/ miércoles 7 de octubre de 2020

La final entre Biden y Trump será de fotografía

Lo que significaba el contagio del coronavirus para 35.6 millones de personas en el mundo se dejó sentir ahora en el líder de Norteamérica, Donald Trump, quien representa para su país al hombre aparentemente invencible, quien presuntamente superó al Covid-19 y ahora, con conocimiento de causa, puede exhortar a su pueblo para superar la crisis de la pandemia y conseguir su reelección.

Como los guerreros que triunfan en la batalla, Trump regresó a la Casa Blanca y lo primero que hizo fue quitarse el cubrebocas, para minimizar el miedo que en algunos sectores sociales estadounidenses sembró la noticia de su médico personal, el doctor Sean Conley, consistente en que habría que esperar hasta el próximo lunes para respirar aliviados y descartar consecuencias letales en Donald Trump.

Trump tomó la palabra a su médico, con la salvedad de no suspender los mítines que viene promoviendo en su campaña reeleccionista, a un mes de concluir, debido a las ventajas que ha logrado su principal contrincante Joe Biden, quien se ha levantado de la lona, con todo el ánimo y energía para vencer al gigantón.

El próximo día 15, en Miami, se espera que el debate entre Trump y Biden defina anticipadamente el resultado del cómputo final de la jornada electoral norteamericana, en la que también influirá el número de muertos por la pandemia, que alcanza la cifra de 210 mil fallecidos, más 7.5 millones de contagiados en EU, algunos de los cuales tendrán la posibilidad de votar el próximo 3 de noviembre para decidir por el nuevo mesías que conducirá al coloso del norte.

En tanto, la manifestación de Trump, en el sentido de estar “más fuerte que hace 20 años”, ha resultado una buena estrategia de marketing político, para evitar una fractura y desestabilización en las finanzas públicas de todo el mundo.

Si Trump en sus negocios y en la política ha demostrado inteligencia y audacia, Joe Biden no es ningún perdedor y aprovechó para replicarle a su contrario que convenza con sus pobres argumentos a las familias de los 210 mil muertos que no son por ineficacia de su gobierno los catastróficos resultados que han enlutado a todo el país.



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Lo que significaba el contagio del coronavirus para 35.6 millones de personas en el mundo se dejó sentir ahora en el líder de Norteamérica, Donald Trump, quien representa para su país al hombre aparentemente invencible, quien presuntamente superó al Covid-19 y ahora, con conocimiento de causa, puede exhortar a su pueblo para superar la crisis de la pandemia y conseguir su reelección.

Como los guerreros que triunfan en la batalla, Trump regresó a la Casa Blanca y lo primero que hizo fue quitarse el cubrebocas, para minimizar el miedo que en algunos sectores sociales estadounidenses sembró la noticia de su médico personal, el doctor Sean Conley, consistente en que habría que esperar hasta el próximo lunes para respirar aliviados y descartar consecuencias letales en Donald Trump.

Trump tomó la palabra a su médico, con la salvedad de no suspender los mítines que viene promoviendo en su campaña reeleccionista, a un mes de concluir, debido a las ventajas que ha logrado su principal contrincante Joe Biden, quien se ha levantado de la lona, con todo el ánimo y energía para vencer al gigantón.

El próximo día 15, en Miami, se espera que el debate entre Trump y Biden defina anticipadamente el resultado del cómputo final de la jornada electoral norteamericana, en la que también influirá el número de muertos por la pandemia, que alcanza la cifra de 210 mil fallecidos, más 7.5 millones de contagiados en EU, algunos de los cuales tendrán la posibilidad de votar el próximo 3 de noviembre para decidir por el nuevo mesías que conducirá al coloso del norte.

En tanto, la manifestación de Trump, en el sentido de estar “más fuerte que hace 20 años”, ha resultado una buena estrategia de marketing político, para evitar una fractura y desestabilización en las finanzas públicas de todo el mundo.

Si Trump en sus negocios y en la política ha demostrado inteligencia y audacia, Joe Biden no es ningún perdedor y aprovechó para replicarle a su contrario que convenza con sus pobres argumentos a las familias de los 210 mil muertos que no son por ineficacia de su gobierno los catastróficos resultados que han enlutado a todo el país.



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