/ jueves 23 de junio de 2022

La gasolina y la invasión a Ucrania

El actual presidente de México prometió en campaña que si Morena ganaba las elecciones, el litro de gasolina costaría $10.00 en México y se comprometió a “bajarla”. Ya han pasado prácticamente cuatro años de su triunfo electoral y su precio es superior a los $22.00 por litro. ¿Por qué no ha podido cumplir este compromiso al igual que muchos otros, como tener un sistema de salud como el de Dinamarca o desterrar la corrupción? ¿Es por falta de conocimiento o se trató de mentiras deliberadas para engañar a los electores?

Quizás ambas cosas han ocurrido y millones de mexicanos, ante la imposibilidad de mejorar su condición de vida, se aferran a un idealismo utópico que tiene como fundamento la esperanza en una especie de “redentor milagroso” que un día hará que todo vaya mejor o que cuando termine sus obras y se afiancen sus programas se empiece a vivir de manera diferente.

Otra hipótesis es que culturalmente prevalezca en parte de México una inercia pesimista y en algunos casos hasta un resentimiento social por lo que toleran los errores y la demagogia del actual gobierno. En este caso, muchos piensan que no importa que se equivoque o mienta el Presidente con tal que los de “antes”, que en muchos casos sí saben, no gobiernen y hasta llegan a decir que es mejor que “hayan cambios”, sin saber si son buenos o malos.

La invasión de Putin a Ucrania nos enseña que en el mundo, y no sólo en México, se abusa de la propaganda y que hay mucha mezquindad en los gobiernos de corte populista. Ningún gobierno puede bajar el precio de la gasolina porque este depende del valor del barril de petróleo que se cotiza a nivel mundial en los distintos mercados. La única forma real para disminuir su costo es que baje su demanda a nivel global y para ello se requiere que sea sustituido por otros energéticos.

En Europa la gasolina cuesta en pesos mexicanos desde $14.00 (Bielorrusia) hasta más de $50.00 (Noruega), mientras que en Estados Unidos unos $25.00 (Texas) por litro. Si en México no ha llegado a ese nivel es porque se ha dejado la SHCP de cobrar el IEPS (Impuesto Especial sobre Producción y Servicios) con la consecuente pérdida de ingreso para el gobierno que repercute en otras áreas como salud, educación y seguridad. A cambio de tener la gasolina en $22.00 en promedio (muy lejos de los $10.00 prometidos por AMLO) escasean las medicinas, están sin mantenimiento las escuelas y no cuentan con recursos para evitar los asaltos y crímenes.

La guerra en Ucrania ya se ha alargado más de lo que muchos previeron y han provocado un aumento fuerte de los precios del petróleo. No se sabe cuánto durará más esta crisis, pero confirma que ningún gobierno puede establecer de manera “soberana” los precios porque estos dependen del mercado internacional, que cada día es más interdependiente. El desconocimiento de la realidad y las mentiras caen por su propio peso.

@basiliodelavega

El actual presidente de México prometió en campaña que si Morena ganaba las elecciones, el litro de gasolina costaría $10.00 en México y se comprometió a “bajarla”. Ya han pasado prácticamente cuatro años de su triunfo electoral y su precio es superior a los $22.00 por litro. ¿Por qué no ha podido cumplir este compromiso al igual que muchos otros, como tener un sistema de salud como el de Dinamarca o desterrar la corrupción? ¿Es por falta de conocimiento o se trató de mentiras deliberadas para engañar a los electores?

Quizás ambas cosas han ocurrido y millones de mexicanos, ante la imposibilidad de mejorar su condición de vida, se aferran a un idealismo utópico que tiene como fundamento la esperanza en una especie de “redentor milagroso” que un día hará que todo vaya mejor o que cuando termine sus obras y se afiancen sus programas se empiece a vivir de manera diferente.

Otra hipótesis es que culturalmente prevalezca en parte de México una inercia pesimista y en algunos casos hasta un resentimiento social por lo que toleran los errores y la demagogia del actual gobierno. En este caso, muchos piensan que no importa que se equivoque o mienta el Presidente con tal que los de “antes”, que en muchos casos sí saben, no gobiernen y hasta llegan a decir que es mejor que “hayan cambios”, sin saber si son buenos o malos.

La invasión de Putin a Ucrania nos enseña que en el mundo, y no sólo en México, se abusa de la propaganda y que hay mucha mezquindad en los gobiernos de corte populista. Ningún gobierno puede bajar el precio de la gasolina porque este depende del valor del barril de petróleo que se cotiza a nivel mundial en los distintos mercados. La única forma real para disminuir su costo es que baje su demanda a nivel global y para ello se requiere que sea sustituido por otros energéticos.

En Europa la gasolina cuesta en pesos mexicanos desde $14.00 (Bielorrusia) hasta más de $50.00 (Noruega), mientras que en Estados Unidos unos $25.00 (Texas) por litro. Si en México no ha llegado a ese nivel es porque se ha dejado la SHCP de cobrar el IEPS (Impuesto Especial sobre Producción y Servicios) con la consecuente pérdida de ingreso para el gobierno que repercute en otras áreas como salud, educación y seguridad. A cambio de tener la gasolina en $22.00 en promedio (muy lejos de los $10.00 prometidos por AMLO) escasean las medicinas, están sin mantenimiento las escuelas y no cuentan con recursos para evitar los asaltos y crímenes.

La guerra en Ucrania ya se ha alargado más de lo que muchos previeron y han provocado un aumento fuerte de los precios del petróleo. No se sabe cuánto durará más esta crisis, pero confirma que ningún gobierno puede establecer de manera “soberana” los precios porque estos dependen del mercado internacional, que cada día es más interdependiente. El desconocimiento de la realidad y las mentiras caen por su propio peso.

@basiliodelavega

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