/ martes 11 de mayo de 2021

La ruptura de la transición ya se dio

De las pocas apariciones públicas que en fechas recientes ha tenido el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, tanto en México como en el extranjero, ha guardado las formas y únicamente ha dejado traslucir su inconformidad con el gobierno de la 4T, que preside Andrés Manuel López Obrador.

Al ingeniero Cárdenas, como a miles de mexicanos inconformes con un gobierno de “ocurrencias” y promesas incumplidas, no satisface el resultado de la lucha que emprendieron en el año de 1988 el actual diputado federal por Morena Porfirio Muñoz Ledo y la senadora Ifigenia Martínez Navarrete, como cabezas destacadas o principales ideólogos del movimiento democrático nacional.

La figura emblemática del culto político, defensor de la libertad y gran polemista Porfirio Muñoz Ledo, acaba de cuestionar severamente con nombre y apellido al señor presidente, a quien le reclama haber faltado a los compromisos con el pueblo, que cuando menos en tres contiendas presidenciales enarboló como sus banderas y hoy se han traslucido negocios al amparo del poder, amiguísmo en la designación de los miembros del gabinete y un contratismo que deja lugar a la corrupción por asignación de las más importantes obras a compadres y aliados del principal inquilino de Palacio Nacional.

Un ejemplo reciente de la negligencia y corrupción que se vislumbra en el gobierno de la CdMx y en la cancillería fue la tragedia ocurrida en la Línea 12 del Metro capitalino, sobre la que Porfirio Muñoz Ledo expresó: “Tláhuac prueba que la 4T no es el combate a la corrupción, sino permitir la corrupción y hay complicidades profundas; Tláhuac le está estallando en la cara, en el hocico al régimen”.

Ahora que los tres grandes impulsores del movimiento democrático nacional del 88 se han reunido para evaluar el fruto de la semilla que sembraron, se puede asegurar con certeza que coinciden con la gran decepción que la mayoría de los mexicanos tiene del gobierno de la 4T.

Antes, Porfirio Muñoz Ledo afirmó que para consolidar la 4T se requerirían por lo menos tres sexenios, pero nunca jamás la reelección, por lo que la ruptura que hoy se aprecia abre una herida difícil de cicatrizar en lo que resta del presente sexenio.

De las pocas apariciones públicas que en fechas recientes ha tenido el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, tanto en México como en el extranjero, ha guardado las formas y únicamente ha dejado traslucir su inconformidad con el gobierno de la 4T, que preside Andrés Manuel López Obrador.

Al ingeniero Cárdenas, como a miles de mexicanos inconformes con un gobierno de “ocurrencias” y promesas incumplidas, no satisface el resultado de la lucha que emprendieron en el año de 1988 el actual diputado federal por Morena Porfirio Muñoz Ledo y la senadora Ifigenia Martínez Navarrete, como cabezas destacadas o principales ideólogos del movimiento democrático nacional.

La figura emblemática del culto político, defensor de la libertad y gran polemista Porfirio Muñoz Ledo, acaba de cuestionar severamente con nombre y apellido al señor presidente, a quien le reclama haber faltado a los compromisos con el pueblo, que cuando menos en tres contiendas presidenciales enarboló como sus banderas y hoy se han traslucido negocios al amparo del poder, amiguísmo en la designación de los miembros del gabinete y un contratismo que deja lugar a la corrupción por asignación de las más importantes obras a compadres y aliados del principal inquilino de Palacio Nacional.

Un ejemplo reciente de la negligencia y corrupción que se vislumbra en el gobierno de la CdMx y en la cancillería fue la tragedia ocurrida en la Línea 12 del Metro capitalino, sobre la que Porfirio Muñoz Ledo expresó: “Tláhuac prueba que la 4T no es el combate a la corrupción, sino permitir la corrupción y hay complicidades profundas; Tláhuac le está estallando en la cara, en el hocico al régimen”.

Ahora que los tres grandes impulsores del movimiento democrático nacional del 88 se han reunido para evaluar el fruto de la semilla que sembraron, se puede asegurar con certeza que coinciden con la gran decepción que la mayoría de los mexicanos tiene del gobierno de la 4T.

Antes, Porfirio Muñoz Ledo afirmó que para consolidar la 4T se requerirían por lo menos tres sexenios, pero nunca jamás la reelección, por lo que la ruptura que hoy se aprecia abre una herida difícil de cicatrizar en lo que resta del presente sexenio.