/ viernes 14 de mayo de 2021

Las amas de casa

¿Qué significa ser ama de casa y qué hace una ama de casa?, una pregunta muy interesante; la respuesta es extensa y creo que nunca terminaría de describir la labor de las amas de casa. Según el diccionario, ama de casa significa: la mujer que se dedica a los quehaceres domésticos.

Cuántas veces hemos escuchado decir a las mujeres cuando les preguntan ¿en qué trabajas? Yo no trabajo, soy ama de casa… ¡disculpa! Según estadísticas, 52.4% de las mujeres son amas de casa y además se dedican a trabajos de ventas.

Las amas de casa la hacen de cocineras, niñeras, realizan tareas escolares, limpian pisos, fungen como psicólogas, esposas, amantes. Desde que amanece empieza su trabajo. Si tienes bebés, desde que nace tu primer hijo jamás volverás a dormir tranquila; tal vez suene exagerado pero no lo es. Empiezan tus temores, ya no duermes, estás alerta de que no se te ahogue el bebé con el reflujo, que se tiene que cambiar el pañal, que tiene cólicos; si lo amantas y eres mamá primeriza es peor, porque nadie te enseña a ser madre.

Los pechos de la madre lactante crecen y cuando no amamantas al bebé a tiempo se te hacen bolitas en los pechos, tienes dolor, temperatura alta, señal que necesitas que salga toda la leche materna. Velas el sueño de tu bebé, cuando crece lo llevas al kínder, tienes que madrugar, bañarlo, hacerle el desayuno para la escuela, lo llevas y lo traes, haces la tarea con ellos. Y apúrate para que hagas las compras para hacer la comida, sigues amantando al bebé, y corre porque vas a llevar a la primaria a tu otro hijo, guisar, lavar ropa, limpiar pisos, llevar al parque a los niños, atender a la pareja, ser cariñosa con toda la familia y algo más, estirar el gasto, porque todo sube de precio, menos el salario.

Ellas ven cómo le hacen, pero tienen la casa limpia, comida y a los hijos atendidos, y si se enferman ellas los cuidan día y noche, sin descuidar las labores del hogar. ¿Y todo eso no es trabajo? Estas mujeres –mis respetos– se olvidan de todo por cumplir en el hogar.

Es lamentable que a las madres que cumplen con más de dos jornadas de trabajo, que son amas de casa y además salen a trabajar, regresan y siguen trabajando en casa, nadie reconozca su trabajo, ni su familia, muchos menos el marido, esposo o concubino, quienes en muchos casos no cubren la totalidad de sus necesidades económicas y por eso ellas salen a trabajar; algunas hasta mantienen al marido y aún así les reclaman: ¡es que tú no haces nada!, ¡eres una floja!, ¡tu aportación es migaja!...

Porque si contratan a una persona del servicio doméstico le tienes que pagar, y eso es lo que los hombres no se dan cuenta. Y lo peor, cuando ven que más trabajas, más te exigen, y nadie ayuda a estas mujeres a mantener la casa limpia.

El esposo o pareja solo cumple con una jornada laboral y llega a su casa muy cansado, a comer o cenar, leer el periódico o ver televisión, y la pobre mujer limpiando, atendiendo a los hijos. Ellos hacen como que la Virgen les habla y no participan en las labores de limpieza del hogar, porque ¡están muy cansados! Semejantes flojos, mantenidos, que se llenan la boca diciendo “ella es mi esposa”, cuando no cumplen con los gastos.

Cómo es posible que la mujer aguante hasta tres jornadas de trabajo, ser ama de casa, salir a trabajar y hasta vender productos por catálogo. Esa es una ama de casa mexicana, aunque no falta la mujer que tenga la suerte de tener quien le ayude con el trabajo doméstico o un esposo o pareja que realmente cubra los gastos del hogar.

lexfemme.12@hotmail.com

¿Qué significa ser ama de casa y qué hace una ama de casa?, una pregunta muy interesante; la respuesta es extensa y creo que nunca terminaría de describir la labor de las amas de casa. Según el diccionario, ama de casa significa: la mujer que se dedica a los quehaceres domésticos.

Cuántas veces hemos escuchado decir a las mujeres cuando les preguntan ¿en qué trabajas? Yo no trabajo, soy ama de casa… ¡disculpa! Según estadísticas, 52.4% de las mujeres son amas de casa y además se dedican a trabajos de ventas.

Las amas de casa la hacen de cocineras, niñeras, realizan tareas escolares, limpian pisos, fungen como psicólogas, esposas, amantes. Desde que amanece empieza su trabajo. Si tienes bebés, desde que nace tu primer hijo jamás volverás a dormir tranquila; tal vez suene exagerado pero no lo es. Empiezan tus temores, ya no duermes, estás alerta de que no se te ahogue el bebé con el reflujo, que se tiene que cambiar el pañal, que tiene cólicos; si lo amantas y eres mamá primeriza es peor, porque nadie te enseña a ser madre.

Los pechos de la madre lactante crecen y cuando no amamantas al bebé a tiempo se te hacen bolitas en los pechos, tienes dolor, temperatura alta, señal que necesitas que salga toda la leche materna. Velas el sueño de tu bebé, cuando crece lo llevas al kínder, tienes que madrugar, bañarlo, hacerle el desayuno para la escuela, lo llevas y lo traes, haces la tarea con ellos. Y apúrate para que hagas las compras para hacer la comida, sigues amantando al bebé, y corre porque vas a llevar a la primaria a tu otro hijo, guisar, lavar ropa, limpiar pisos, llevar al parque a los niños, atender a la pareja, ser cariñosa con toda la familia y algo más, estirar el gasto, porque todo sube de precio, menos el salario.

Ellas ven cómo le hacen, pero tienen la casa limpia, comida y a los hijos atendidos, y si se enferman ellas los cuidan día y noche, sin descuidar las labores del hogar. ¿Y todo eso no es trabajo? Estas mujeres –mis respetos– se olvidan de todo por cumplir en el hogar.

Es lamentable que a las madres que cumplen con más de dos jornadas de trabajo, que son amas de casa y además salen a trabajar, regresan y siguen trabajando en casa, nadie reconozca su trabajo, ni su familia, muchos menos el marido, esposo o concubino, quienes en muchos casos no cubren la totalidad de sus necesidades económicas y por eso ellas salen a trabajar; algunas hasta mantienen al marido y aún así les reclaman: ¡es que tú no haces nada!, ¡eres una floja!, ¡tu aportación es migaja!...

Porque si contratan a una persona del servicio doméstico le tienes que pagar, y eso es lo que los hombres no se dan cuenta. Y lo peor, cuando ven que más trabajas, más te exigen, y nadie ayuda a estas mujeres a mantener la casa limpia.

El esposo o pareja solo cumple con una jornada laboral y llega a su casa muy cansado, a comer o cenar, leer el periódico o ver televisión, y la pobre mujer limpiando, atendiendo a los hijos. Ellos hacen como que la Virgen les habla y no participan en las labores de limpieza del hogar, porque ¡están muy cansados! Semejantes flojos, mantenidos, que se llenan la boca diciendo “ella es mi esposa”, cuando no cumplen con los gastos.

Cómo es posible que la mujer aguante hasta tres jornadas de trabajo, ser ama de casa, salir a trabajar y hasta vender productos por catálogo. Esa es una ama de casa mexicana, aunque no falta la mujer que tenga la suerte de tener quien le ayude con el trabajo doméstico o un esposo o pareja que realmente cubra los gastos del hogar.

lexfemme.12@hotmail.com