/ lunes 11 de noviembre de 2019

La bamba violenta, reaparece en Veracruz.

Como si fuera una enfermedad que no se puede erradicar de la geografía veracruzana, los crímenes políticos reaparecen, cuando todo mundo creía que después del gobierno encabezado por Fernando Gutiérrez Barrios, el Estado había quedado en paz, pues de la gubernatura, Gutierrez Barrios pasó al gobierno Federal, nuevamente al palacio de Cobián, lugar que vió crecer políticamente, a uno de los fundadores de la desaparecida Dirección Federal de Seguridad.

Gutiérrez Barrios postulado por el PRI para gobernador del Estado, fungía como director de CAPUFE y tenía un amplio margen de operación política y suficientes recursos económicos para el financiamiento de su campaña política. Se esperaba entonces, que el veracruzano acabara con los últimos resquicios de bandoleros dedicados al robo de ganado, que perturbaban la tranquilidad en el campo, por encima de la criminalidad.

Sólo que lo primero que hizo el candidato, fue visitar a los caciques ganaderos que controlaban de Pánuco hasta Tuxpan, y en el sur a los hermanos Balderas y a otros líderes del sindicato petrolero, quienes (según se dijo) liderados por Joaquín Hernández Galicia “la Quina”, habían comprometido el voto en favor del al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas.

Las críticas en medios nacionales y locales, hicieron que Gutiérrez Barrios modificara el rumbo de su campaña y desterrara a los caciques. Lo que siguió y sorprendió a todos, fue la forma de cumplir el encargo que el candidato presidencial, Salinas de Gortari le diera a nuestro paisano, para operar la abrupta salida del líder petrolero Joaquín Hdez. Galicia “la Quina” sustituido por Sebastián Guzmán Cabrera. Así como la invitación al profesor Carlos Jongitud Barrios para dejar la dirigencia nacional del SENTE en manos de la maestra Elba Esther Gordillo Morales.

Dos años bastaron a Gutierrez Barrios para construir La Paz en Veracruz y acabar con los crímenes políticos que generaban “vendetas” al quedar impunes; motivos más que suficientes para que el presidente Salinas fomentara en Gutiérrez Barrios, la posibilidad de una candidatura presidencial que nunca llegó. Lo importante para evitar la sangre que corre por todo el territorio veracruzano, es que cada gobernador, asuma el control de los cuerpos de policía y ejerza el mando para evitar crímenes lamentables como el ocurrido en Medellín, Ver. Con la muerte del diputado Juan Carlos Molina, líder indiscutible de los trabajadores azucareros. Descanse en Paz.

Como si fuera una enfermedad que no se puede erradicar de la geografía veracruzana, los crímenes políticos reaparecen, cuando todo mundo creía que después del gobierno encabezado por Fernando Gutiérrez Barrios, el Estado había quedado en paz, pues de la gubernatura, Gutierrez Barrios pasó al gobierno Federal, nuevamente al palacio de Cobián, lugar que vió crecer políticamente, a uno de los fundadores de la desaparecida Dirección Federal de Seguridad.

Gutiérrez Barrios postulado por el PRI para gobernador del Estado, fungía como director de CAPUFE y tenía un amplio margen de operación política y suficientes recursos económicos para el financiamiento de su campaña política. Se esperaba entonces, que el veracruzano acabara con los últimos resquicios de bandoleros dedicados al robo de ganado, que perturbaban la tranquilidad en el campo, por encima de la criminalidad.

Sólo que lo primero que hizo el candidato, fue visitar a los caciques ganaderos que controlaban de Pánuco hasta Tuxpan, y en el sur a los hermanos Balderas y a otros líderes del sindicato petrolero, quienes (según se dijo) liderados por Joaquín Hernández Galicia “la Quina”, habían comprometido el voto en favor del al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas.

Las críticas en medios nacionales y locales, hicieron que Gutiérrez Barrios modificara el rumbo de su campaña y desterrara a los caciques. Lo que siguió y sorprendió a todos, fue la forma de cumplir el encargo que el candidato presidencial, Salinas de Gortari le diera a nuestro paisano, para operar la abrupta salida del líder petrolero Joaquín Hdez. Galicia “la Quina” sustituido por Sebastián Guzmán Cabrera. Así como la invitación al profesor Carlos Jongitud Barrios para dejar la dirigencia nacional del SENTE en manos de la maestra Elba Esther Gordillo Morales.

Dos años bastaron a Gutierrez Barrios para construir La Paz en Veracruz y acabar con los crímenes políticos que generaban “vendetas” al quedar impunes; motivos más que suficientes para que el presidente Salinas fomentara en Gutiérrez Barrios, la posibilidad de una candidatura presidencial que nunca llegó. Lo importante para evitar la sangre que corre por todo el territorio veracruzano, es que cada gobernador, asuma el control de los cuerpos de policía y ejerza el mando para evitar crímenes lamentables como el ocurrido en Medellín, Ver. Con la muerte del diputado Juan Carlos Molina, líder indiscutible de los trabajadores azucareros. Descanse en Paz.