/ jueves 12 de diciembre de 2019

La percepción sobre un gobierno sí importa y mucho

Independientemente de los buenos o los malos resultados de un gobierno, la percepción que la gente tiene de él sí cuenta y mucho.

Un funcionario, o todos, de una administración puede presumir con datos duros los logros alcanzados.

Puede repetirlos hasta el cansancio y poco nada va a lograr para hacer que permeen entre la gente si ésta piensa que hay un mal gobierno.

Si los gobernados perciben que su mandatario no está cumpliendo, que no trabaja y que no hace su mejor esfuerzo, poco o nada va a lograr repitiendo lo que hace todos los días.

Lo que el ciudadano, la ama de casa, el estudiante, el adulto mayor, el joven, el deportista, el obrero, el oficinista, la empresaria, la madre de familia y todos necesitan es sentir los beneficios del trabajo de su gobierno.

Cuando el gobernante repite una y otra vez sus buenos resultados y el acontecer cotidiano lo contradice, poco puede lograr para cambiar la percepción colectiva sobre su gobierno.

Le va peor al gobernante si además, quienes deberían ser los beneficiarios de sus acciones, lo que perciben es favoritismo para designar a familiares y amigos en puestos de alto nivel dentro del gobierno.

Pero la percepción también es mala hacia afuera de un estado, de un municipio o de un país si lo que perciben quienes los ven desde lejos es inseguridad, falta de empleo y confrontaciones entre el gobernante y sus opositores.

Si alguien de otra parte del país tenía la idea de visitar el lugar, la mala percepción lo hace pensar dos veces antes de tomar una decisión para hacer una derrama económica.

Ahí está, por ejemplo, lo dicho ayer por el coordinador estatal del INEGI, Juan Manuel Yglesias López, quien dio a conocer que el principal problema que enfrentaron los negocios para desarrollar plenamente sus actividades en el estado de Veracruz durante 2018 fue la inseguridad.

Esa es la información que recogió el instituto con las técnicas que aplica para saber lo que hace, lo que piensa y lo que percibe la gente.

Yglesias dio a conocer el Informe de Resultados Oportunos de los Censos 2019. Detalló que son 373 mil 420 los establecimientos en los que trabajan un millón 564 mil 727 personas.

Detalló que de ese total, un 41.7% de los establecimientos se vieron afectados por la inseguridad, un 29.8% de los negocios enfrentó problemas por la baja demanda de sus bienes y servicios, y un 23.2% tuvo dificultades para desarrollar su actividad por los pagos de luz, agua, telefonía e insumos.

Es decir, mientras los veracruzanos sigan percibiendo que tienen que estar armados para defender a su familia y su patrimonio, no importa lo que presuma el gobernante si todo lo que dice que ha hecho bien no lo siente la gente en su casa, en su barrio, en su negocio o en lugar donde trabaja.

Poco o muy poco va a lograr el gobernante presumiendo lo que hace si no se refleja en la gente que gobierna, es decir si la percepción de la administración es mala, si los ciudadanos siguen viviendo con miedo.

Por eso, la percepción sí cuenta. Y mucho.

Opine, comente e informe a los correos electrónicos srdonrene@gmail.com y rvalle@diariodexalapa.com.mx. También puede leernos en la web site www.diariodexalapa.com.mx.

Independientemente de los buenos o los malos resultados de un gobierno, la percepción que la gente tiene de él sí cuenta y mucho.

Un funcionario, o todos, de una administración puede presumir con datos duros los logros alcanzados.

Puede repetirlos hasta el cansancio y poco nada va a lograr para hacer que permeen entre la gente si ésta piensa que hay un mal gobierno.

Si los gobernados perciben que su mandatario no está cumpliendo, que no trabaja y que no hace su mejor esfuerzo, poco o nada va a lograr repitiendo lo que hace todos los días.

Lo que el ciudadano, la ama de casa, el estudiante, el adulto mayor, el joven, el deportista, el obrero, el oficinista, la empresaria, la madre de familia y todos necesitan es sentir los beneficios del trabajo de su gobierno.

Cuando el gobernante repite una y otra vez sus buenos resultados y el acontecer cotidiano lo contradice, poco puede lograr para cambiar la percepción colectiva sobre su gobierno.

Le va peor al gobernante si además, quienes deberían ser los beneficiarios de sus acciones, lo que perciben es favoritismo para designar a familiares y amigos en puestos de alto nivel dentro del gobierno.

Pero la percepción también es mala hacia afuera de un estado, de un municipio o de un país si lo que perciben quienes los ven desde lejos es inseguridad, falta de empleo y confrontaciones entre el gobernante y sus opositores.

Si alguien de otra parte del país tenía la idea de visitar el lugar, la mala percepción lo hace pensar dos veces antes de tomar una decisión para hacer una derrama económica.

Ahí está, por ejemplo, lo dicho ayer por el coordinador estatal del INEGI, Juan Manuel Yglesias López, quien dio a conocer que el principal problema que enfrentaron los negocios para desarrollar plenamente sus actividades en el estado de Veracruz durante 2018 fue la inseguridad.

Esa es la información que recogió el instituto con las técnicas que aplica para saber lo que hace, lo que piensa y lo que percibe la gente.

Yglesias dio a conocer el Informe de Resultados Oportunos de los Censos 2019. Detalló que son 373 mil 420 los establecimientos en los que trabajan un millón 564 mil 727 personas.

Detalló que de ese total, un 41.7% de los establecimientos se vieron afectados por la inseguridad, un 29.8% de los negocios enfrentó problemas por la baja demanda de sus bienes y servicios, y un 23.2% tuvo dificultades para desarrollar su actividad por los pagos de luz, agua, telefonía e insumos.

Es decir, mientras los veracruzanos sigan percibiendo que tienen que estar armados para defender a su familia y su patrimonio, no importa lo que presuma el gobernante si todo lo que dice que ha hecho bien no lo siente la gente en su casa, en su barrio, en su negocio o en lugar donde trabaja.

Poco o muy poco va a lograr el gobernante presumiendo lo que hace si no se refleja en la gente que gobierna, es decir si la percepción de la administración es mala, si los ciudadanos siguen viviendo con miedo.

Por eso, la percepción sí cuenta. Y mucho.

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