/ viernes 27 de julio de 2018

La señalética vial

Caminando por las calles del centro histórico hemos notado que, con respecto al conjunto de señales visuales (señalética vial) brillan por su ausencia, por ejemplo en la calle principal en el tramo comprendido entre Primo Verdad, Carrillo Puerto y Lucio con Leandro Valle en el paso peatonal situado frente al Callejón del Diamante si alguna vez hubo líneas amarillas como señal de zona especial para peatones, hoy han desaparecido; para quienes habitualmente caminamos por ahí tal vez no importe, mas, para quien viene de fuera, no es así. Lo mismo ocurre en los pasos a desnivel creados con ese propósito donde, en la mayoría no aparece la señal de levantar el brazo en señal de deseo de cruzar con seguridad, y entre las esquinas de las bocacalles, con más razón.

Otro problema que entorpece la fluidez del tránsito es la falta de coordinación en los semáforos existentes en algunos cruceros o como sucede en el crucero formado por las calles Primo Verdad, Zamora, Xalapeños Ilustres, Carrillo Puerto y Enríquez, donde son los propios agentes de tránsito los encargados de nulificarlos, al dar órdenes en sentido contrario; es decir: dar el paso cuando el semáforo lo niega o viceversa; marcar alto cuando el semáforo tiene siga. De otros semáforos no podemos hablar puesto que desconocemos su funcionamiento. Decimos esto porque según una noticia, publicada como principal el sábado pasado, bajo el título: “Peligro y desorden por los semáforos”, basada en lo dicho por algunos automovilistas y peatones, que se ven precisados a moverse por esos lugares.

Entre las señales que hacen falta están las que indican estacionamiento prohibido en la calle principal, así como las que señalan el sitio donde descender o abordar un taxi, como era no hace mucho tiempo, en la parte baja de la calle Carrillo Puerto y en el frente del Palacio Municipal. Delimitando el espacio a ocupar por los taxis, para efectuar sus labores, porque luego se extienden a toda la cuadra del Callejón de Rojas a la esquina con Revolución, lo que nos parece incorrecto.

Platicando con un buen amigo nos decía que la señalética de la que venimos hablando es muy similar a la empleada en las grandes ciudades del primer mundo; sólo que allá se tiene el cuidado necesario para conservarlas en buen estado. Lo que nos hizo recordar una época de nuestra vida en la que, modestia aparte, pese a que nuestra esposa nos ayudaba con los gastos, nos veíamos en la necesidad de pedir préstamos, que religiosamente pagábamos, para no cerrarnos las puertas, situación que mucho tiempo después, uno de nuestros hijos, cuando le negamos una cantidad que nos pedía, nos lanzó este reproche: “Tú nos enseñaste a vivir con drogas”, a lo que sólo atinamos a responder, sí pero no aprendiste la segunda parte, ¡pagar!

Una prueba más de que delante de los niños, no debemos hacer cosas buenas que parezcan malas, porque aprenderán.

Algo similar a lo que ocurre en el centro histórico. ¿No lo piensa usted así, apreciable y paciente lector/a? ¡Salud!


Caminando por las calles del centro histórico hemos notado que, con respecto al conjunto de señales visuales (señalética vial) brillan por su ausencia, por ejemplo en la calle principal en el tramo comprendido entre Primo Verdad, Carrillo Puerto y Lucio con Leandro Valle en el paso peatonal situado frente al Callejón del Diamante si alguna vez hubo líneas amarillas como señal de zona especial para peatones, hoy han desaparecido; para quienes habitualmente caminamos por ahí tal vez no importe, mas, para quien viene de fuera, no es así. Lo mismo ocurre en los pasos a desnivel creados con ese propósito donde, en la mayoría no aparece la señal de levantar el brazo en señal de deseo de cruzar con seguridad, y entre las esquinas de las bocacalles, con más razón.

Otro problema que entorpece la fluidez del tránsito es la falta de coordinación en los semáforos existentes en algunos cruceros o como sucede en el crucero formado por las calles Primo Verdad, Zamora, Xalapeños Ilustres, Carrillo Puerto y Enríquez, donde son los propios agentes de tránsito los encargados de nulificarlos, al dar órdenes en sentido contrario; es decir: dar el paso cuando el semáforo lo niega o viceversa; marcar alto cuando el semáforo tiene siga. De otros semáforos no podemos hablar puesto que desconocemos su funcionamiento. Decimos esto porque según una noticia, publicada como principal el sábado pasado, bajo el título: “Peligro y desorden por los semáforos”, basada en lo dicho por algunos automovilistas y peatones, que se ven precisados a moverse por esos lugares.

Entre las señales que hacen falta están las que indican estacionamiento prohibido en la calle principal, así como las que señalan el sitio donde descender o abordar un taxi, como era no hace mucho tiempo, en la parte baja de la calle Carrillo Puerto y en el frente del Palacio Municipal. Delimitando el espacio a ocupar por los taxis, para efectuar sus labores, porque luego se extienden a toda la cuadra del Callejón de Rojas a la esquina con Revolución, lo que nos parece incorrecto.

Platicando con un buen amigo nos decía que la señalética de la que venimos hablando es muy similar a la empleada en las grandes ciudades del primer mundo; sólo que allá se tiene el cuidado necesario para conservarlas en buen estado. Lo que nos hizo recordar una época de nuestra vida en la que, modestia aparte, pese a que nuestra esposa nos ayudaba con los gastos, nos veíamos en la necesidad de pedir préstamos, que religiosamente pagábamos, para no cerrarnos las puertas, situación que mucho tiempo después, uno de nuestros hijos, cuando le negamos una cantidad que nos pedía, nos lanzó este reproche: “Tú nos enseñaste a vivir con drogas”, a lo que sólo atinamos a responder, sí pero no aprendiste la segunda parte, ¡pagar!

Una prueba más de que delante de los niños, no debemos hacer cosas buenas que parezcan malas, porque aprenderán.

Algo similar a lo que ocurre en el centro histórico. ¿No lo piensa usted así, apreciable y paciente lector/a? ¡Salud!