/ viernes 12 de febrero de 2021

La ingente necesidad de reformar la educación

En 2010 el Colegio de México publicó el libro La educación en México, de la colección Historia Mínima, bajo la coordinación de Dorothy Tanck de Estrada. Este volumen es producto del Seminario de la Educación en México que dirigió la Dra. Josefina Zoraida Vázquez. ¿Por qué abordar esta obra?

Hoy que el país atraviesa una situación crítica en el campo de la educación se deben analizar otros periodos de la vida nacional para proyectar el destino del sistema educativo. En el texto se hace la siguiente alusión: “Los proyectos y realidades de la práctica no se pueden analizar sin considerar las ideas y las corrientes pedagógicas del mundo occidental siempre asumiendo las modificaciones y adaptaciones realizadas por una sociedad pluriétnica y pluricultural como es la mexicana”.

El libro que se comenta permite tener conocimiento del papel que ha tenido la educación en el proceso histórico que han vivido los mexicanos desde la Etapa prehispánica, con la autoría de Pablo Escalante Gonzalbo; El virreinato y el nuevo orden, de Pilar Gonzalbo Aizpuru; El siglo de las luces, de Dorothy Tanck de Estrada; El entusiasmo por la independencia, de Anne Staples; Fin de siglo y de un régimen, de Engracia Loyo y Anne Staples; La educación del pueblo, de Engracia Loyo; La búsqueda de la modernidad, de Cecilia Greaves L., hasta la Crisis de renovación, de Josefina Zoraida Vázquez, autora también de Nacionalismo y educación.

La importancia del escrito radica en que los autores abordan la problemática educativa desde una nueva perspectiva en el proceso de investigación; aquella historia de la educación dedicada a las crónicas de la legislación educativa, instituciones de enseñanza, reseñas de ideas pedagógicas, metodologías formalmente recomendadas ha quedado atrás, ahora se concibe a la educación como parte fundamental de la historia social y debe formar parte del análisis de la situación política, las crisis económicas, la evolución de las creencias y la vida diaria.

En el libro se reconoce el “protagonismo de la educación como forjadora de ideas y como promotora de cambios y de actitudes propias de una sociedad dinámica. Su propósito también es dar a conocer la realidad social y política de cada momento, la actividad y las ideas de los maestros, de los grupos sociales, de los gobiernos locales, de las iglesias, de los alumnos.

Los autores además de examinar temas del pasado que pudieran explicar objetivos y conceptos de la educación contemporánea han hecho hincapié en las metas y logros de las sociedades pretéritas de acuerdo con las circunstancias y valores de cada periodo. Igualmente, son muy puntuales cuando señalan que “México entró al siglo XXI sin renovar la educación. La simple extensión de sus servicios para enfrentar la creciente demanda no ha mejorado la calidad ni ha vencido el rezago… persiste el analfabetismo funcional. Las instituciones de educación superior, tanto oficiales como privadas, muestran logros, pero son insuficientes para proveer la ciencia y la tecnología necesaria para liberar al país de la dependencia del exterior”.

También en sus aportaciones a la historia de la educación, consideran que el crecimiento desbordado de la población escolar se ha convertido en un gran desafío para mejorar la calidad y aumentar la permanencia de los alumnos en el aula. Expresan que es evidente el empeño sexenal por imponer su sello a la educación y se ha privado al sistema de continuidad, al tiempo que el sindicato se ha convertido en el principal opositor para llevar a cabo las reformas y hacer evaluaciones al desempeño de los docentes.

La ingente necesidad de reformar la educación desde aquel Congreso Pedagógico de 1889 ha pasado de generación en generación y la historia nos muestra cómo han sucedido las reformas una tras otra sin que ninguna de ellas satisfaga más que a sus autores, las autoridades del ramo y el presidente en turno. ¿Cómo explicarle a la sociedad este problema que le incumbe?

Hoy existe expectativa respecto a la anunciada reforma educativa, considerando que la anterior administración fue inerte en este ramo. Pablo Latapí comentaba que “si la nueva educación está en coherencia con una sociedad más justa, igualitaria y participativa”, se podrá decir que habrá innovación. Si por el contrario resulta ser “un remiendo educativo, habrá que concluir que todo lo demás no pasará de ser también remiendo social, económico y político”.

En 2010 el Colegio de México publicó el libro La educación en México, de la colección Historia Mínima, bajo la coordinación de Dorothy Tanck de Estrada. Este volumen es producto del Seminario de la Educación en México que dirigió la Dra. Josefina Zoraida Vázquez. ¿Por qué abordar esta obra?

Hoy que el país atraviesa una situación crítica en el campo de la educación se deben analizar otros periodos de la vida nacional para proyectar el destino del sistema educativo. En el texto se hace la siguiente alusión: “Los proyectos y realidades de la práctica no se pueden analizar sin considerar las ideas y las corrientes pedagógicas del mundo occidental siempre asumiendo las modificaciones y adaptaciones realizadas por una sociedad pluriétnica y pluricultural como es la mexicana”.

El libro que se comenta permite tener conocimiento del papel que ha tenido la educación en el proceso histórico que han vivido los mexicanos desde la Etapa prehispánica, con la autoría de Pablo Escalante Gonzalbo; El virreinato y el nuevo orden, de Pilar Gonzalbo Aizpuru; El siglo de las luces, de Dorothy Tanck de Estrada; El entusiasmo por la independencia, de Anne Staples; Fin de siglo y de un régimen, de Engracia Loyo y Anne Staples; La educación del pueblo, de Engracia Loyo; La búsqueda de la modernidad, de Cecilia Greaves L., hasta la Crisis de renovación, de Josefina Zoraida Vázquez, autora también de Nacionalismo y educación.

La importancia del escrito radica en que los autores abordan la problemática educativa desde una nueva perspectiva en el proceso de investigación; aquella historia de la educación dedicada a las crónicas de la legislación educativa, instituciones de enseñanza, reseñas de ideas pedagógicas, metodologías formalmente recomendadas ha quedado atrás, ahora se concibe a la educación como parte fundamental de la historia social y debe formar parte del análisis de la situación política, las crisis económicas, la evolución de las creencias y la vida diaria.

En el libro se reconoce el “protagonismo de la educación como forjadora de ideas y como promotora de cambios y de actitudes propias de una sociedad dinámica. Su propósito también es dar a conocer la realidad social y política de cada momento, la actividad y las ideas de los maestros, de los grupos sociales, de los gobiernos locales, de las iglesias, de los alumnos.

Los autores además de examinar temas del pasado que pudieran explicar objetivos y conceptos de la educación contemporánea han hecho hincapié en las metas y logros de las sociedades pretéritas de acuerdo con las circunstancias y valores de cada periodo. Igualmente, son muy puntuales cuando señalan que “México entró al siglo XXI sin renovar la educación. La simple extensión de sus servicios para enfrentar la creciente demanda no ha mejorado la calidad ni ha vencido el rezago… persiste el analfabetismo funcional. Las instituciones de educación superior, tanto oficiales como privadas, muestran logros, pero son insuficientes para proveer la ciencia y la tecnología necesaria para liberar al país de la dependencia del exterior”.

También en sus aportaciones a la historia de la educación, consideran que el crecimiento desbordado de la población escolar se ha convertido en un gran desafío para mejorar la calidad y aumentar la permanencia de los alumnos en el aula. Expresan que es evidente el empeño sexenal por imponer su sello a la educación y se ha privado al sistema de continuidad, al tiempo que el sindicato se ha convertido en el principal opositor para llevar a cabo las reformas y hacer evaluaciones al desempeño de los docentes.

La ingente necesidad de reformar la educación desde aquel Congreso Pedagógico de 1889 ha pasado de generación en generación y la historia nos muestra cómo han sucedido las reformas una tras otra sin que ninguna de ellas satisfaga más que a sus autores, las autoridades del ramo y el presidente en turno. ¿Cómo explicarle a la sociedad este problema que le incumbe?

Hoy existe expectativa respecto a la anunciada reforma educativa, considerando que la anterior administración fue inerte en este ramo. Pablo Latapí comentaba que “si la nueva educación está en coherencia con una sociedad más justa, igualitaria y participativa”, se podrá decir que habrá innovación. Si por el contrario resulta ser “un remiendo educativo, habrá que concluir que todo lo demás no pasará de ser también remiendo social, económico y político”.