/ viernes 18 de junio de 2021

La caricia

La caricia del viento, el aroma de mi llanto y la lluvia que me arrulla sin tormento. Voy esquivando mis tenues pensamientos, saltando por encima de la galaxia del tiempo. La caricia hay que buscarla, la misma hay que darla, al irrumpir acariciando a los cronos, a la latencia del propio vivir, al amor mismo, a nuestro ser interno que alberga lo inhóspito de lo externo.

La caricia es vibración que da sentido y es perfume de flores ancestrales, acaricia algo, a un pequeñuelo, o en un espejo a tu propio rostro, a un amor lejano y por el tiempo transformado, a unas manos arrugadas, las de un anciano.

Acaricia con tus pensamientos, con tus huellas y actitudes, sólo acaricia, y verás que el mundo es como una suave brisa de verano, que ni se pierde ni te martiriza. En vano sería el sentimiento sin una sombra de cariño, dado en la caricia, fluido en la idea de querer a otro ser, por aquello que amamos en nosotros... y observa cómo se desliza la ahora otoñal brisa, dentro del crepúsculo de nuestras mentes y las ideas que abren en botones de flor de mayo, hacia la cúspide del cielo, donde las golondrinas vuelan calmadas y en sincronía con el viento.

Puede ser la caricia táctil, verbal y risueña, con una risa que explote en ánimo y libertad. Y así será nuestra vida, tal como una sutil y a veces profunda caricia, que se desliza entre tu sombra y las chispas de nuestras risas...

Con estas líneas poéticas de mi autoría, es seguro que vengo representando un sentimiento necesario, donde la fragilidad humana pega, se revierte el sentido cálido del sentir general, y he podido detectar mucha gente enojada consigo misma, que por defecto llegamos a agredirnos por cuenta propia, por capricho, rebeldía o meros pretextos de los prejuicios que aplicamos. Ningún mundo es perfecto y aquí convivimos con muchos de ellos, muchas veces omitiendo nuestro propio mundo interno. ¿Queremos escapar, adónde? Ya que la casa nuestra en principio es nuestro ser físico, mental y espiritual, pero además se conjuga con mucho más personas en tratos diferentes y a veces nos friccionamos sin tener necesidad de ello.

Si esto te suena muy pacifista, ve y mira a tu alrededor todo aquello que no te parece, e incluso las ideas que odias, pero también aquellas que mantienes vivas en tu sistema de creencias, ahora sí podrás darte cuenta que esto no es un disparate.

Tener vida es el elemento crucial para sentir de todo un poco, de lo amargo y lo dulce, de los tonos de nuestra personalidad, del egocentrismo acérrimo y lacerante, y sin embargo tenemos que convivir con tales dilemas. Nadie es la paloma de la paz. Ya en otro contexto vemos que el consumo de drogas que alteran los sentidos humanos está al alza, la causa es complicada y sencilla, parte de la inconformidad creada por las neurosis de poder, de control, de manipulación, o simple y llanamente por la no aceptación de uno mismo; la caricia va más allá, se extiende a tu cuerpo, tu alma, tus pensamientos, aun sabiendo que nada es perfecto. Tengamos paciencia y seamos magnánimos con nosotros mismos y con aquellos con quienes tenemos la breve oportunidad de tratar. Démonos a la tarea de hacerlo.

Si esto te suena muy pacifista, ve y mira a tu alrededor todo aquello que no te parece, e incluso las ideas que odias, pero también aquellas que mantienes vivas en tu sistema de creencias, ahora sí podrás darte cuenta que esto no es un disparate.

La caricia del viento, el aroma de mi llanto y la lluvia que me arrulla sin tormento. Voy esquivando mis tenues pensamientos, saltando por encima de la galaxia del tiempo. La caricia hay que buscarla, la misma hay que darla, al irrumpir acariciando a los cronos, a la latencia del propio vivir, al amor mismo, a nuestro ser interno que alberga lo inhóspito de lo externo.

La caricia es vibración que da sentido y es perfume de flores ancestrales, acaricia algo, a un pequeñuelo, o en un espejo a tu propio rostro, a un amor lejano y por el tiempo transformado, a unas manos arrugadas, las de un anciano.

Acaricia con tus pensamientos, con tus huellas y actitudes, sólo acaricia, y verás que el mundo es como una suave brisa de verano, que ni se pierde ni te martiriza. En vano sería el sentimiento sin una sombra de cariño, dado en la caricia, fluido en la idea de querer a otro ser, por aquello que amamos en nosotros... y observa cómo se desliza la ahora otoñal brisa, dentro del crepúsculo de nuestras mentes y las ideas que abren en botones de flor de mayo, hacia la cúspide del cielo, donde las golondrinas vuelan calmadas y en sincronía con el viento.

Puede ser la caricia táctil, verbal y risueña, con una risa que explote en ánimo y libertad. Y así será nuestra vida, tal como una sutil y a veces profunda caricia, que se desliza entre tu sombra y las chispas de nuestras risas...

Con estas líneas poéticas de mi autoría, es seguro que vengo representando un sentimiento necesario, donde la fragilidad humana pega, se revierte el sentido cálido del sentir general, y he podido detectar mucha gente enojada consigo misma, que por defecto llegamos a agredirnos por cuenta propia, por capricho, rebeldía o meros pretextos de los prejuicios que aplicamos. Ningún mundo es perfecto y aquí convivimos con muchos de ellos, muchas veces omitiendo nuestro propio mundo interno. ¿Queremos escapar, adónde? Ya que la casa nuestra en principio es nuestro ser físico, mental y espiritual, pero además se conjuga con mucho más personas en tratos diferentes y a veces nos friccionamos sin tener necesidad de ello.

Si esto te suena muy pacifista, ve y mira a tu alrededor todo aquello que no te parece, e incluso las ideas que odias, pero también aquellas que mantienes vivas en tu sistema de creencias, ahora sí podrás darte cuenta que esto no es un disparate.

Tener vida es el elemento crucial para sentir de todo un poco, de lo amargo y lo dulce, de los tonos de nuestra personalidad, del egocentrismo acérrimo y lacerante, y sin embargo tenemos que convivir con tales dilemas. Nadie es la paloma de la paz. Ya en otro contexto vemos que el consumo de drogas que alteran los sentidos humanos está al alza, la causa es complicada y sencilla, parte de la inconformidad creada por las neurosis de poder, de control, de manipulación, o simple y llanamente por la no aceptación de uno mismo; la caricia va más allá, se extiende a tu cuerpo, tu alma, tus pensamientos, aun sabiendo que nada es perfecto. Tengamos paciencia y seamos magnánimos con nosotros mismos y con aquellos con quienes tenemos la breve oportunidad de tratar. Démonos a la tarea de hacerlo.

Si esto te suena muy pacifista, ve y mira a tu alrededor todo aquello que no te parece, e incluso las ideas que odias, pero también aquellas que mantienes vivas en tu sistema de creencias, ahora sí podrás darte cuenta que esto no es un disparate.