/ jueves 13 de junio de 2019

La política y el difícil arte de gobernar

Nadie en su sano juicio puede dudar de las buenas intenciones del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien todos los días se aplica en ejercer un gobierno democrático, humanista y solidario con los que menos tienen, con la finalidad de disminuir la desigualdad y segregación de quienes viven en la extrema pobreza.

Esa forma de gobernar llevará a AMLO a trascender históricamente, como el constructor del nuevo país que reclaman los mexicanos para vivir en un clima de tranquilidad y paz, con la satisfacción de las necesidades básicas de alimentación, salud, vivienda, trabajo y condiciones de prosperidad para el desarrollo de la personalidad y la capacidad de todos, sin discriminación alguna.

Solo que AMLO tendrá que superar los principales escollos que le dejó su antecesor Enrique Peña Nieto, con reformas estructurales inconclusas, políticas equivocadas en materia energética y ni se diga en el ámbito de las finanzas públicas, las telecomunicaciones, conflictos históricos en materia laboral, donde se ha privilegiado al capital en contra de la fuerza de trabajo de los asalariados y los sindicatos.

Por otro lado López Obrador ha capitalizado políticamente bien la ira social desatada por las ejecuciones masivas de Tlatlaya, Ayotzinapa, Apatzingán y Ecuandureo, más los miles de muertos y desaparecidos, producto de la lucha entre los cárteles de la delincuencia y de la guerra contra las drogas iniciada por Felipe Calderón. Solo que el clima de violencia y derramamientos de sangre no se detiene y por ende no bajan las estadísticas de inseguridad y criminalidad, secuestros, feminicidios, asesinatos de periodistas y delitos patrimoniales

No se debe pasar por alto la migración de los centroamericanos, que por razones de vida o muerte se han visto obligados a abandonar sus países, para cruzar por nuestra frontera sur y alcanzar territorio norteamericano. La condición de Trump para evitar los aranceles adicionales a los productos mexicanos, ha sido difícil y la prórroga por 45 días para mantener los acuerdos que forman parte del TEMEC, preocupa al gobierno de López Obrador, por el endurecimiento forzado para impedir la llegada de los migrantes a los Estados Unidos.

De ahí que el arte o ciencia de gobernar, como se define a la política, ponga a prueba al presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien se le desea éxito en su gestión y una salida airosa por el bien de la República.

Nadie en su sano juicio puede dudar de las buenas intenciones del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien todos los días se aplica en ejercer un gobierno democrático, humanista y solidario con los que menos tienen, con la finalidad de disminuir la desigualdad y segregación de quienes viven en la extrema pobreza.

Esa forma de gobernar llevará a AMLO a trascender históricamente, como el constructor del nuevo país que reclaman los mexicanos para vivir en un clima de tranquilidad y paz, con la satisfacción de las necesidades básicas de alimentación, salud, vivienda, trabajo y condiciones de prosperidad para el desarrollo de la personalidad y la capacidad de todos, sin discriminación alguna.

Solo que AMLO tendrá que superar los principales escollos que le dejó su antecesor Enrique Peña Nieto, con reformas estructurales inconclusas, políticas equivocadas en materia energética y ni se diga en el ámbito de las finanzas públicas, las telecomunicaciones, conflictos históricos en materia laboral, donde se ha privilegiado al capital en contra de la fuerza de trabajo de los asalariados y los sindicatos.

Por otro lado López Obrador ha capitalizado políticamente bien la ira social desatada por las ejecuciones masivas de Tlatlaya, Ayotzinapa, Apatzingán y Ecuandureo, más los miles de muertos y desaparecidos, producto de la lucha entre los cárteles de la delincuencia y de la guerra contra las drogas iniciada por Felipe Calderón. Solo que el clima de violencia y derramamientos de sangre no se detiene y por ende no bajan las estadísticas de inseguridad y criminalidad, secuestros, feminicidios, asesinatos de periodistas y delitos patrimoniales

No se debe pasar por alto la migración de los centroamericanos, que por razones de vida o muerte se han visto obligados a abandonar sus países, para cruzar por nuestra frontera sur y alcanzar territorio norteamericano. La condición de Trump para evitar los aranceles adicionales a los productos mexicanos, ha sido difícil y la prórroga por 45 días para mantener los acuerdos que forman parte del TEMEC, preocupa al gobierno de López Obrador, por el endurecimiento forzado para impedir la llegada de los migrantes a los Estados Unidos.

De ahí que el arte o ciencia de gobernar, como se define a la política, ponga a prueba al presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien se le desea éxito en su gestión y una salida airosa por el bien de la República.