/ viernes 31 de agosto de 2018

La ley del talión

El ojo por ojo y el diente por diente tienen su origen en esta ley, que fue regulada por primera vez en el siglo XVII A.C. en el código de Hammurabi. El término Talión deriva del adjetivo latino talis-tale que significa igual o semejante. Por lo tanto dicha ley estableció el principio de proporcionalidad de la venganza, es decir que a cada agresión se correspondería un castigo igual y tal vez peor.

Aunque el planteo puede parecer bárbaro, la ley del Talión constituyó una de las primeras limitaciones al sistema de la venganza desmesurada y sin límites, y a la intensidad del castigo infringido en esa época sin ley. Los castigos por delitos menores eran desmesurados y por un insulto podían ejecutar a una familia entera. Lo que estableció la ley del Talión es que la persona perjudicada por el delito tenía el derecho de cometer ese mismo delito con agresor o con su familia, por ejemplo; si un hombre violaba a una mujer, el castigo era que la hermana del mismo fuera violada también. Es por eso por lo que los historiadores insisten en que lo más importante de la ley del Talión es la limitación de la pena que constituyó, restringiendo el castigo al mismo nivel del daño sufrido por la víctima.

El aspecto cuestionable de la ley era que pagaban personas inocentes por el crimen de otras y además no era netamente equitativa, pues la mujer era bastante discriminada en ella: el valor de dos ojos femeninos cubrían el valor de un ojo masculino.

A la aplicación de esta ley se le puede atribuir el surgimiento de las indemnizaciones, es decir, se reemplazaba la pena por el pago de una cantidad, fueron los rabinos quienes legislaron el pago de una indemnización económica en caso de mutilación o daño físico. Para ello, establecieron una escala de retribución en función del dolor físico ocasionado.

Gracias a los modernos sistemas judiciales empleados en muchos países esta ley es sólo un concepto histórico. Pero no ha desaparecido del todo, los países musulmanes siguen aplicándola ejemplo de ello; en diciembre del año 2008, un tribunal iraní condenó a un hombre que dejó ciega a una mujer al arrojarle ácido a la cara, a perder la vista de la misma forma, la justicia iraní basada en la Sharía o ley islámica, aplica la pena del Talión.

Las organizaciones de derechos humanos iraníes denuncian a menudo la crueldad de estas penas, que en los últimos años se han hecho más frecuentes y que incluso es aplicada a menores de entre 9 y 15 años de edad.

Algo realmente sorprendente en un mundo que aboga a diario por la justicia y los derechos humanos, que aun se sigan cometiendo delitos de venganza o que un pueblo tome la justicia por su propia mano, perdiendo en su totalidad la presunción de inocencia del señalado, y más aun perdiendo la totalidad de la piedad, la ley debe ser justa y primordial para castigar a los delincuentes, no es precisamente con castigos de sangre, la justicia no debe castigar al criminal con saña, sino aplicar la justicia conforme a derecho.

Recuerden la venganza genera venganza, el odio y rencor mata el alma y la envenena.


Correo: lexfemme.12@hotmail.com


El ojo por ojo y el diente por diente tienen su origen en esta ley, que fue regulada por primera vez en el siglo XVII A.C. en el código de Hammurabi. El término Talión deriva del adjetivo latino talis-tale que significa igual o semejante. Por lo tanto dicha ley estableció el principio de proporcionalidad de la venganza, es decir que a cada agresión se correspondería un castigo igual y tal vez peor.

Aunque el planteo puede parecer bárbaro, la ley del Talión constituyó una de las primeras limitaciones al sistema de la venganza desmesurada y sin límites, y a la intensidad del castigo infringido en esa época sin ley. Los castigos por delitos menores eran desmesurados y por un insulto podían ejecutar a una familia entera. Lo que estableció la ley del Talión es que la persona perjudicada por el delito tenía el derecho de cometer ese mismo delito con agresor o con su familia, por ejemplo; si un hombre violaba a una mujer, el castigo era que la hermana del mismo fuera violada también. Es por eso por lo que los historiadores insisten en que lo más importante de la ley del Talión es la limitación de la pena que constituyó, restringiendo el castigo al mismo nivel del daño sufrido por la víctima.

El aspecto cuestionable de la ley era que pagaban personas inocentes por el crimen de otras y además no era netamente equitativa, pues la mujer era bastante discriminada en ella: el valor de dos ojos femeninos cubrían el valor de un ojo masculino.

A la aplicación de esta ley se le puede atribuir el surgimiento de las indemnizaciones, es decir, se reemplazaba la pena por el pago de una cantidad, fueron los rabinos quienes legislaron el pago de una indemnización económica en caso de mutilación o daño físico. Para ello, establecieron una escala de retribución en función del dolor físico ocasionado.

Gracias a los modernos sistemas judiciales empleados en muchos países esta ley es sólo un concepto histórico. Pero no ha desaparecido del todo, los países musulmanes siguen aplicándola ejemplo de ello; en diciembre del año 2008, un tribunal iraní condenó a un hombre que dejó ciega a una mujer al arrojarle ácido a la cara, a perder la vista de la misma forma, la justicia iraní basada en la Sharía o ley islámica, aplica la pena del Talión.

Las organizaciones de derechos humanos iraníes denuncian a menudo la crueldad de estas penas, que en los últimos años se han hecho más frecuentes y que incluso es aplicada a menores de entre 9 y 15 años de edad.

Algo realmente sorprendente en un mundo que aboga a diario por la justicia y los derechos humanos, que aun se sigan cometiendo delitos de venganza o que un pueblo tome la justicia por su propia mano, perdiendo en su totalidad la presunción de inocencia del señalado, y más aun perdiendo la totalidad de la piedad, la ley debe ser justa y primordial para castigar a los delincuentes, no es precisamente con castigos de sangre, la justicia no debe castigar al criminal con saña, sino aplicar la justicia conforme a derecho.

Recuerden la venganza genera venganza, el odio y rencor mata el alma y la envenena.


Correo: lexfemme.12@hotmail.com