pobreza.

Como lo apunté en alguna columna, tanto son los libros y sus autores que tratan de explicar nuestra modernidad que necesitaríamos de una segunda vida para leerlos con el detenimiento y la atención que no exige la comprensión de la realidad.

La filosofía y la ciencia nos acercan al entendimiento de aquello que, por simple convención, hemos llamado "naturaleza humana".

Preguntarnos acerca de cómo nos hemos relacionado con el mundo y las transformaciones tecnológicas que esto ha provocado nos acerca a nuestra historia intelectual y del arte.

Sin embargo, en medida en que la protagonizamos dichos cambios, las preguntas también se actualizan y las respuestas no siempre llegan a tiempo.

¿Cuáles son las causas del racismo que oprime a nuestras sociedades?

¿Qué permitió que el extremismo y el pensamiento fascista, que habían permanecido agazapados en la oscuridad del tiempo, repentinamente se legitimaran en el discurso político?

Más allá de dirimir un posicionamiento ideológico entre políticas de derecho o izquierda, liberales o socialistas.

Observo somos una sociedad que nos hemos acostumbrado a creer de manera crítica en ideologías y personajes que a la postre se constituyen en verdades a medias o mentiras encubiertas en un melodrama propio de quien se asume como adalid de una causa política y, por supuesto, posible víctima de sus enemigos.

La mentira ha adquirido dimensiones preocupantes gracias a su transmisión y propagación en la televisión, el radio, en las redes sociales que, sin duda, se han sumado a los medios de comunicación más tradicionales, pero su dinámica ha venido a revolucionar la relación de los humanos con la mentira y, en particular, la de los políticos.

Parece que estamos acostumbrados a escuchar "falsedades saludables" que nos permiten darle sentido a los argumentos de nuestras posturas políticas tan dispuestas a la confrontación también alimentadas por las dramáticas posturas de los expresidentes.

El colofón nos lo ofrece el mismo Swift: "Las mentiras se reconocen por sus formas y modo de decirlas: ponen una mano sobre el hombro, se abrazan y estrechan, sonríen, hacen reverencias".

Se renuevan las estrategias de la mentira, no nuestros políticos.

Contra lo que muchos creen, la vida y la política son complejas y frecuentemente azarosas, estas últimas semanas AMLO ha sido particularmente cándido y transparente en sus conferencias de prensa.

Y esto hay que agradecerle, porque permite hacer un mejor análisis y pronósticos de cuáles eran los resultados de su gobierno en los siguientes años.

También confirma que el mejor peso y contrapeso para cuidar la democracia en un país, es proteger la objetividad de toda aquella información cuantitativa que nos permite evaluar el impacto acorto y largo plazos de las políticas públicas en materia económica, seguridad, financiera, energía y pobreza.

Por eso una de las prioridades debe ser proteger la independencia, por ejemplo, del Banco de México, el INEGI, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, entre otras de las instituciones que recaban información gubernamental proporcionan reportes en forma regular y pública.

La cuarta transformación ha implementado un proyecto de austeridad que podría tener un impacto en el combate a la pobreza.