/ lunes 20 de mayo de 2019

La violencia aún no toca fondo; ¿viene lo peor?

Los años pasan, pero la violencia en México no tiene fin. Detienen a sicarios y a capos, pero surgen más. Lo invertido en seguridad suma miles y miles de millones de pesos, sin embargo, no hay resultados positivos. Y las estrategias de combate cambian sexenio a sexenio, o obstante, los niveles de seguridad empeoran.

Ahora que se está en la república amorosa de la Cuarta Transformación la esperanza de la mayoría de los mexicanos es que todo mejore en México, luego de gobiernos incapaces o corruptos o las dos cosas a la vez.

Ha dicho López Obrador que en medio año, o sea por allá de octubre, se notará que mejoran los niveles de seguridad. Le apuesta a su Guardia Nacional, una corporación controlada por militares y echada a andar antes de que exista legalmente, aunque su operación inicial sea más para efectos de percepción que de resultados reales.

Claro que esto de crear instituciones para combatir a la delincuencia organizada no es nada sencillo. AMLO empuja fuerte para forzar la aparición de la Guardia Nacional, pero genera improvisación y tal vez con eso marque a la GN para el resto de su gobierno como un grupo sin la preparación adecuada para los fines que se desean. Sin embargo, Peña Nieto ni siquiera pudo dar vida al grupo con el que daría la batalla a los delincuentes, la Gendarmería.

En fin, si usted es de los que creen que ya vimos lo peor en materia de inseguridad, lo más probable es que esté equivocado.

El Bank of America Merril Lynch, en su análisis Los Cinco Mitos de México, compartido por Bank of America para sus socios, señala que la violencia en México todavía no toca fondo. Se basa en las cifras oficiales de homicidios dolosos reportados por la Secretaría de Gobernación, en las que advierte que la tendencia es al alza. Esa institución señala además que la inseguridad y el narcotráfico se mantienen como las preocupaciones centrales de los mexicanos.

Por lo pronto en Veracruz vemos que la situación está como la describe ese organismo. Hay más secuestros (Xalapa, no obstante ser la capital del estado, es el más peligrosos en ese sentido) y a los delincuentes cada vez les importan menos las repercusiones de sus acciones. Pudo suponerse que tras la masacre de Minatitlán pasaría un tiempo para que se dieran hechos violentos de gran magnitud.

Pero los sicarios están desatados. A media semana vimos lo sucedido en Tuzamapan, una comunidad de Coatepec, en la que el grupo atacante disparó en más de 100 ocasiones y mató a cinco personas, por cierto, todas sin relación con la persona de la que querían vengarse.

Y entre el viernes y este domingo, o sea el fin de semana, fueron registradas por la prensa 18 ejecuciones repartidas entre Tecolutla, Tierra Blanca, Acultzingo, Fortín, Huiloapan, Córdoba, Vega de Alatorre y Minatitlán, este último municipio que se supone es cuidado ya por la Guardia Nacional pero en donde la violencia sigue atemorizando a los pobladores.

Bank of America Merril Lynch lo ve muy claro: la violencia aún no toca fondo. En otras palabras, cuídese. Vendría lo peor.


Los años pasan, pero la violencia en México no tiene fin. Detienen a sicarios y a capos, pero surgen más. Lo invertido en seguridad suma miles y miles de millones de pesos, sin embargo, no hay resultados positivos. Y las estrategias de combate cambian sexenio a sexenio, o obstante, los niveles de seguridad empeoran.

Ahora que se está en la república amorosa de la Cuarta Transformación la esperanza de la mayoría de los mexicanos es que todo mejore en México, luego de gobiernos incapaces o corruptos o las dos cosas a la vez.

Ha dicho López Obrador que en medio año, o sea por allá de octubre, se notará que mejoran los niveles de seguridad. Le apuesta a su Guardia Nacional, una corporación controlada por militares y echada a andar antes de que exista legalmente, aunque su operación inicial sea más para efectos de percepción que de resultados reales.

Claro que esto de crear instituciones para combatir a la delincuencia organizada no es nada sencillo. AMLO empuja fuerte para forzar la aparición de la Guardia Nacional, pero genera improvisación y tal vez con eso marque a la GN para el resto de su gobierno como un grupo sin la preparación adecuada para los fines que se desean. Sin embargo, Peña Nieto ni siquiera pudo dar vida al grupo con el que daría la batalla a los delincuentes, la Gendarmería.

En fin, si usted es de los que creen que ya vimos lo peor en materia de inseguridad, lo más probable es que esté equivocado.

El Bank of America Merril Lynch, en su análisis Los Cinco Mitos de México, compartido por Bank of America para sus socios, señala que la violencia en México todavía no toca fondo. Se basa en las cifras oficiales de homicidios dolosos reportados por la Secretaría de Gobernación, en las que advierte que la tendencia es al alza. Esa institución señala además que la inseguridad y el narcotráfico se mantienen como las preocupaciones centrales de los mexicanos.

Por lo pronto en Veracruz vemos que la situación está como la describe ese organismo. Hay más secuestros (Xalapa, no obstante ser la capital del estado, es el más peligrosos en ese sentido) y a los delincuentes cada vez les importan menos las repercusiones de sus acciones. Pudo suponerse que tras la masacre de Minatitlán pasaría un tiempo para que se dieran hechos violentos de gran magnitud.

Pero los sicarios están desatados. A media semana vimos lo sucedido en Tuzamapan, una comunidad de Coatepec, en la que el grupo atacante disparó en más de 100 ocasiones y mató a cinco personas, por cierto, todas sin relación con la persona de la que querían vengarse.

Y entre el viernes y este domingo, o sea el fin de semana, fueron registradas por la prensa 18 ejecuciones repartidas entre Tecolutla, Tierra Blanca, Acultzingo, Fortín, Huiloapan, Córdoba, Vega de Alatorre y Minatitlán, este último municipio que se supone es cuidado ya por la Guardia Nacional pero en donde la violencia sigue atemorizando a los pobladores.

Bank of America Merril Lynch lo ve muy claro: la violencia aún no toca fondo. En otras palabras, cuídese. Vendría lo peor.