/ martes 29 de septiembre de 2020

La transformación va… y va bien

Construir y consolidar la transformación del país es labor intensa y sin pausa en la que participan todos, no solamente un hombre ni tampoco es tarea exclusiva del gobierno. Es, como planteó el propio presidente de la República en su gira del fin de semana por tres municipios del estado de Veracruz, un esfuerzo conjunto que requiere de un gran equipo comprometido con un país mejor.

Ese impulso permea desde Palacio Nacional, lo instrumenta una Coordinación General de Programas de Desarrollo, distintas secretarías de Estado y lo aterriza el mayor grupo operativo del país, los Servidores de la Nación. La parte fundamental es poner fin al antiguo régimen corrupto que engendró injusticias y privilegios, y crear un nuevo paradigma que haga valer la justicia para todos, en especial para la población más pobre de México, con apoyos sociales elevados a derecho constitucional; es, en esencia, apuntalar y otorgar herramientas al pueblo que fue marginado por décadas para dar paso a una mejor sociedad y, de esta manera, desde abajo, crear sinergias de bienestar a través de la generación de ingresos propios, resultado de una mayor producción agrícola, ganadera y pesquera, con precios de garantía atractivos y eficientes cadenas de distribución y comercialización, además de promover el procesamiento de éstos para darle valor agregado, fortaleciendo así al sector primario, indispensable para lograr la soberanía alimentaria del país; al mismo tiempo, reactivar el empleo con apoyos a las microempresas y negocios familiares, capacitación para el trabajo para once millones de jóvenes desempleados que impida su enganchamiento a la delincuencia organizada, y becas a estudiantes para evitar su deserción y formar generaciones con firme preparación académica.

La tarea es enorme y de grandes adversidades, sobre todo cuando el mundo, México incluido, se debate en medio de dos crisis: la sanitaria por la pandemia del Covid-19 y la económica, como consecuencia de un prolongado confinamiento y parálisis en casi todos los sectores de la producción. Sin embargo, los objetivos van cumpliéndose, la evaluación es positiva y lo prueba el hecho de que en seis de cada diez hogares se recibe al menos un programa de apoyo para el bienestar; de ese universo, en nuestro estado, con una población de 8.5 millones de habitantes y, según el último censo, con dos millones 251 mil 217 viviendas, se alcanza una cobertura de un millón 838 mil 993 beneficiarios, de los cuales los más importantes son: pensión a 663 mil 303 adultos mayores y a 73 mil 87 niñas y niños con discapacidad de familias pobres; apoyo a mil 72 niñas y niños, hijos de padres y madres trabajadoras, para que reciban servicio de guarderías infantiles; becas a 302 mil 445 alumnos de primaria y secundaria y otras 262 mil 539 a estudiantes de nivel medio superior, así como a casi 30 mil universitarios; apoyos directos a 198 mil 264 productores de café, caña y otros cultivos; jornales de cinco mil pesos mensuales a 67 mil 348 campesinos incorporados al programa “Sembrando Vida” para realizar plantaciones de árboles frutales y maderables en sus parcelas, intercalando milpa o frijol, en una superficie total de 168 mil hectáreas; otorgamiento de apoyos directos a 25 mil 320 pescadores; beneficio a seis mil 145 escuelas de zonas rurales dentro del programa “La Escuela es Nuestra”, con presupuestos que ejercen directamente en el mantenimiento de sus planteles; capacitación y retribución a 55 mil 629 jóvenes en la entidad en el programa “Jóvenes Construyendo el Futuro”; ejecución de 21 mil 571 acciones de vivienda con inversión de mil 221 millones de pesos dentro del programa de mejoramiento urbano y vivienda en nueve municipios del estado; construcción de 180 sucursales del Banco del Bienestar en las cabeceras municipales del estado para la atención e inclusión financiera de la gente pobre, y la generación de empleos para recuperar el millón de puestos de trabajo que se perdieron en cinco meses de pandemia, de los cuales ya se crearon cerca de 200 mil en los últimos dos meses.

Son hechos tangibles que marcan el rumbo correcto de este gobierno, cuya misión final es lograr la felicidad del pueblo y darle protección.

Delegado de programas federales en Veracruz.

Construir y consolidar la transformación del país es labor intensa y sin pausa en la que participan todos, no solamente un hombre ni tampoco es tarea exclusiva del gobierno. Es, como planteó el propio presidente de la República en su gira del fin de semana por tres municipios del estado de Veracruz, un esfuerzo conjunto que requiere de un gran equipo comprometido con un país mejor.

Ese impulso permea desde Palacio Nacional, lo instrumenta una Coordinación General de Programas de Desarrollo, distintas secretarías de Estado y lo aterriza el mayor grupo operativo del país, los Servidores de la Nación. La parte fundamental es poner fin al antiguo régimen corrupto que engendró injusticias y privilegios, y crear un nuevo paradigma que haga valer la justicia para todos, en especial para la población más pobre de México, con apoyos sociales elevados a derecho constitucional; es, en esencia, apuntalar y otorgar herramientas al pueblo que fue marginado por décadas para dar paso a una mejor sociedad y, de esta manera, desde abajo, crear sinergias de bienestar a través de la generación de ingresos propios, resultado de una mayor producción agrícola, ganadera y pesquera, con precios de garantía atractivos y eficientes cadenas de distribución y comercialización, además de promover el procesamiento de éstos para darle valor agregado, fortaleciendo así al sector primario, indispensable para lograr la soberanía alimentaria del país; al mismo tiempo, reactivar el empleo con apoyos a las microempresas y negocios familiares, capacitación para el trabajo para once millones de jóvenes desempleados que impida su enganchamiento a la delincuencia organizada, y becas a estudiantes para evitar su deserción y formar generaciones con firme preparación académica.

La tarea es enorme y de grandes adversidades, sobre todo cuando el mundo, México incluido, se debate en medio de dos crisis: la sanitaria por la pandemia del Covid-19 y la económica, como consecuencia de un prolongado confinamiento y parálisis en casi todos los sectores de la producción. Sin embargo, los objetivos van cumpliéndose, la evaluación es positiva y lo prueba el hecho de que en seis de cada diez hogares se recibe al menos un programa de apoyo para el bienestar; de ese universo, en nuestro estado, con una población de 8.5 millones de habitantes y, según el último censo, con dos millones 251 mil 217 viviendas, se alcanza una cobertura de un millón 838 mil 993 beneficiarios, de los cuales los más importantes son: pensión a 663 mil 303 adultos mayores y a 73 mil 87 niñas y niños con discapacidad de familias pobres; apoyo a mil 72 niñas y niños, hijos de padres y madres trabajadoras, para que reciban servicio de guarderías infantiles; becas a 302 mil 445 alumnos de primaria y secundaria y otras 262 mil 539 a estudiantes de nivel medio superior, así como a casi 30 mil universitarios; apoyos directos a 198 mil 264 productores de café, caña y otros cultivos; jornales de cinco mil pesos mensuales a 67 mil 348 campesinos incorporados al programa “Sembrando Vida” para realizar plantaciones de árboles frutales y maderables en sus parcelas, intercalando milpa o frijol, en una superficie total de 168 mil hectáreas; otorgamiento de apoyos directos a 25 mil 320 pescadores; beneficio a seis mil 145 escuelas de zonas rurales dentro del programa “La Escuela es Nuestra”, con presupuestos que ejercen directamente en el mantenimiento de sus planteles; capacitación y retribución a 55 mil 629 jóvenes en la entidad en el programa “Jóvenes Construyendo el Futuro”; ejecución de 21 mil 571 acciones de vivienda con inversión de mil 221 millones de pesos dentro del programa de mejoramiento urbano y vivienda en nueve municipios del estado; construcción de 180 sucursales del Banco del Bienestar en las cabeceras municipales del estado para la atención e inclusión financiera de la gente pobre, y la generación de empleos para recuperar el millón de puestos de trabajo que se perdieron en cinco meses de pandemia, de los cuales ya se crearon cerca de 200 mil en los últimos dos meses.

Son hechos tangibles que marcan el rumbo correcto de este gobierno, cuya misión final es lograr la felicidad del pueblo y darle protección.

Delegado de programas federales en Veracruz.

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