El Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PACIC) anunciado el pasado 4 de mayo llama la atención por lo integral de las 16 medidas que se tomarán para enfrentar la crisis inflacionaria. Por una parte, las medidas elevan la producción interna de alimentos, y por otra, estabilizan los precios de 24 productos de la canasta básica durante por lo menos los siguientes seis meses.
El paquete fue presentado en la conferencia de prensa del pasado 4 de mayo, donde además de miembros del gabinete, acudieron 32 líderes empresariales, productores y distribuidores encabezados por el presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Francisco Cervantes Díaz.
Diversos productores y empresas de la IP y estatales se han comprometido a no aumentar los precios de los productos de la canasta básica durante los próximos seis meses como apoyo a los hogares mexicanos ante el embate de la inflación. Walmart, Chedraui, Soriana, Bimbo, Telcel, Telmex y CFE, son sólo algunos de los participantes.
Por este acuerdo, también los precios de la luz, gasolina, diésel, casetas y gas deberán mantenerse estables.
Las autoridades aclararon que el acuerdo es voluntario —no se trata de un control de precios—, es de mutuo beneficio, y por el bien de la economía. Si bien sólo será por un tiempo, podrá extenderse a partir de conversaciones entre las partes participantes.
Aunado a lo anterior, el paquete contiene medidas relacionadas con los tiempos y costos de distribución interna; así como aranceles en el caso del comercio exterior.
De acuerdo a un tuit de la Secretaría de Hacienda, los productos de la canasta básica incluidos en el acuerdo son: aceite vegetal, arroz, atún en lata, azúcar morena, bistec de res, cebolla, chile jalapeño, chuleta de puerco, frijol, huevo, jabón de tocador, jitomate saladet, leche, limón, manzana, naranja, pan de caja, papa, papel higiénico, pasta de sopa, pollo entero, sardina, tortilla de maíz y zanahoria.
Un programa de este alcance fue posible gracias a la intervención del Estado que se vio en medio de una crisis inflacionaria agravada por el Covid-19. El impacto fue menor de lo que pudo haber sido debido a que el Gobierno Federal utilizó excedentes petroleros para subsidiar las gasolinas y evitar que los precios subieran, de acuerdo con el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O.
Además, estos excedentes podrán incrementar las producciones de maíz, frijol y arroz, haciendo que los programas de abasto LICONSA y DICONSA se fortalezcan.
Finalmente, acciones de este tipo ayudan -en menor o mayor medida- a evitar que otros problemas se agraven o detonen; son parte de la visión de un Gobierno que atiende tanto las causas como las consecuencias. No sólo se trata de medidas económicas sino de esfuerzos por cumplir el derecho humano a la alimentación.
(*) Delegado estatal de Programas del Bienestar
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