/ viernes 27 de noviembre de 2020

La 4T en Veracruz

24 meses después de la 4T en Veracruz, el resultado es el siguiente: A, poco, bajo, peor, rendimiento económico. B, mayor desigualdad económica, social, educativa, de salud, de seguridad y procuración de justicia. Y, C, el paraíso del narcotráfico.

Incluso, el Gobierno del Estado anunció, ¡vaya desliz!, que un nuevo cartel está por entrar o ya entró en el territorio jarocho. Lo peor, ninguna lucecita alumbra el largo y extenso túnel del desencanto y la desesperanza.

Cientos de empresas, negocios, comercios, changarros, quebrados, y el telón abajo. Y el explosivo desempleo por todos lados. Meseros y trabajadoras domésticas pidiendo limosna en la vía pública. Algunas, con los hijos menores a un lado para compadecer el corazón humano.

El góber de la 4T, claro, inculpando al coronavirus, de igual modo como lo culpó de las irregularidades en el manejo de dos mil 400 millones de pesos observados por la Auditoría Superior de la Federación.

Insólito: la secretaría de Desarrollo Económico "curándose en salud" con el tianguis de higos y mangos y el Ayuntamiento de Xalapa con el llamado festival del pambazo.

También, claro, el crédito de diez mil pesos, sin intereses, a pequeños y medianos productores para cuando menos poner un changarro con la venta de picadas y gordas, tacos y tortas y café de olla y/o refresco de cola.

Con todo, la terrible y espantosa desigualdad económica multiplicada en un Veracruz, pródigo en recursos naturales y habitado por gente en la pobreza. Doscientas familias, dueñas de más del 60 por ciento de la riqueza estatal. El éxodo está canijo. Un millón de paisanos en Estados Unidos como migrantes y sin papeles.

Veracruz, primer lugar nacional en la producción y exportación de trabajadoras sexuales quienes, ni modo, venden el cuerpo para garantizar el itacate en casa a los hijos y los padres ancianos.

Uno de cada 3 jefes de familia en el comercio informal. La mayor parte, en los changarros.

La autoridad, como siempre, vendiendo esperanzas de que pronto, pronto, pronto, la calidad de vida mejorará para todos.

Los carteles y cartelitos, floreciendo en tierra fértil. Insólito: el mismo gobierno de Veracruz revelando que un nuevo cartel ya está aquí o está por entrar en una plaza jugosa con autopista de sur a norte para el tráfico de la droga, con tres puertos marítimos para la carga y descarga de droga al extranjero, con pistas clandestinas y con la proclividad de políticos, jefes policiacos y policías para aliarse con los malandros.

Inverosímil, por ejemplo, que un año y medio después de la 4T en Veracruz, la secretaría de Seguridad Pública descubriera, según el boletín, a narcopolicías en los municipios de Álamo y Paso del Macho y que los polis fueran concentrados en Xalapa y de quienes, desde entonces, nada se sabe ni conoce su destino.

En el año 1800, Alejandro de Humboldt quedó sorprendido con la riqueza natural de la tierra jarocha. Y doscientos veinte años después, más asombroso resulta que 6 de los 8 millones y cacho de habitantes estén ubicados en la miseria y la pobreza por el Inegi.

La 4T ya se llevó dos años en el limbo y la nada.

La mitad del año 2021 será de lucha electoral para ganar presidencias municipales y curules locales y federales.

Será, entonces, la mitad del sexenio. Y cada vez, la desesperanza social germinando en tierra fértil.

24 meses después de la 4T en Veracruz, el resultado es el siguiente: A, poco, bajo, peor, rendimiento económico. B, mayor desigualdad económica, social, educativa, de salud, de seguridad y procuración de justicia. Y, C, el paraíso del narcotráfico.

Incluso, el Gobierno del Estado anunció, ¡vaya desliz!, que un nuevo cartel está por entrar o ya entró en el territorio jarocho. Lo peor, ninguna lucecita alumbra el largo y extenso túnel del desencanto y la desesperanza.

Cientos de empresas, negocios, comercios, changarros, quebrados, y el telón abajo. Y el explosivo desempleo por todos lados. Meseros y trabajadoras domésticas pidiendo limosna en la vía pública. Algunas, con los hijos menores a un lado para compadecer el corazón humano.

El góber de la 4T, claro, inculpando al coronavirus, de igual modo como lo culpó de las irregularidades en el manejo de dos mil 400 millones de pesos observados por la Auditoría Superior de la Federación.

Insólito: la secretaría de Desarrollo Económico "curándose en salud" con el tianguis de higos y mangos y el Ayuntamiento de Xalapa con el llamado festival del pambazo.

También, claro, el crédito de diez mil pesos, sin intereses, a pequeños y medianos productores para cuando menos poner un changarro con la venta de picadas y gordas, tacos y tortas y café de olla y/o refresco de cola.

Con todo, la terrible y espantosa desigualdad económica multiplicada en un Veracruz, pródigo en recursos naturales y habitado por gente en la pobreza. Doscientas familias, dueñas de más del 60 por ciento de la riqueza estatal. El éxodo está canijo. Un millón de paisanos en Estados Unidos como migrantes y sin papeles.

Veracruz, primer lugar nacional en la producción y exportación de trabajadoras sexuales quienes, ni modo, venden el cuerpo para garantizar el itacate en casa a los hijos y los padres ancianos.

Uno de cada 3 jefes de familia en el comercio informal. La mayor parte, en los changarros.

La autoridad, como siempre, vendiendo esperanzas de que pronto, pronto, pronto, la calidad de vida mejorará para todos.

Los carteles y cartelitos, floreciendo en tierra fértil. Insólito: el mismo gobierno de Veracruz revelando que un nuevo cartel ya está aquí o está por entrar en una plaza jugosa con autopista de sur a norte para el tráfico de la droga, con tres puertos marítimos para la carga y descarga de droga al extranjero, con pistas clandestinas y con la proclividad de políticos, jefes policiacos y policías para aliarse con los malandros.

Inverosímil, por ejemplo, que un año y medio después de la 4T en Veracruz, la secretaría de Seguridad Pública descubriera, según el boletín, a narcopolicías en los municipios de Álamo y Paso del Macho y que los polis fueran concentrados en Xalapa y de quienes, desde entonces, nada se sabe ni conoce su destino.

En el año 1800, Alejandro de Humboldt quedó sorprendido con la riqueza natural de la tierra jarocha. Y doscientos veinte años después, más asombroso resulta que 6 de los 8 millones y cacho de habitantes estén ubicados en la miseria y la pobreza por el Inegi.

La 4T ya se llevó dos años en el limbo y la nada.

La mitad del año 2021 será de lucha electoral para ganar presidencias municipales y curules locales y federales.

Será, entonces, la mitad del sexenio. Y cada vez, la desesperanza social germinando en tierra fértil.

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