/ martes 28 de diciembre de 2021

Las lenguas indígenas y su importancia cultural

Al investigar sobre los programas y proyectos prioritarios del actual gobierno federal, existe uno que se dice favorece a la población indígena: el Programa Nacional de los Pueblos Indígenas.

Según el Censo 2020 que realizó INEGI, la riqueza cultural de “las poblaciones indígenas con usos y costumbres propias, y que poseen formas particulares de comprender el mundo y de interactuar con él, visten, comen, celebran sus festividades, conviven y nombran a sus propias autoridades, de acuerdo con esa concepción que tienen de la vida”. Un elemento muy importante que los distingue y les da identidad, es la lengua con la que se comunican.

“En México 7,364,645 personas de 3 años y más de edad hablan alguna lengua indígena, lo que representa el 6 % de la población total. Las más habladas son: náhuatl, maya y tzeltal”. A nivel nacional, 6 de cada 100 habitantes de 3 años y más de edad hablan alguna lengua indígena. Las entidades con mayor porcentaje de hablantes de lengua indígena son: Oaxaca, Chiapas, Yucatán, Guerrero, Hidalgo, Quintana Roo y Campeche. De este sector de la población, 865 mil 972 personas no hablan español. Como dato histórico, en 1810, los indígenas representaban el 66% de la población total. Pasaron de grupo mayoritario de la nación a la condición de minoría étnica, con todas las consecuencias que tal estado acarrea consigo: la marginación.

Al comenzar cada sexenio se implementa una nueva política, fundada en programas, proyectos, normas y procedimientos a veces novedosos, pero siempre sin dar continuidad de las acciones exitosas precedentes y sin que se sopesen efectos y experiencias; una y otra vez se tropieza con la misma piedra y se vuelve a incurrir en los mismos errores.

tiene en poca estima la evaluación de los programas y proyectos anteriores y no se le da difusión a los relatos críticos que atesoran la enseñanza que dejan. El abordaje de las lenguas indígenas es complejo, multifacético, su atención requiere diversos actores, acciones y estrategias que atiendan a los grupos indígenas de manera integral en lo económico, social, político, cultural y educativo. En relación con las lenguas vernáculas y su enseñanza y por experiencias que no se consideraron en los modelos educativos establecidos por el sistema, hay que observar que la minoría indígena no es homogénea, esa minoría está configurada por grupos étnicos de cultura, economía y lenguas diversas.

La enseñanza-aprendizaje de conocimientos, destrezas y valores mediante la escolarización está obligada a tomar en cuenta las particularidades lingüísticas y culturales en la producción de materiales didácticos al nivel comunal, ya que en los primeros grados del ciclo escolar es preciso mantener la distintividad que evite confusiones en el educando. Sólo más tarde, la elección del dialecto de mayor densidad o importancia como lengua “standard” permite alcanzar el ámbito regional y hábitat del grupo étnico, antes de pasar a la comprensión nacional y al uso del idioma oficial.

En un programa como el que se pretende se debe considerar para el aprendizaje, el empleo de motivaciones, técnicas y contenidos educativos que respondan a las expectativas de las comunidades indígenas y evitar resultados adversos, sobre todo cuando se insiste en el uso del idioma oficial como instrumento de enseñanza para un auditorio acostumbrado a su lengua materna que no entiende o mal entiende lo que se dice. Además de las acciones que pueda emprender el Estado, la escuela, el personal docente con altos niveles educativos, pueden ser un factor determinante en la preservación de las lenguas vernáculas y las culturas indígenas.

En la solución del problema, también hay que considerar a la familia porque ésta se suma a “diferentes factores que influyen en la decisión personal de los individuos de no transmitir la lengua materna a las nuevas generaciones, entre las que se encuentran los estereotipos de la sociedad mestiza hacia lo indígena, y que cuenta con marcados tintes discriminatorios.

Así, el conjunto de malas experiencias y la falta de oportunidades de desarrollo para el que no habla español influye en la decisión consciente por parte del hablante de no enseñar su lengua a las nuevas generaciones”.

A qué se expone la sociedad mexicana si no se pone atención al uso y preservación de la lengua indígena, pues sencillamente a su desaparición, a su abandono por los jóvenes indígenas.

El reflejo claro de la extinción se observa entre las generaciones más jóvenes, que en el caso de las lenguas en situación de extinción acelerada se ubica en a partir del grupo de edad de 20 a 24 años. Cada vez el abandono de la lengua indígena impacta a sus pueblos. Como se observa los factores educativos y sociales impactan de manera especial el aprecio a la lengua materna, a ellos se suman otros factores que han provocado el abrupto descenso de la población hablante de lengua indígena y su consiguiente transmisión: el cambio económico, el estigma social de hablar una lengua indígena, el desplazamiento de los territorios tradicionales, las relaciones familiares que afectan directamente la conservación de la lengua indígena y el grado de desarrollo que guarda cada comunidad impacta el uso de la misma.

El fenómeno que se puede observar es que el habla y la conservación de la lengua indígena están fuertemente relacionadas con bajos niveles de desarrollo personal y alta marginación. Para que no quede solo en el discurso, entre los objetivos, acciones y estrategias, además de los educativos, que deberá establecer y materializar la actual administración federal con el programa que se ha mencionado, es abatir las inequidades entre la población indígena y no indígena respetando su cultura; fomentar el uso de la lengua indígena, así como mejorar la calidad, cobertura e infraestructura de la educación básica bilingüe.


Al investigar sobre los programas y proyectos prioritarios del actual gobierno federal, existe uno que se dice favorece a la población indígena: el Programa Nacional de los Pueblos Indígenas.

Según el Censo 2020 que realizó INEGI, la riqueza cultural de “las poblaciones indígenas con usos y costumbres propias, y que poseen formas particulares de comprender el mundo y de interactuar con él, visten, comen, celebran sus festividades, conviven y nombran a sus propias autoridades, de acuerdo con esa concepción que tienen de la vida”. Un elemento muy importante que los distingue y les da identidad, es la lengua con la que se comunican.

“En México 7,364,645 personas de 3 años y más de edad hablan alguna lengua indígena, lo que representa el 6 % de la población total. Las más habladas son: náhuatl, maya y tzeltal”. A nivel nacional, 6 de cada 100 habitantes de 3 años y más de edad hablan alguna lengua indígena. Las entidades con mayor porcentaje de hablantes de lengua indígena son: Oaxaca, Chiapas, Yucatán, Guerrero, Hidalgo, Quintana Roo y Campeche. De este sector de la población, 865 mil 972 personas no hablan español. Como dato histórico, en 1810, los indígenas representaban el 66% de la población total. Pasaron de grupo mayoritario de la nación a la condición de minoría étnica, con todas las consecuencias que tal estado acarrea consigo: la marginación.

Al comenzar cada sexenio se implementa una nueva política, fundada en programas, proyectos, normas y procedimientos a veces novedosos, pero siempre sin dar continuidad de las acciones exitosas precedentes y sin que se sopesen efectos y experiencias; una y otra vez se tropieza con la misma piedra y se vuelve a incurrir en los mismos errores.

tiene en poca estima la evaluación de los programas y proyectos anteriores y no se le da difusión a los relatos críticos que atesoran la enseñanza que dejan. El abordaje de las lenguas indígenas es complejo, multifacético, su atención requiere diversos actores, acciones y estrategias que atiendan a los grupos indígenas de manera integral en lo económico, social, político, cultural y educativo. En relación con las lenguas vernáculas y su enseñanza y por experiencias que no se consideraron en los modelos educativos establecidos por el sistema, hay que observar que la minoría indígena no es homogénea, esa minoría está configurada por grupos étnicos de cultura, economía y lenguas diversas.

La enseñanza-aprendizaje de conocimientos, destrezas y valores mediante la escolarización está obligada a tomar en cuenta las particularidades lingüísticas y culturales en la producción de materiales didácticos al nivel comunal, ya que en los primeros grados del ciclo escolar es preciso mantener la distintividad que evite confusiones en el educando. Sólo más tarde, la elección del dialecto de mayor densidad o importancia como lengua “standard” permite alcanzar el ámbito regional y hábitat del grupo étnico, antes de pasar a la comprensión nacional y al uso del idioma oficial.

En un programa como el que se pretende se debe considerar para el aprendizaje, el empleo de motivaciones, técnicas y contenidos educativos que respondan a las expectativas de las comunidades indígenas y evitar resultados adversos, sobre todo cuando se insiste en el uso del idioma oficial como instrumento de enseñanza para un auditorio acostumbrado a su lengua materna que no entiende o mal entiende lo que se dice. Además de las acciones que pueda emprender el Estado, la escuela, el personal docente con altos niveles educativos, pueden ser un factor determinante en la preservación de las lenguas vernáculas y las culturas indígenas.

En la solución del problema, también hay que considerar a la familia porque ésta se suma a “diferentes factores que influyen en la decisión personal de los individuos de no transmitir la lengua materna a las nuevas generaciones, entre las que se encuentran los estereotipos de la sociedad mestiza hacia lo indígena, y que cuenta con marcados tintes discriminatorios.

Así, el conjunto de malas experiencias y la falta de oportunidades de desarrollo para el que no habla español influye en la decisión consciente por parte del hablante de no enseñar su lengua a las nuevas generaciones”.

A qué se expone la sociedad mexicana si no se pone atención al uso y preservación de la lengua indígena, pues sencillamente a su desaparición, a su abandono por los jóvenes indígenas.

El reflejo claro de la extinción se observa entre las generaciones más jóvenes, que en el caso de las lenguas en situación de extinción acelerada se ubica en a partir del grupo de edad de 20 a 24 años. Cada vez el abandono de la lengua indígena impacta a sus pueblos. Como se observa los factores educativos y sociales impactan de manera especial el aprecio a la lengua materna, a ellos se suman otros factores que han provocado el abrupto descenso de la población hablante de lengua indígena y su consiguiente transmisión: el cambio económico, el estigma social de hablar una lengua indígena, el desplazamiento de los territorios tradicionales, las relaciones familiares que afectan directamente la conservación de la lengua indígena y el grado de desarrollo que guarda cada comunidad impacta el uso de la misma.

El fenómeno que se puede observar es que el habla y la conservación de la lengua indígena están fuertemente relacionadas con bajos niveles de desarrollo personal y alta marginación. Para que no quede solo en el discurso, entre los objetivos, acciones y estrategias, además de los educativos, que deberá establecer y materializar la actual administración federal con el programa que se ha mencionado, es abatir las inequidades entre la población indígena y no indígena respetando su cultura; fomentar el uso de la lengua indígena, así como mejorar la calidad, cobertura e infraestructura de la educación básica bilingüe.