/ sábado 22 de enero de 2022

¿Jóvenes construyendo el futuro?

En diciembre de 2021, el Indicador Oportuno de la Actividad Económica estima una variación negativa del Indicador Global de la Actividad Económica de 0.2% respecto a diciembre 2020 en México, señaló INEGI.

En ese contexto la tasa de desocupación entre los jóvenes de 18 a 29 años cuya población es de 24 millones –registrada el año pasado–, representa 5.8 millones que no participan en procesos educativos o productivos de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo. “Por ello, es necesario fortalecer la vinculación entre el sistema educativo y mercado laboral, tanto en el sector público como el privado, ese es uno de los principales retos para el país, indicó la firma Manpower México”, apunta El pulso laboral. “Al respecto, Mercedes de la Maza, directora ejecutiva de la Fundación de esa firma, señaló que los jóvenes que no obtienen una oportunidad laboral por falta de experiencia o con rezago educativo han entrado en la categoría de ‘población vulnerable’ y susceptible a ser aprovechada por el mercado informal. De ahí que, sostuvo, la educación necesita entrar a un esquema de mercado de trabajo moderno, donde el sistema dual es fundamental, y en especial para dotar a la persona de las habilidades socioemocionales que el empleador valora, y por las cuales suele descartar a un egresado”.

De la Maza se refiere al modelo de formación dual reconocido en el mundo. En sus inicios, en el año 2009, el Colegio Nacional de Educación Profesional (Conalep) firmó un convenio de colaboración con el Instituto Federal de Formación Profesional Alemán. En su caso, le ha permitido a Alemania reducir el desempleo en los jóvenes, incrementar la productividad, mejorar la calidad de vida de su población y desarrollarse económicamente. En 2019 se ratifica el programa y se establece que el Bachillerato Tecnológico y el Profesional Técnico Bachiller y sus equivalentes se podrán impartir en la opción educativa dual con formación en escuela y empresa.

La alternativa que puso en práctica el Gobierno propiamente no ha resuelto el problema de empleo y educación para un significativo número de jóvenes. En dos años, 1.8 millones de jóvenes han sido capacitados por empresas a través del programa gubernamental Jóvenes Construyendo el Futuro. Esta plataforma vincula a diferentes empresas con personas de 18 a 29 años, que no estudian ni trabajan, con el objetivo de que tengan un tutor del sector empresarial, que los ayude a desarrollar en un año competencias que incrementen sus posibilidades de empleabilidad. Pero no todos han logrado incursionar al mundo laboral. “El programa, hoy, beneficia a 1 millón 930 mil 321 jóvenes con una beca equivalente a un salario mínimo de 4 mil 310 pesos mensuales y la cobertura del seguro médico del Instituto Mexicano del Seguro Social”, ha explicado Alejandro Encinas Nájera, titular de la Unidad de Política Laboral y Relaciones Institucionales de la STPS, quien agregó que el futuro del trabajo demanda cada día más habilidades y competencias.

Luisa María Alcalde Luján, secretaria del Trabajo y Previsión Social del gobierno federal, dice que el referido programa ha servido para atender una problemática en el país: millones de jóvenes no estudian y no trabajan por falta de alternativas. “Tenemos mucho trabajo por delante, pero creo que hasta ahora podemos sentirnos por lo menos conformes de que 1.8 millones de jóvenes hayan sido partícipes de este programa. Que los hayamos incluido al mercado laboral, que hayan tenido la confianza de inscribirse y de vincularse. Esa experiencia no se la quita nadie”.

El programa no ha tenido el éxito que se esperaba sobre la tasa de abandono del programa. Alcalde Luján dijo que ella no lo plantearía de esa manera. “Lo que pasa es que este programa es de hasta un año (de capacitación), es decir, si los jóvenes son contratados o consiguen un mejor trabajo, entonces tienen la posibilidad de optar por una mejor alternativa”, comentó. Según los datos de la dependencia, 75% de los jóvenes adscritos al programa concluyó el año de capacitación.

El problema de tener acceso al estudio y empleabilidad para los jóvenes es muy complejo, es socioeconómico: entre otros más, se debe favorecer el ingreso al sistema educativo a la población estudiantil del nivel medio superior; que las áreas de formación dual se diversifiquen y amplíen a todo el país. Superar la brecha que existe con el mayor grado de disparidad económica entre ricos y pobres, y población rural y urbana. Hay que considerar que la desigualdad de ingresos, el sistema tributario y la infraestructura afecta mucho más a las clases sociales bajas.

De acuerdo con los economistas, algunas variables que afectan el empleo del país son el desarrollo del empleo formal, informal o precario y la migración de la población. La industria se contrae en forma general, puesto que, aunque el país se ha vuelto exportador, el sector no se ha consolidado sobre una estructura industrial fuerte. Por su parte De la Maza asevera que el principal desafío es que las universidades incorporen rápidamente los cambios sugeridos.

Jóvenes Construyendo el futuro “es un programa con buena intención, pero que no responde a la realidad de los jóvenes porque el problema de fondo es la falta de empleos formales y el desarrollo económico que permita crear nuevos puestos”, opina, por su parte, Tomás Rosales Mendieta, profesor titular de la Facultad de Contaduría y Administración de la UNAM. El programa ayuda parcialmente, agrega, pero no le resuelve a un joven su vida inicial laboral porque no hay forma de retenerlo en la empresa si no hay una economía que ayude al desarrollo del mercado nacional, apunta.

En diciembre de 2021, el Indicador Oportuno de la Actividad Económica estima una variación negativa del Indicador Global de la Actividad Económica de 0.2% respecto a diciembre 2020 en México, señaló INEGI.

En ese contexto la tasa de desocupación entre los jóvenes de 18 a 29 años cuya población es de 24 millones –registrada el año pasado–, representa 5.8 millones que no participan en procesos educativos o productivos de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo. “Por ello, es necesario fortalecer la vinculación entre el sistema educativo y mercado laboral, tanto en el sector público como el privado, ese es uno de los principales retos para el país, indicó la firma Manpower México”, apunta El pulso laboral. “Al respecto, Mercedes de la Maza, directora ejecutiva de la Fundación de esa firma, señaló que los jóvenes que no obtienen una oportunidad laboral por falta de experiencia o con rezago educativo han entrado en la categoría de ‘población vulnerable’ y susceptible a ser aprovechada por el mercado informal. De ahí que, sostuvo, la educación necesita entrar a un esquema de mercado de trabajo moderno, donde el sistema dual es fundamental, y en especial para dotar a la persona de las habilidades socioemocionales que el empleador valora, y por las cuales suele descartar a un egresado”.

De la Maza se refiere al modelo de formación dual reconocido en el mundo. En sus inicios, en el año 2009, el Colegio Nacional de Educación Profesional (Conalep) firmó un convenio de colaboración con el Instituto Federal de Formación Profesional Alemán. En su caso, le ha permitido a Alemania reducir el desempleo en los jóvenes, incrementar la productividad, mejorar la calidad de vida de su población y desarrollarse económicamente. En 2019 se ratifica el programa y se establece que el Bachillerato Tecnológico y el Profesional Técnico Bachiller y sus equivalentes se podrán impartir en la opción educativa dual con formación en escuela y empresa.

La alternativa que puso en práctica el Gobierno propiamente no ha resuelto el problema de empleo y educación para un significativo número de jóvenes. En dos años, 1.8 millones de jóvenes han sido capacitados por empresas a través del programa gubernamental Jóvenes Construyendo el Futuro. Esta plataforma vincula a diferentes empresas con personas de 18 a 29 años, que no estudian ni trabajan, con el objetivo de que tengan un tutor del sector empresarial, que los ayude a desarrollar en un año competencias que incrementen sus posibilidades de empleabilidad. Pero no todos han logrado incursionar al mundo laboral. “El programa, hoy, beneficia a 1 millón 930 mil 321 jóvenes con una beca equivalente a un salario mínimo de 4 mil 310 pesos mensuales y la cobertura del seguro médico del Instituto Mexicano del Seguro Social”, ha explicado Alejandro Encinas Nájera, titular de la Unidad de Política Laboral y Relaciones Institucionales de la STPS, quien agregó que el futuro del trabajo demanda cada día más habilidades y competencias.

Luisa María Alcalde Luján, secretaria del Trabajo y Previsión Social del gobierno federal, dice que el referido programa ha servido para atender una problemática en el país: millones de jóvenes no estudian y no trabajan por falta de alternativas. “Tenemos mucho trabajo por delante, pero creo que hasta ahora podemos sentirnos por lo menos conformes de que 1.8 millones de jóvenes hayan sido partícipes de este programa. Que los hayamos incluido al mercado laboral, que hayan tenido la confianza de inscribirse y de vincularse. Esa experiencia no se la quita nadie”.

El programa no ha tenido el éxito que se esperaba sobre la tasa de abandono del programa. Alcalde Luján dijo que ella no lo plantearía de esa manera. “Lo que pasa es que este programa es de hasta un año (de capacitación), es decir, si los jóvenes son contratados o consiguen un mejor trabajo, entonces tienen la posibilidad de optar por una mejor alternativa”, comentó. Según los datos de la dependencia, 75% de los jóvenes adscritos al programa concluyó el año de capacitación.

El problema de tener acceso al estudio y empleabilidad para los jóvenes es muy complejo, es socioeconómico: entre otros más, se debe favorecer el ingreso al sistema educativo a la población estudiantil del nivel medio superior; que las áreas de formación dual se diversifiquen y amplíen a todo el país. Superar la brecha que existe con el mayor grado de disparidad económica entre ricos y pobres, y población rural y urbana. Hay que considerar que la desigualdad de ingresos, el sistema tributario y la infraestructura afecta mucho más a las clases sociales bajas.

De acuerdo con los economistas, algunas variables que afectan el empleo del país son el desarrollo del empleo formal, informal o precario y la migración de la población. La industria se contrae en forma general, puesto que, aunque el país se ha vuelto exportador, el sector no se ha consolidado sobre una estructura industrial fuerte. Por su parte De la Maza asevera que el principal desafío es que las universidades incorporen rápidamente los cambios sugeridos.

Jóvenes Construyendo el futuro “es un programa con buena intención, pero que no responde a la realidad de los jóvenes porque el problema de fondo es la falta de empleos formales y el desarrollo económico que permita crear nuevos puestos”, opina, por su parte, Tomás Rosales Mendieta, profesor titular de la Facultad de Contaduría y Administración de la UNAM. El programa ayuda parcialmente, agrega, pero no le resuelve a un joven su vida inicial laboral porque no hay forma de retenerlo en la empresa si no hay una economía que ayude al desarrollo del mercado nacional, apunta.