/ domingo 12 de agosto de 2018

La enorme deuda veracruzana

La deuda pública veracruzana no es un tema que se pueda endosar a la presente administración estatal, dado que tiene más de una década que comenzaron los problemas en materia de finanzas para la entidad.

Por años de falta de disciplina financiera y de responsabilidad administrativa en Veracruz no se puede culpar a un gobierno tan efímero como el de Miguel Ángel Yunes, quien lleva en el cargo de gobernador 20 de los 24 meses que se mantendrá en el cargo.

En 2008, de acuerdo con datos de la Auditoría Superior de la Federación, la deuda pública de la entidad veracruzana, entonces gobernada por Fidel Herrera Beltrán, era de poco más de 9 mil 169 millones de pesos; ya se había duplicado con relación al monto heredado por Miguel Alemán Velasco. Veracruz ocupaba el lugar número 6 del país en obligaciones financieras.

En 2011, el primer año de Javier Duarte en el Gobierno de Veracruz, la entidad pasó al quinto lugar nacional; la deuda se ubicó en 27 mil 938 millones de pesos. Ese año, la deuda per cápita era de mil 261 pesos.

Lo peor es que para 2015, las obligaciones financieras de Veracruz, en proporción a sus participaciones federales, superaban el 130%.

El 1 de abril de 2016, el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados dio a conocer que la entidad ya no era quinto, sino tercer lugar nacional en el monto de las obligaciones financieras. Veracruz superó los 45 mil millones de pesos.

Así, con esos graves problemas financieros, comenzó su administración estatal Miguel Ángel Yunes en Veracruz.

Hasta marzo de 2018, la deuda pública de la entidad se ubicaba en 47 mil 940 millones de pesos; la deuda per cápita ya no es de mil 261 mil pesos, como en 2011, sino de 5 mil 800 pesos, de acuerdo con el Sistema de Alertas de las Entidades Federativas.

Lo peor, en dicho escenario, es que debido a que por años el gobierno estatal gastó más de lo que tenía, fue pidiendo crédito tras crédito; pero el financiamiento se usaba para el pago de gasto corriente y no para la inversión; es decir, se debe más pero no existe obra pública; no se destinaron recursos para carreteras, para el apoyo a los sectores productivos, para mejorar la infraestructura de salud, ni para el tema de seguridad pública. Simplemente Veracruz debe más y nadie sabe explicar en qué se usó el dinero de esa millonaria deuda.

Después de reestructurar la deuda, la actual administración prolongó los plazos para sus pagos y logró bajar las tasas de interés; sin embargo, los compromisos financieros siguen tan vigentes como cuando estuvieron en el gobierno estatal Fidel Herrera o Javier Duarte.

Probablemente lo que se puede reconocer a Yunes Linares es esa renegociación, así como el hecho de que su administración no aumentó el monto de la deuda, como sí ocurrió con los tres gobiernos estatales anteriores.

El tema de la deuda pública veracruzana se retoma hoy debido a las diferencias en cuanto a las cifras que presentaron de forma reciente tanto el gobernador electo, Cuitláhuac García, como el ejecutivo en funciones, Miguel Ángel Yunes.

El primero se refirió al problema financiero que heredará su administración, dado que tendrá un presupuesto de 100 mil millones de pesos anuales, pero la deuda estaría cerca de 80 mil millones. En respuesta, el actual mandatario estatal aclaró que su gobierno bajó la deuda de 49 mil a 47 mil millones de pesos en menos de dos años: 42 mil millones con bancos y 5 mil millones con Banobras.

La diferencia entre las cifras probablemente radique en los recursos pendientes a la Universidad Veracruzana y a los empresarios que todavía esperan el milagro del cobro de facturas por servicios presuntamente prestados al gobierno de Javier Duarte. Como sea, con esa enorme deuda está a punto de cerrar su administración Miguel Ángel Yunes; y de iniciar Cuitláhuac García.

@luisromero85



La deuda pública veracruzana no es un tema que se pueda endosar a la presente administración estatal, dado que tiene más de una década que comenzaron los problemas en materia de finanzas para la entidad.

Por años de falta de disciplina financiera y de responsabilidad administrativa en Veracruz no se puede culpar a un gobierno tan efímero como el de Miguel Ángel Yunes, quien lleva en el cargo de gobernador 20 de los 24 meses que se mantendrá en el cargo.

En 2008, de acuerdo con datos de la Auditoría Superior de la Federación, la deuda pública de la entidad veracruzana, entonces gobernada por Fidel Herrera Beltrán, era de poco más de 9 mil 169 millones de pesos; ya se había duplicado con relación al monto heredado por Miguel Alemán Velasco. Veracruz ocupaba el lugar número 6 del país en obligaciones financieras.

En 2011, el primer año de Javier Duarte en el Gobierno de Veracruz, la entidad pasó al quinto lugar nacional; la deuda se ubicó en 27 mil 938 millones de pesos. Ese año, la deuda per cápita era de mil 261 pesos.

Lo peor es que para 2015, las obligaciones financieras de Veracruz, en proporción a sus participaciones federales, superaban el 130%.

El 1 de abril de 2016, el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados dio a conocer que la entidad ya no era quinto, sino tercer lugar nacional en el monto de las obligaciones financieras. Veracruz superó los 45 mil millones de pesos.

Así, con esos graves problemas financieros, comenzó su administración estatal Miguel Ángel Yunes en Veracruz.

Hasta marzo de 2018, la deuda pública de la entidad se ubicaba en 47 mil 940 millones de pesos; la deuda per cápita ya no es de mil 261 mil pesos, como en 2011, sino de 5 mil 800 pesos, de acuerdo con el Sistema de Alertas de las Entidades Federativas.

Lo peor, en dicho escenario, es que debido a que por años el gobierno estatal gastó más de lo que tenía, fue pidiendo crédito tras crédito; pero el financiamiento se usaba para el pago de gasto corriente y no para la inversión; es decir, se debe más pero no existe obra pública; no se destinaron recursos para carreteras, para el apoyo a los sectores productivos, para mejorar la infraestructura de salud, ni para el tema de seguridad pública. Simplemente Veracruz debe más y nadie sabe explicar en qué se usó el dinero de esa millonaria deuda.

Después de reestructurar la deuda, la actual administración prolongó los plazos para sus pagos y logró bajar las tasas de interés; sin embargo, los compromisos financieros siguen tan vigentes como cuando estuvieron en el gobierno estatal Fidel Herrera o Javier Duarte.

Probablemente lo que se puede reconocer a Yunes Linares es esa renegociación, así como el hecho de que su administración no aumentó el monto de la deuda, como sí ocurrió con los tres gobiernos estatales anteriores.

El tema de la deuda pública veracruzana se retoma hoy debido a las diferencias en cuanto a las cifras que presentaron de forma reciente tanto el gobernador electo, Cuitláhuac García, como el ejecutivo en funciones, Miguel Ángel Yunes.

El primero se refirió al problema financiero que heredará su administración, dado que tendrá un presupuesto de 100 mil millones de pesos anuales, pero la deuda estaría cerca de 80 mil millones. En respuesta, el actual mandatario estatal aclaró que su gobierno bajó la deuda de 49 mil a 47 mil millones de pesos en menos de dos años: 42 mil millones con bancos y 5 mil millones con Banobras.

La diferencia entre las cifras probablemente radique en los recursos pendientes a la Universidad Veracruzana y a los empresarios que todavía esperan el milagro del cobro de facturas por servicios presuntamente prestados al gobierno de Javier Duarte. Como sea, con esa enorme deuda está a punto de cerrar su administración Miguel Ángel Yunes; y de iniciar Cuitláhuac García.

@luisromero85