Platicando con un grupo de amigos en el circulo de lectura, del cual hablamos recientemente, nos hicieron favor de proporcionarnos una serie de anomalías con la colocación de los botes para basura, producto todas ellas, de la mala educación del común de las personas que nos rodean.
Situación que se presentó con la llegada de muchas familias, razón por la cual nuestra ciudad dejó de ser provinciana para volverse cosmopolita.
A continuación, la serie de anomalías: personas que por alguna razón no sacan su basura a la hora que pasa el camión, se les hace fácil sacarla y echarla en los botes, de manera tal que con dos o tres que hagan esto se rebasará el cupo de estos mismos y por ello se convierten en tiraderos a cielo abierto y por ende en una fuente de contaminación. Lo mismo ocurre en las esquinas y otros sitios indicados para sacarla antes del paso de los camiones recolectores y de preferencia al toque de la campana, es decir, unos minutos antes de su paso; lo mismo que en estos lugares deben colocarse láminas que indiquen el horario aproximado del paso de los camiones recolectores, con un aviso que haga saber: “La persona que saque su basura, después de esta hora, será sancionada económicamente”.
Se hace necesario repetir que al sacar a pasear una mascota se debe llevar una bolsita para recoger las heces y no molestar a quienes caminan por esa calle o a quien vive en la casa por ahí construida.
Algo muy difícil de erradicar es tirar la basura desde un auto mientras éste circula por las calles de las ciudades y carreteras del país. Lo hemos dicho nosotros y lo hemos visto en la televisión: la idea es que todas esas personas lleven una bolsita donde echar todos los desperdicios que salen de lo que van comiendo o bebiendo con el fin de mantener el ambiente limpio.
Estamos seguros de que quienes nos leen con verdadero interés son pocos, al lado de quienes ni siquiera leen el periódico, por lo cual nos atrevemos a pedirles que, a través de la palabra, a quienes les rodean: familiares y amigos, les hagan llegar la idea de como mantener limpio el ambiente, para bien de quienes habitamos en la ciudad, incluidos ellos, claro está.
Si la memoria no nos traiciona, en alguna de nuestras colaboraciones sobre el tema hicimos la petición de que las autoridades correspondientes intervinieran para evitar el uso de volantes que algunos comercios usan para darse a conocer u ofrecer algún producto. Hoy la repetimos, porque hará unos tres días caminando por la calle principal la vimos, literalmente hablando, tapizada de volantes desechados. Aquí la culpa es de: quien los reparte y de quien lo recibe por aceptarlos e inmediatamente después de verlos, si no les interesa, los tira donde sea y no en los lugares adecuados.
Si todos cooperamos con gusto, más pronto podemos alcanzar el mejoramiento del ambiente que nos rodea. ¡Salud!
