/ jueves 15 de noviembre de 2018

La avaricia del matrimonio Fox-Sahagún y la codicia que los corroe

Del expresidente Vicente Fox, la idea que el común de la gente tiene, es que no supo responder a las demandas sociales de los mexicanos y lo acusan de haber permitido una intervención funesta para su alta responsabilidad, de parte de su esposa, la señora Martha Sahagún, de sus hijos, los hermanos Bribiesca y hasta de su finado ex esposo el Doctor Manuel Bribiesca Godoy.

Hoy recordamos a la fundación “Vamos México” que entre otras actividades, organizó una cena-concierto en el Castillo de Chapultepec, con invitados que pagaron la cantidad de diez mil pesos por persona, distribuidos en mesas de diez comensales y que los gobernadores de entonces, secretarios del gabinete y personalidades de la iniciativa privada, se peleaban por acaparar los lugares más cercanos a la pareja presidencial.

Nunca rindió cuentas la señora Martha Sahagún, de los ingresos obtenidos por su fundación y la SHCP y el SAT, jamás se ocuparon de requerirle el pago de las contribuciones generadas por esos actos disfrazados de bondad, para captar recursos y apoyar a los más necesitados de este país, ni siguiera la Auditoria Superior de la Federación hizo alguna observación sobre los recursos públicos aportados a la Fundación por políticos de todos los niveles, principalmente de origen panista que se congraciaron con la principal inquilina de Los Pinos y su consorte.

Del Centro Fox, construido en un rancho propiedad del expresidente Vicente Fox, subsiste la opacidad respecto al origen del dinero que se utilizó para su edificación y equipamiento; pero sobre todo, el origen del dinero para su mantenimiento. Todo eso tiene que ver con la rendición de cuentas y transparencia, obligadas a cumplir por funcionarios públicos que disponen de recursos públicos para cualquier fin.

Sobre todo cuando se aplican discrecionalmente, para caprichos de la gente cercana al poder presidencial, a quienes lo único que importa es derrochar a manos llenas, el dinero y los bienes de la nación, sabedores de que el sexenio algún día llegará a su fin y nunca más se repetirá la bonanza.

Pero como la avaricia es un deseo desordenado de adquirir o poseer más de lo necesario y la codicia es el afán excesivo de riqueza; la cancelación de las pensiones a los expresidentes de México, afectó de una manera enfermiza al expresidente Vicente Fox Quesada, seguramente doña Martha Sahagún, sufrirá para surtir la despensa de la casa, igual que todas las mujeres mexicanas.


Del expresidente Vicente Fox, la idea que el común de la gente tiene, es que no supo responder a las demandas sociales de los mexicanos y lo acusan de haber permitido una intervención funesta para su alta responsabilidad, de parte de su esposa, la señora Martha Sahagún, de sus hijos, los hermanos Bribiesca y hasta de su finado ex esposo el Doctor Manuel Bribiesca Godoy.

Hoy recordamos a la fundación “Vamos México” que entre otras actividades, organizó una cena-concierto en el Castillo de Chapultepec, con invitados que pagaron la cantidad de diez mil pesos por persona, distribuidos en mesas de diez comensales y que los gobernadores de entonces, secretarios del gabinete y personalidades de la iniciativa privada, se peleaban por acaparar los lugares más cercanos a la pareja presidencial.

Nunca rindió cuentas la señora Martha Sahagún, de los ingresos obtenidos por su fundación y la SHCP y el SAT, jamás se ocuparon de requerirle el pago de las contribuciones generadas por esos actos disfrazados de bondad, para captar recursos y apoyar a los más necesitados de este país, ni siguiera la Auditoria Superior de la Federación hizo alguna observación sobre los recursos públicos aportados a la Fundación por políticos de todos los niveles, principalmente de origen panista que se congraciaron con la principal inquilina de Los Pinos y su consorte.

Del Centro Fox, construido en un rancho propiedad del expresidente Vicente Fox, subsiste la opacidad respecto al origen del dinero que se utilizó para su edificación y equipamiento; pero sobre todo, el origen del dinero para su mantenimiento. Todo eso tiene que ver con la rendición de cuentas y transparencia, obligadas a cumplir por funcionarios públicos que disponen de recursos públicos para cualquier fin.

Sobre todo cuando se aplican discrecionalmente, para caprichos de la gente cercana al poder presidencial, a quienes lo único que importa es derrochar a manos llenas, el dinero y los bienes de la nación, sabedores de que el sexenio algún día llegará a su fin y nunca más se repetirá la bonanza.

Pero como la avaricia es un deseo desordenado de adquirir o poseer más de lo necesario y la codicia es el afán excesivo de riqueza; la cancelación de las pensiones a los expresidentes de México, afectó de una manera enfermiza al expresidente Vicente Fox Quesada, seguramente doña Martha Sahagún, sufrirá para surtir la despensa de la casa, igual que todas las mujeres mexicanas.