La situación económica familiar termina muy maltrecha en 2018, especialmente para millones de asalariados, y aún peor, para los desempleados de Veracruz y del país. Esto se reflejó en las bajas compras navideñas, no solamente en regalos que se dan y reciben en esta fechas de generosidad, aunque dependa de la capacidad financiera de cada quien, sino en lo que se observa a simple vista en la adquisición de comestibles para la cena de Nochebuena y fin de año. Es tradicional en las mesas mexicanas el pavo y otros guisos (bacalao, romeritos, pierna de cerdo, ensalada de frutas, ponche y brindis con vinos y bebidas) que reúnen a las familias. Sería mentir decir que no hubo este tipo de cena, pero sólo para algunos, modestas para otros y en muchos casos no hubo cena. En mercados y centros comerciales incrementó la venta de pollo entero y disminuyó la de pavos congelados que permanecían en los aparadores, sin agotarse. En carnicerías pasaba lo mismo con las extremidades de cerdos colgadas en ganchos, en espera de venta. Parecería simple la observación, pero resulta un termómetro de la situación económica que padecen las familias mexicanas, sin empleo o con empleos que no satisfacen sus necesidades básicas. ¿Sirve el incremento que se registró al salario mínimo? Desde luego, es uno de los incrementos más importantes logrado en décadas, pero 14 pesos más al día no resuelve el bienestar familiar. Además, analistas advierten que ese incremento impactará en igual proporción en el costo de otros bienes y servicios que se regulan con base en salarios mínimos, es decir, será inflacionario, a diferencia de haber incrementado las prestaciones sociales. Pero el punto es si 2018 —y años anteriores— ha sido crítico para los trabajadores y sus familias, y más para quienes se encuentran desempleados, debería ser una prioridad crear condiciones para atraer nuevas inversiones que generen empleos mejor remunerados, pero también encontrar la fórmula para mejorar la vida, no solamente con programas sociales. El reto para los nuevos gobiernos, federal, estatales y municipales, es que 2019 se convierta en la oportunidad para cambiar la suerte de estas familias en situación de pobreza, no solamente ayuda asistencialista.
ES SUSPENSIÓN PROVISIONAL, NO AMPARO A WINCKLER
Explican profesionales de derecho que no fue un amparo el que otorgó un juez federal a Jorge Winckler Ortiz, sino una suspensión provisional para que por ahora no surta efecto la modificación constitucional que faculta al Congreso local a nombrar y remover al fiscal general del Estado por motivos justificados, en tanto se resuelve en definitiva la solicitud hecha por éste para evitar que esa medida se aplique en su contra. Y es que en algunos medios se difundió la equivocada afirmación de que se le había concedido el amparo que solicitó. Habrá que esperar, ahora, lo que diga una instancia superior para que el Poder Judicial determine si concede o no esa suspensión definitiva. De todos modos, Winckler enfrentará aparte tres juicios políticos en su contra que, hasta donde se observa, no hay duda de que va a dictaminar procedente la Comisión de Justicia, donde se analiza la procedencia de la solicitud presentada por un abogado del puerto de Veracruz, defensor de un exfuncionario de la Secretaría de Seguridad Pública preso en el penal de Pacho Viejo; la ONEA y colectivos de familiares de desaparecidos, quienes presentaron pruebas de delitos graves, omisiones y agravios cometidos por el titular de ese órgano de procuración de justicia que se presume independiente. Esperemos.
Escriba a opedro2006@gmail.com
