/ martes 24 de noviembre de 2020

La protección a Gatell repercutirá en la intermedia del 2021

Hipócrates fue un médico griego que nació en la isla de Cos, en el año 469 a.C. Es considerado el mejor médico cirujano (torácico), cuyo valor para ejercer la práctica médica le permitió descubrimientos notables que todavía sirven para la formación de los nuevos médicos. Para Hipócrates, diagnosticar el presente y prever el futuro era vital e importante.

Para el doctor Hugo López-Gatell seguramente el arte de la medicina no es la cura de las enfermedades y menos tiene como meta “diagnosticar el presente” para “prever el futuro”. Misántropo es el calificativo que el doctor Gatell se ha ganado, por la aversión (el odio) que ha demostrado a los mexicanos ante su pésima conducción para controlar y evitar el contagio del Covid-19.

Gatell ha fallado a los mexicanos y su responsabilidad por el desechamiento del cubrebocas, le ha inculpado ya del genocidio que representa la muerte en tan solo nueve meses de más de cien mil mexicanos, de los que podrían haber salvado la vida un porcentaje cercano al 40%. El único que reconoce al doctor Gatell como un “domador de pandemias” es el presidente del gobierno de la 4T, porque a costa del desprestigio propio, López-Gatell impone su servil actitud de respuesta inmediata con un “sí señor” al presidente AMLO, justificándolo y defendiendo lo indefendible.

Si por un procedimiento mal atendido para interrumpir un embarazo (por decir un ejemplo) se ha privado a médicos, enfermeras y parteras de su licencia o cédula profesional para atender al público, además de la cancelación del título para ejercer la medicina o ser auxiliar de los doctores en cualquier especialidad, al doctor Hugo López-Gatell debe obligarse a permanecer ajeno a cualquier desempeño público o privado que haya obtenido u obtenga en un futuro, impidiéndosele el ejercicio de la medicina y consignándolo junto con quienes resulten cómplices del ineficaz colaborador de AMLO, antes de que suceda un linchamiento público de funestas consecuencias.

Los defensores de Gatell lo califican como un epidemiólogo reconocido internacionalmente y sus críticos, a su vez, presionan para que se le retire la cédula profesional y desaparezca de la televisión, porque para los deudos de los muertos por coronavirus, el doctor Hugo López-Gatell es el responsable del mal manejo de la pandemia y sus consecuencias letales.

Misántropo es el calificativo que el doctor Gatell se ha ganado, por la aversión que ha demostrado a los mexicanos ante su pésima conducción para controlar el Covid-19.

Hipócrates fue un médico griego que nació en la isla de Cos, en el año 469 a.C. Es considerado el mejor médico cirujano (torácico), cuyo valor para ejercer la práctica médica le permitió descubrimientos notables que todavía sirven para la formación de los nuevos médicos. Para Hipócrates, diagnosticar el presente y prever el futuro era vital e importante.

Para el doctor Hugo López-Gatell seguramente el arte de la medicina no es la cura de las enfermedades y menos tiene como meta “diagnosticar el presente” para “prever el futuro”. Misántropo es el calificativo que el doctor Gatell se ha ganado, por la aversión (el odio) que ha demostrado a los mexicanos ante su pésima conducción para controlar y evitar el contagio del Covid-19.

Gatell ha fallado a los mexicanos y su responsabilidad por el desechamiento del cubrebocas, le ha inculpado ya del genocidio que representa la muerte en tan solo nueve meses de más de cien mil mexicanos, de los que podrían haber salvado la vida un porcentaje cercano al 40%. El único que reconoce al doctor Gatell como un “domador de pandemias” es el presidente del gobierno de la 4T, porque a costa del desprestigio propio, López-Gatell impone su servil actitud de respuesta inmediata con un “sí señor” al presidente AMLO, justificándolo y defendiendo lo indefendible.

Si por un procedimiento mal atendido para interrumpir un embarazo (por decir un ejemplo) se ha privado a médicos, enfermeras y parteras de su licencia o cédula profesional para atender al público, además de la cancelación del título para ejercer la medicina o ser auxiliar de los doctores en cualquier especialidad, al doctor Hugo López-Gatell debe obligarse a permanecer ajeno a cualquier desempeño público o privado que haya obtenido u obtenga en un futuro, impidiéndosele el ejercicio de la medicina y consignándolo junto con quienes resulten cómplices del ineficaz colaborador de AMLO, antes de que suceda un linchamiento público de funestas consecuencias.

Los defensores de Gatell lo califican como un epidemiólogo reconocido internacionalmente y sus críticos, a su vez, presionan para que se le retire la cédula profesional y desaparezca de la televisión, porque para los deudos de los muertos por coronavirus, el doctor Hugo López-Gatell es el responsable del mal manejo de la pandemia y sus consecuencias letales.

Misántropo es el calificativo que el doctor Gatell se ha ganado, por la aversión que ha demostrado a los mexicanos ante su pésima conducción para controlar el Covid-19.