/ miércoles 26 de diciembre de 2018

La muerte de una gobernadora; sospechas, especulaciones…

Lo que sí necesita la administración de López Obrador es hacer un muy buen manejo informativo y de imagen para convencer a sus millones de simpatizantes de que va a pasar tiempo para que cambie la situación de crisis en seguridad y financiera. Es cierto, el presidente López Obrador va con el mes y hoy está en su día 26 y a estas alturas no se le puede exigir más de lo que ha hecho, pero es un gobernante que no se puede dar el lujo de dejar pasar mucho tiempo para que se vean resultados.

Está obligado a actuar y a responder de acuerdo con sus circunstancias que por lo que se ha visto son bastante críticas. Pues como si no tuviera bastante ahora enfrenta la crisis que le provoca la muerte de la gobernadora panista de Puebla Martha Érika Alonso y su esposo, el senador Rafael Moreno Valle, quienes viajaban en un helicóptero que se desplomó el lunes 24. Por la confrontación política que protagonizaron los partidos Morena y PAN durante el pasado proceso electoral en el que resultó ganadora la hoy fallecida, se hacen comentarios en torno a presuntas sospechas sobre si lo ocurrido fue o no un accidente. Hasta ayer, la versión oficial refería como un accidente la caída de la aeronave y el propio secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo Montaño, llamó a no difundir noticias falsas y no caer en especulaciones.

No se trata de la razón a uno ni a otro de los grupos que hoy exigen el esclarecimiento de los hechos, unos asegurando que se trató de un accidente y otros diciendo que no. El caso es que el trágico hecho afecta no sólo al gobierno y a la clase política de Puebla, sino que los efectos alcanzan al mismo gobierno de la República y al partido. Observadores apuntan a que la nueva elección que será convocada para elegir al sucesor de Martha Érika tiene variantes que no le benefician al Peje ni a su partido Morena.

Un elemento, por ejemplo, es el hecho de que en lugar de resultados inmediatos que muchos exigen, el gobierno sólo ha podido dar explicaciones que no convencen, para aplazar resultados y pide tiempo a los mexicanos para empezar a cumplirles. Otro elemento es que con el accidente el PAN empieza a jugar el papel de víctima, que generalmente le reditúa buenos resultados a quienes saben explotar esa condición en un proceso electoral.

Lamentablemente, las especulaciones y las sospechas van a continuar, lo que no abona a lo que el país necesita con urgencia: paz, armonía, seguridad, desarrollo, estabilidad… Buen apunte, el del corresponsal de Diario de Xalapa en Coatzacoalcos, Roberto Sosa, que dice que “por efectos de la representación proporcional cuenta con cinco representantes populares, tres de ellos locales: Gonzalo Guízar Valladares, Mónica Robles de Hillman, Amado Cruz Malpica y en el Congreso de la Unión, la diputada Tania Cruz y la senadora Claudia Balderas, lo que nos obliga a suponer que estábamos mejor cuando estábamos peor o será problema de género…”.

Lo que sí necesita la administración de López Obrador es hacer un muy buen manejo informativo y de imagen para convencer a sus millones de simpatizantes de que va a pasar tiempo para que cambie la situación de crisis en seguridad y financiera. Es cierto, el presidente López Obrador va con el mes y hoy está en su día 26 y a estas alturas no se le puede exigir más de lo que ha hecho, pero es un gobernante que no se puede dar el lujo de dejar pasar mucho tiempo para que se vean resultados.

Está obligado a actuar y a responder de acuerdo con sus circunstancias que por lo que se ha visto son bastante críticas. Pues como si no tuviera bastante ahora enfrenta la crisis que le provoca la muerte de la gobernadora panista de Puebla Martha Érika Alonso y su esposo, el senador Rafael Moreno Valle, quienes viajaban en un helicóptero que se desplomó el lunes 24. Por la confrontación política que protagonizaron los partidos Morena y PAN durante el pasado proceso electoral en el que resultó ganadora la hoy fallecida, se hacen comentarios en torno a presuntas sospechas sobre si lo ocurrido fue o no un accidente. Hasta ayer, la versión oficial refería como un accidente la caída de la aeronave y el propio secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo Montaño, llamó a no difundir noticias falsas y no caer en especulaciones.

No se trata de la razón a uno ni a otro de los grupos que hoy exigen el esclarecimiento de los hechos, unos asegurando que se trató de un accidente y otros diciendo que no. El caso es que el trágico hecho afecta no sólo al gobierno y a la clase política de Puebla, sino que los efectos alcanzan al mismo gobierno de la República y al partido. Observadores apuntan a que la nueva elección que será convocada para elegir al sucesor de Martha Érika tiene variantes que no le benefician al Peje ni a su partido Morena.

Un elemento, por ejemplo, es el hecho de que en lugar de resultados inmediatos que muchos exigen, el gobierno sólo ha podido dar explicaciones que no convencen, para aplazar resultados y pide tiempo a los mexicanos para empezar a cumplirles. Otro elemento es que con el accidente el PAN empieza a jugar el papel de víctima, que generalmente le reditúa buenos resultados a quienes saben explotar esa condición en un proceso electoral.

Lamentablemente, las especulaciones y las sospechas van a continuar, lo que no abona a lo que el país necesita con urgencia: paz, armonía, seguridad, desarrollo, estabilidad… Buen apunte, el del corresponsal de Diario de Xalapa en Coatzacoalcos, Roberto Sosa, que dice que “por efectos de la representación proporcional cuenta con cinco representantes populares, tres de ellos locales: Gonzalo Guízar Valladares, Mónica Robles de Hillman, Amado Cruz Malpica y en el Congreso de la Unión, la diputada Tania Cruz y la senadora Claudia Balderas, lo que nos obliga a suponer que estábamos mejor cuando estábamos peor o será problema de género…”.