/ martes 4 de agosto de 2020

Las cosas buenas…

Hace muchos, muchos años, como contaban los abuelitos de antes, el reportero ya se sentía importante y decidió adquirir un carrito, para desplegar mejor su trabajo.

Lo escuchó una inteligente reportera de otro medio y propuso: te vendo el mío. La cantidad era aceptable, Eran tiempos electorales y de comisiones por venta de publicidad política; la juntaría el reportero. Meses después lo logró, fue con ella: ya tengo la lana, le dijo. Y ella le entregó su Brasilia.

Pero traía un problemilla en el sistema eléctrico, por lo que pidió al amigo director de Seguridad Pública del estado le echara la mano. Gustosamente accedió y se llevó el vehículo al Cuartel San José, a que lo arreglaran sus mecánicos.

Ese fin de semana el dueño del periódico comió en La Pérgola con otro alto funcionario que le pasó el tip. A la tarde noche, con algunas greñas sueltas llamó colérico a la Redacción: “¡¡que suba Cadena!!”.

Ya en la oficina, todo nervioso frente al imponente jefe escuchó la dura reprimenda:

—¡¡Óyeme bien, no te voy a permitir que utilices el periódico para enriquecerte con maniobras turbias, me enteré que el policía Jerez Treviño te está preparando un carro robado que te va a regalar!!”, etcétera, etcétera.

Sorprendido pero tranquilo, el atrevido reportero respondón, lo negó y le comentó que eso se lo había informado el alto funcionario con el que se había reunido a comer esa tarde; le recordó que siguiendo sus enseñanzas profesionales el reportero supo enterarse dónde y con quien andaba su director.

Al mismo tiempo le explicó sus peripecias y problemas para tener un coche para desempeñar sus rutinas. Incluso rápido bajó a su escritorio, tomó la copia de la factura y se la mostró al jefe con la recomendación que la checara en la empresa —a pesar de ser sábado— y sin más salió de la oficina.

Una hora después, el teléfono de la Redacción volvió a sonar con la misma enérgica voz: “¡¡Que suba Cadena!!”. El reportero ya lo encontró calmado para escuchar de don Rubén Pabello Acosta una mezcla de bondadoso consejo con severa advertencia: “Ya lo confirmé, efectivamente es un vehículo de la agencia. ¡¡No hagas cosas buenas que parezcan malas!!”.

Eso recuerda hoy las acciones de la 4T, sobre todo lo de las pensiones a los adultos mayores. Nadie explica por qué las empiezan a pagar hasta cinco o más meses después de registrar solicitud oficial. Curiosamente son muchísimas. “Ya no hay robadera”, dijo el presidente López Obrador este martes en Nayarit.

Tenga paz y armonía. Cuidemos el agua y sembremos buena semilla.

gustavocadenamathey@gmail.com

Hace muchos, muchos años, como contaban los abuelitos de antes, el reportero ya se sentía importante y decidió adquirir un carrito, para desplegar mejor su trabajo.

Lo escuchó una inteligente reportera de otro medio y propuso: te vendo el mío. La cantidad era aceptable, Eran tiempos electorales y de comisiones por venta de publicidad política; la juntaría el reportero. Meses después lo logró, fue con ella: ya tengo la lana, le dijo. Y ella le entregó su Brasilia.

Pero traía un problemilla en el sistema eléctrico, por lo que pidió al amigo director de Seguridad Pública del estado le echara la mano. Gustosamente accedió y se llevó el vehículo al Cuartel San José, a que lo arreglaran sus mecánicos.

Ese fin de semana el dueño del periódico comió en La Pérgola con otro alto funcionario que le pasó el tip. A la tarde noche, con algunas greñas sueltas llamó colérico a la Redacción: “¡¡que suba Cadena!!”.

Ya en la oficina, todo nervioso frente al imponente jefe escuchó la dura reprimenda:

—¡¡Óyeme bien, no te voy a permitir que utilices el periódico para enriquecerte con maniobras turbias, me enteré que el policía Jerez Treviño te está preparando un carro robado que te va a regalar!!”, etcétera, etcétera.

Sorprendido pero tranquilo, el atrevido reportero respondón, lo negó y le comentó que eso se lo había informado el alto funcionario con el que se había reunido a comer esa tarde; le recordó que siguiendo sus enseñanzas profesionales el reportero supo enterarse dónde y con quien andaba su director.

Al mismo tiempo le explicó sus peripecias y problemas para tener un coche para desempeñar sus rutinas. Incluso rápido bajó a su escritorio, tomó la copia de la factura y se la mostró al jefe con la recomendación que la checara en la empresa —a pesar de ser sábado— y sin más salió de la oficina.

Una hora después, el teléfono de la Redacción volvió a sonar con la misma enérgica voz: “¡¡Que suba Cadena!!”. El reportero ya lo encontró calmado para escuchar de don Rubén Pabello Acosta una mezcla de bondadoso consejo con severa advertencia: “Ya lo confirmé, efectivamente es un vehículo de la agencia. ¡¡No hagas cosas buenas que parezcan malas!!”.

Eso recuerda hoy las acciones de la 4T, sobre todo lo de las pensiones a los adultos mayores. Nadie explica por qué las empiezan a pagar hasta cinco o más meses después de registrar solicitud oficial. Curiosamente son muchísimas. “Ya no hay robadera”, dijo el presidente López Obrador este martes en Nayarit.

Tenga paz y armonía. Cuidemos el agua y sembremos buena semilla.

gustavocadenamathey@gmail.com