/ jueves 30 de agosto de 2018

Legislatura cara y para el olvido

Después de la Ciudad de México, Estado de México y Michoacán, la Legislatura de Veracruz es la cuarta más cara del país. Sus 31 diputados y 19 diputadas cuestan al erario 14 millones 643 mil pesos cada uno, es decir 732 millones 150 pesos en total.

El Informe Legislativo 2018 del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), dio a conocer además que la Legislatura veracruzana, al igual que en otras entidades federativas, no es clara en el manejo del erario.

IMCO dice que las señoras y señores que levantan el dedo en el edificio de avenida Encanto esquina con Lázaro Cárdenas, gastaron el año anterior un presupuesto de casi 680 millones de pesos. De ahí crearon una bolsa de 63 mdp para “gastos adicionales” y se dieron el lujo de desviar 6 millones 192 mil pesos en supuestas ayudas sociales, a pesar de que esas ayudas no entran en su función como legisladores.

¿Cuáles fueron esos gastos adicionales? No lo sabemos porque los señores no tienen por costumbre dar a conocer cómo se gastan un dinero que no es de ellos, pero se puede intuir que parte de esos “gastos” se fueron en las fiestecitas del diputado Sergio Hernández Hernández, en viajecitos de trabajo y en el salón de belleza de las señoras diputadas.

Este año, dice el informe de IMCO, llevan gastados 732 millones 135 mil pesos, lo que representa un cinco por ciento más que el año anterior.

El informe agrega que cada diputado representa a 164 mil 409 veracruzanos. Y aquí la pregunta es ¿en qué los representa? La mayoría ciudadana no sabe siquiera quién rayos es su legislador ni qué comisiones tiene.

Es evidente que el informe de IMCO no contempla el sueldo de cada uno de estos zánganos que es de 58 mil 123 pesos, más 40 mil de “apoyo legislativo” es decir, 98 mil 123 pesos mensuales.

Estos sujetos ganan más que un diputado español cuyo sueldo es de 2 mil 813 euros al mes, es decir, 62 mil 750 pesos mexicanos aproximadamente. Y que vaya que desquitan.

Si trabajaran, si en efecto legislaran a favor de los veracruzanos, quizá nadie objetaría que fueran una de las legislaturas más caras. Pero nada de eso ha ocurrido. En casi dos años la mayoría panista-perredista, se ha dedicado a acatar sumisamente las órdenes del Ejecutivo estatal. Y los grupos restantes, se han dedicado a ver a quién friegan.

Si se hiciera un balance de la chamba de cada uno, todos saldrían reprobados.

Sin rodeos, la LXIV Legislatura casi no promovió ni votó leyes en beneficio de los veracruzanos. Como se atravesó un proceso electoral, varios diputados se fueron a hacer campaña y como la mayoría perdió, regresaron a sus curules amargados y resentidos.

A dos meses de dejar el cargo unos comienzan a vaciar sus escritorios, otros se aprestan a buscar abogados por aquello de las dudas y los hay, como Vicente Benítez, que estarán buscando un país que no tenga tratado de extradición con México para evitar dolores de cabeza como el que está padeciendo Javier Duarte.

Es decir, ya están viendo más hacia la puerta de salida que legislando.

¿Qué recordaremos de esta Legislatura?

Sin duda quedará marcada y pasará a la historia por el nombramiento de Marcos Even Torres Zamudio como Fiscal Anticorrupción, en una sesión que desde su inicio estuvo viciada de origen.

Y también será recordara como una de la que más cobró por casi no hacer nada.



Después de la Ciudad de México, Estado de México y Michoacán, la Legislatura de Veracruz es la cuarta más cara del país. Sus 31 diputados y 19 diputadas cuestan al erario 14 millones 643 mil pesos cada uno, es decir 732 millones 150 pesos en total.

El Informe Legislativo 2018 del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), dio a conocer además que la Legislatura veracruzana, al igual que en otras entidades federativas, no es clara en el manejo del erario.

IMCO dice que las señoras y señores que levantan el dedo en el edificio de avenida Encanto esquina con Lázaro Cárdenas, gastaron el año anterior un presupuesto de casi 680 millones de pesos. De ahí crearon una bolsa de 63 mdp para “gastos adicionales” y se dieron el lujo de desviar 6 millones 192 mil pesos en supuestas ayudas sociales, a pesar de que esas ayudas no entran en su función como legisladores.

¿Cuáles fueron esos gastos adicionales? No lo sabemos porque los señores no tienen por costumbre dar a conocer cómo se gastan un dinero que no es de ellos, pero se puede intuir que parte de esos “gastos” se fueron en las fiestecitas del diputado Sergio Hernández Hernández, en viajecitos de trabajo y en el salón de belleza de las señoras diputadas.

Este año, dice el informe de IMCO, llevan gastados 732 millones 135 mil pesos, lo que representa un cinco por ciento más que el año anterior.

El informe agrega que cada diputado representa a 164 mil 409 veracruzanos. Y aquí la pregunta es ¿en qué los representa? La mayoría ciudadana no sabe siquiera quién rayos es su legislador ni qué comisiones tiene.

Es evidente que el informe de IMCO no contempla el sueldo de cada uno de estos zánganos que es de 58 mil 123 pesos, más 40 mil de “apoyo legislativo” es decir, 98 mil 123 pesos mensuales.

Estos sujetos ganan más que un diputado español cuyo sueldo es de 2 mil 813 euros al mes, es decir, 62 mil 750 pesos mexicanos aproximadamente. Y que vaya que desquitan.

Si trabajaran, si en efecto legislaran a favor de los veracruzanos, quizá nadie objetaría que fueran una de las legislaturas más caras. Pero nada de eso ha ocurrido. En casi dos años la mayoría panista-perredista, se ha dedicado a acatar sumisamente las órdenes del Ejecutivo estatal. Y los grupos restantes, se han dedicado a ver a quién friegan.

Si se hiciera un balance de la chamba de cada uno, todos saldrían reprobados.

Sin rodeos, la LXIV Legislatura casi no promovió ni votó leyes en beneficio de los veracruzanos. Como se atravesó un proceso electoral, varios diputados se fueron a hacer campaña y como la mayoría perdió, regresaron a sus curules amargados y resentidos.

A dos meses de dejar el cargo unos comienzan a vaciar sus escritorios, otros se aprestan a buscar abogados por aquello de las dudas y los hay, como Vicente Benítez, que estarán buscando un país que no tenga tratado de extradición con México para evitar dolores de cabeza como el que está padeciendo Javier Duarte.

Es decir, ya están viendo más hacia la puerta de salida que legislando.

¿Qué recordaremos de esta Legislatura?

Sin duda quedará marcada y pasará a la historia por el nombramiento de Marcos Even Torres Zamudio como Fiscal Anticorrupción, en una sesión que desde su inicio estuvo viciada de origen.

Y también será recordara como una de la que más cobró por casi no hacer nada.