/ viernes 12 de marzo de 2021

Las políticas de tecnología educativa

En el artículo Tecnología Educativa en México 2013-2016: análisis de la política pública y aproximaciones a la realidad nacional, Rosa Elena Durán, Luis Francisco Rivero, Berenice Alfaro y Sonia Gayosso señalan que la globalización es un fenómeno que ha estrechado las relaciones en el mundo contemporáneo.

El desarrollo tecnológico que se observa en los últimos años acelera las interacciones en las actividades económicas, culturales y educativas. Touraine en su libro ¿Podremos vivir juntos?, afirma que “miles de millones de individuos ven los mismos programas de televisión, toman las mismas bebidas, usan la misma ropa y hasta emplean para comunicarse de un país a otro, el mismo idioma…”

En las últimas décadas las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) han tenido una fuerte presencia nacional e internacional, en un mercado creciente de usuarios para el ámbito de los centros escolares y áreas de capacitación de las organizaciones. Asimismo, la política pública educativa de todas las latitudes incluye en sus modelos y programas tendencias tecno-pedagógicas, tales como el aprendizaje móvil, la realidad aumentada y virtual, los espacios maker, los MOOC, las analíticas de aprendizaje, la robótica pedagógica, el aula invertida y el uso de drones, entre las más conocidas.

Sin duda, en la actualidad las TIC son necesarias en el proceso educativo, el problema que se presenta es que en los últimos años, como consecuencia de que las Tecnologías de la Información y la Comunicación se han convertido en la columna vertebral de la economía de la información mundial y que han dado lugar a la sociedad de la información, se ha puesto mayor atención a la diferencia de acceso a las TIC entre los países desarrollados y los países en vías de desarrollo. Esta diferencia se conoce como la brecha digital.

En el artículo de referencia se sugiere al gobierno y entidad educativa realizar primero un diagnóstico que revele las razones por las cuales ya no se hace uso de algunas tecnologías y conocer de igual forma las condiciones de equipamiento e infraestructura bajo las que operan los centros educativos para poder continuar con la ejecución de estas. Explorar nuevos medios e implementar nuevas estrategias e iniciativas que fomenten la tecnología educativa y adaptarla a la realidad actual serán el reto que las y los estrategas en educación de México deberán enfrentar.

Como país emergente, México tiene frente a sí un reto que demanda realizar estudios profundos que le permitan alcanzar el objetivo de hacer un uso adecuado de las TIC en los distintos procesos que requiere la enseñanza y el aprendizaje, no se puede negar la importancia del uso de las nuevas tecnologías en la educación, sin embargo, pareciera que estas políticas no han sido diseñadas de manera adecuada invirtiendo recursos del erario sin que los resultados hayan sido positivos, como el caso de Enciclomedia durante el gobierno de Vicente Fox.

Miguel Ángel Gallegos Cárdenas en el libro Las políticas educativas en México: problemas y desafíos, se hace la pregunta ¿para qué invertir en tecnologías e incorporarlas en educación? Esta es la pregunta que debieron haberse hecho quienes decidieron poner en marcha esta política pública en el gobierno de Enrique Peña Nieto. Su programa con uso de la tecnología en educación no contó con un propósito específico y acotado de acuerdo con la Unesco. Esta apreciación de la Organización pone de manifiesto porqué en México esta política no tuvo los resultados esperados. Nunca se señaló cuáles fueron los objetivos y propósitos específicos y precisos de la puesta en marcha del programa Inclusión y Alfabetización Digital; nunca se habló de progreso educativo ni social, mucho menos económico al invertir en estas tecnologías.

Parece ser que las políticas públicas se han desarrollado mediante ocurrencias sexenales. No se ha tomado en cuenta en los programas de gobierno que la comunicación digital impacta en el desarrollo de la educación y que continúa la dependencia tecnológica y fuga de cerebros. El sistema educativo nacional demanda en todos sus niveles el acceso, uso social y educativo, alfabetización digital y apropiación social de las TIC, dado que vivimos en una sociedad cada vez más digitalizada.

Si consideramos que la educación de calidad es un derecho humano, es necesario también reflexionar en relación con el uso de las tecnologías como un requisito indispensable de la equidad.

La maestra Delfina Gómez, actual secretaria de Educación Pública, aún no define un artilugio propio. La Nueva Escuela Mexicana fue consigna de Esteban Moctezuma; ella prefiere apotegmas del Presidente, dice Carlos Ornelas. Es necesario que las nuevas políticas de tecnología educativa consideren las experiencias pasadas, que se aprenda de lo que se hizo mal y se construya de abajo hacia arriba, para escuchar la voz de los actores principales: los profesores y los estudiantes.

En el artículo Tecnología Educativa en México 2013-2016: análisis de la política pública y aproximaciones a la realidad nacional, Rosa Elena Durán, Luis Francisco Rivero, Berenice Alfaro y Sonia Gayosso señalan que la globalización es un fenómeno que ha estrechado las relaciones en el mundo contemporáneo.

El desarrollo tecnológico que se observa en los últimos años acelera las interacciones en las actividades económicas, culturales y educativas. Touraine en su libro ¿Podremos vivir juntos?, afirma que “miles de millones de individuos ven los mismos programas de televisión, toman las mismas bebidas, usan la misma ropa y hasta emplean para comunicarse de un país a otro, el mismo idioma…”

En las últimas décadas las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) han tenido una fuerte presencia nacional e internacional, en un mercado creciente de usuarios para el ámbito de los centros escolares y áreas de capacitación de las organizaciones. Asimismo, la política pública educativa de todas las latitudes incluye en sus modelos y programas tendencias tecno-pedagógicas, tales como el aprendizaje móvil, la realidad aumentada y virtual, los espacios maker, los MOOC, las analíticas de aprendizaje, la robótica pedagógica, el aula invertida y el uso de drones, entre las más conocidas.

Sin duda, en la actualidad las TIC son necesarias en el proceso educativo, el problema que se presenta es que en los últimos años, como consecuencia de que las Tecnologías de la Información y la Comunicación se han convertido en la columna vertebral de la economía de la información mundial y que han dado lugar a la sociedad de la información, se ha puesto mayor atención a la diferencia de acceso a las TIC entre los países desarrollados y los países en vías de desarrollo. Esta diferencia se conoce como la brecha digital.

En el artículo de referencia se sugiere al gobierno y entidad educativa realizar primero un diagnóstico que revele las razones por las cuales ya no se hace uso de algunas tecnologías y conocer de igual forma las condiciones de equipamiento e infraestructura bajo las que operan los centros educativos para poder continuar con la ejecución de estas. Explorar nuevos medios e implementar nuevas estrategias e iniciativas que fomenten la tecnología educativa y adaptarla a la realidad actual serán el reto que las y los estrategas en educación de México deberán enfrentar.

Como país emergente, México tiene frente a sí un reto que demanda realizar estudios profundos que le permitan alcanzar el objetivo de hacer un uso adecuado de las TIC en los distintos procesos que requiere la enseñanza y el aprendizaje, no se puede negar la importancia del uso de las nuevas tecnologías en la educación, sin embargo, pareciera que estas políticas no han sido diseñadas de manera adecuada invirtiendo recursos del erario sin que los resultados hayan sido positivos, como el caso de Enciclomedia durante el gobierno de Vicente Fox.

Miguel Ángel Gallegos Cárdenas en el libro Las políticas educativas en México: problemas y desafíos, se hace la pregunta ¿para qué invertir en tecnologías e incorporarlas en educación? Esta es la pregunta que debieron haberse hecho quienes decidieron poner en marcha esta política pública en el gobierno de Enrique Peña Nieto. Su programa con uso de la tecnología en educación no contó con un propósito específico y acotado de acuerdo con la Unesco. Esta apreciación de la Organización pone de manifiesto porqué en México esta política no tuvo los resultados esperados. Nunca se señaló cuáles fueron los objetivos y propósitos específicos y precisos de la puesta en marcha del programa Inclusión y Alfabetización Digital; nunca se habló de progreso educativo ni social, mucho menos económico al invertir en estas tecnologías.

Parece ser que las políticas públicas se han desarrollado mediante ocurrencias sexenales. No se ha tomado en cuenta en los programas de gobierno que la comunicación digital impacta en el desarrollo de la educación y que continúa la dependencia tecnológica y fuga de cerebros. El sistema educativo nacional demanda en todos sus niveles el acceso, uso social y educativo, alfabetización digital y apropiación social de las TIC, dado que vivimos en una sociedad cada vez más digitalizada.

Si consideramos que la educación de calidad es un derecho humano, es necesario también reflexionar en relación con el uso de las tecnologías como un requisito indispensable de la equidad.

La maestra Delfina Gómez, actual secretaria de Educación Pública, aún no define un artilugio propio. La Nueva Escuela Mexicana fue consigna de Esteban Moctezuma; ella prefiere apotegmas del Presidente, dice Carlos Ornelas. Es necesario que las nuevas políticas de tecnología educativa consideren las experiencias pasadas, que se aprenda de lo que se hizo mal y se construya de abajo hacia arriba, para escuchar la voz de los actores principales: los profesores y los estudiantes.