/ miércoles 6 de julio de 2022

La quinta ola

Tres años han pasado desde que el virus contenido supuestamente en una sopa de murciélago en China, propagó una enfermedad desconocida que rápidamente se extendió a todo el mundo, causando una pandemia con una mortandad inmensa y que nos trasladó a lo que nuestros ancestros vivieron hace 100 años con la llamada gripe española y más atrás con la peste y otras calamidades.

Mucho se ha especulado sobre la verdad de la aparición del virus SARS-COV-2 en el mundo, siendo las más difundidas, aunque no comprobadas, la del murciélago que se comen los chinos (que se sabe que comen hasta ratas y otras curiosidades gourmet) y la otra de que es un virus fabricado para guerra bacteriológica que se les escapó y salió de control y para el cual no había vacuna ni tratamiento aun. Baste recordar que el virus del VIH también apareció de la nada en algún laboratorio en África y que se les escaparon los monos de experimentación contagiando a los nativos que tenían relaciones zoofílicas, para luego llegar a Haití con migrantes africanos y de ahí, por relaciones homosexuales se fue a Francia y Estados Unidos y se diseminó rápidamente por todo el mundo.

Los esfuerzos médicos y la investigación lograron crear vacunas que han mitigado en parte la peligrosidad y el contagio del virus, aunque no del todo, pues hasta el momento la protección no es tan duradera y sólo tres son confiables, pues las chinas, rusas y cubanas no han demostrado su eficacia. Algunos medicamentos han sido efectivos, pero son extremadamente caros e inaccesibles a países como el nuestro, donde no hay siquiera medicamentos básicos. Las variantes del virus han dado subidas y bajadas de contagios y mortandad en todo el mundo y ahora hemos iniciado la quinta ola que afecta a muchos niños, poniéndolos en grave riesgo y con muchas secuelas y por falta de políticas de salud, aun no se vacunan a la totalidad de la población infantil.

Muchos artículos médicos mencionan que esta pandemia se mantendrá activa por varios años más y mientras se logran más avances de investigación, búsqueda de tratamientos y vacunas más potentes, los riesgos persisten. El abandono del cubrebocas el regreso a clases escolares en aula, las reuniones masivas (como el reciente carnaval) y el relajamiento de las medidas de seguridad a más de la negligencia de quienes se resisten y oponen a vacunarse, están causando este repunte del que ya no se habla en las noticias, pero que sigue cobrando víctimas, un poco menos que requieren hospitalización y un poco menos que mueren, pero víctimas al fin.

Habrá que revalorar continuar trabajo y clases en línea, insistir en las medidas de protección, continuar las campañas de vacunación y que estas lleguen a toda la población incluyendo los niños más pequeños y con biológicos seguros y efectivos y dejar de creer en la cantidad de remedios caseros y medicamentos que no sirven para nada.

El virus no se ha ido y cada vez va mutando en nuevas variedades de las que se van descubriendo nuevos estragos en el organismo.

Las variantes del virus han dado subidas y bajadas de contagios y mortandad en todo el mundo y ahora hemos iniciado la quinta ola que afecta a muchos niños.

Tres años han pasado desde que el virus contenido supuestamente en una sopa de murciélago en China, propagó una enfermedad desconocida que rápidamente se extendió a todo el mundo, causando una pandemia con una mortandad inmensa y que nos trasladó a lo que nuestros ancestros vivieron hace 100 años con la llamada gripe española y más atrás con la peste y otras calamidades.

Mucho se ha especulado sobre la verdad de la aparición del virus SARS-COV-2 en el mundo, siendo las más difundidas, aunque no comprobadas, la del murciélago que se comen los chinos (que se sabe que comen hasta ratas y otras curiosidades gourmet) y la otra de que es un virus fabricado para guerra bacteriológica que se les escapó y salió de control y para el cual no había vacuna ni tratamiento aun. Baste recordar que el virus del VIH también apareció de la nada en algún laboratorio en África y que se les escaparon los monos de experimentación contagiando a los nativos que tenían relaciones zoofílicas, para luego llegar a Haití con migrantes africanos y de ahí, por relaciones homosexuales se fue a Francia y Estados Unidos y se diseminó rápidamente por todo el mundo.

Los esfuerzos médicos y la investigación lograron crear vacunas que han mitigado en parte la peligrosidad y el contagio del virus, aunque no del todo, pues hasta el momento la protección no es tan duradera y sólo tres son confiables, pues las chinas, rusas y cubanas no han demostrado su eficacia. Algunos medicamentos han sido efectivos, pero son extremadamente caros e inaccesibles a países como el nuestro, donde no hay siquiera medicamentos básicos. Las variantes del virus han dado subidas y bajadas de contagios y mortandad en todo el mundo y ahora hemos iniciado la quinta ola que afecta a muchos niños, poniéndolos en grave riesgo y con muchas secuelas y por falta de políticas de salud, aun no se vacunan a la totalidad de la población infantil.

Muchos artículos médicos mencionan que esta pandemia se mantendrá activa por varios años más y mientras se logran más avances de investigación, búsqueda de tratamientos y vacunas más potentes, los riesgos persisten. El abandono del cubrebocas el regreso a clases escolares en aula, las reuniones masivas (como el reciente carnaval) y el relajamiento de las medidas de seguridad a más de la negligencia de quienes se resisten y oponen a vacunarse, están causando este repunte del que ya no se habla en las noticias, pero que sigue cobrando víctimas, un poco menos que requieren hospitalización y un poco menos que mueren, pero víctimas al fin.

Habrá que revalorar continuar trabajo y clases en línea, insistir en las medidas de protección, continuar las campañas de vacunación y que estas lleguen a toda la población incluyendo los niños más pequeños y con biológicos seguros y efectivos y dejar de creer en la cantidad de remedios caseros y medicamentos que no sirven para nada.

El virus no se ha ido y cada vez va mutando en nuevas variedades de las que se van descubriendo nuevos estragos en el organismo.

Las variantes del virus han dado subidas y bajadas de contagios y mortandad en todo el mundo y ahora hemos iniciado la quinta ola que afecta a muchos niños.