/ lunes 16 de agosto de 2021

Línea delgada

Los días por venir serán difíciles para las administraciones que terminan. El cúmulo de compromisos que tendrá que afrontar serán difíciles; ya no hay tiempo.

Las respuestas de ¿mañana vemos?, luego te digo, ¿cuál atiendo?, y respuestas similares en esta época no aplican, ante la obligatoriedad de cerrar y de la regla que cita: “no habrá egresos después del 30 de noviembre; solo aquellos que garanticen la operación con un fondo a cargo del tesorero”.

Los tiempos que se acercan requieren atender los pagos de nómina hasta el mes de diciembre, los aguinaldos mínimos señalados en ley, los irreductibles de ISR, IPE, impuesto a la remuneración personal, así como otros descuentos.

Se considera liquidar pasivos por obras del FAIS, en su caso del Fortamun; proveedores de servicios y de operación, mantener el crédito en gasolineras para el trabajo de seguridad pública, protección civil y servicios municipales.

Esto es por el gasto regular, habría que considerar pasivos acumulados por impuestos, IPE, bancarios –en su caso– (deberán liquidarse tres meses antes), dejar liquidados los servicios de auditoría financiera y técnica; en fin, una cuenta atípica numerosa que no se puede botear y ya vienen los nuevos.

A estas circunstancias habría que agregar que el cumplimento en el calendario de participaciones e ingresos propios y los del Ramo 33 estarán sujetos, los dos primeros a la recaudación y el segundo, a los ajustes que intente la Federación. ¿Todo ello porqué?

Consideración importante son los siguientes puntos: recorte que sufrieron al inicio de año las entidades federativas para el ejercicio presupuestal 2021, de 182 mil millones de pesos; el gasto aplicado este año al combate del Covid; así que es real la disminución de la captación, por lo que faltarán ingresos.

¿Qué hacer? se preguntarán los funcionarios responsables. Lo elemental será estimar lo que es posible recaudar y recibir, los gastos mínimos a pagar; establecer la diferencia a cubrir y con estos números integrar un programa de austeridad con recorte de gastos que incluya: depuración de sueldos y compensaciones, pagos extraordinarios, dejar en lo elemental gasolinas, viáticos y pagos adicionales, así como considerar el pago del aguinaldo cuando menos con el mínimo que señala la ley.

Los responsables al final de la administración estarán huérfanos, sin acceso a registros y actuaciones, entre tanto vendrá la entrega-recepción, en el primer mes la evaluación, y hasta el año pueden ser solicitados para investigaciones y aclaraciones, y son sujetos de estrés hasta la culminación de la aprobación de la cuenta pública 2021, en el año 2022. Este es el diluvio que viene.

Positivo para los municipios de Veracruz fue el informe de la deuda pública que realizó el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados, que en primera plana destacó un diario de circulación nacional, en este caso refiriéndose a las administraciones estatales que están próximas a entregar y recibir. El periódico cita:

Nuevo León la recibió con una deuda de 63 mil 832 millones de pesos y la entrega con 83 mil 357; 19 mil 525 millones de pesos más.

Sonora la recibió con 22 mil 781 millones de pesos y la entrega con 28 mil 119; 5 mil 338 millones de pesos más.

Baja California Norte (dos años) la recibió con 20 mil 274 millones de pesos y la entrega con 23 mil 898; 3 mil 624 millones de pesos más.

Michoacán la recibió con 17 mil 472 millones de pesos, la entrega con 20 mil 364; es decir, 2 mil 892 millones de pesos más.

Dentro del reporte de los municipios, los de Veracruz guardan una posición razonable, no obstante que a nivel nacional el déficit en los últimos diez años aumentó 37 por ciento, que totalizó préstamos por 43 mil millones de pesos, siendo el pico de 51 mil 672 millones de pesos en el año 2017; se han visto disminuidos por la observancia a la Ley de Disciplina Financiera, que ha reglamentado su ejercicio.

Los municipios veracruzanos con mayor adeudo son Coatzacoalcos, con 465 millones de pesos; Tuxpan, con 203 millones; Veracruz, con 199.5 millones (con la consideración que tiene una app de alumbrado multianual de cerca de 2 mil millones de pesos), y Xalapa, con 98 millones de pesos.

De manera general podemos decir que los municipios del estado están en el rango de endeudamiento sostenible y los menos en observación, de acuerdo a la calificación que da la ley.

El gran reto es el cierre y la entrega de la administración, quedando pendiente de atender y de aprobación las auditorías 2019 (próxima a aprobar o resolver el Congreso), la de 2020 próxima a entregar por el Orfis al Congreso y la final, la de este año, pendiente de formular y que se revisará en el 2022.

Los días por venir serán difíciles para las administraciones que terminan. El cúmulo de compromisos que tendrá que afrontar serán difíciles; ya no hay tiempo.

Las respuestas de ¿mañana vemos?, luego te digo, ¿cuál atiendo?, y respuestas similares en esta época no aplican, ante la obligatoriedad de cerrar y de la regla que cita: “no habrá egresos después del 30 de noviembre; solo aquellos que garanticen la operación con un fondo a cargo del tesorero”.

Los tiempos que se acercan requieren atender los pagos de nómina hasta el mes de diciembre, los aguinaldos mínimos señalados en ley, los irreductibles de ISR, IPE, impuesto a la remuneración personal, así como otros descuentos.

Se considera liquidar pasivos por obras del FAIS, en su caso del Fortamun; proveedores de servicios y de operación, mantener el crédito en gasolineras para el trabajo de seguridad pública, protección civil y servicios municipales.

Esto es por el gasto regular, habría que considerar pasivos acumulados por impuestos, IPE, bancarios –en su caso– (deberán liquidarse tres meses antes), dejar liquidados los servicios de auditoría financiera y técnica; en fin, una cuenta atípica numerosa que no se puede botear y ya vienen los nuevos.

A estas circunstancias habría que agregar que el cumplimento en el calendario de participaciones e ingresos propios y los del Ramo 33 estarán sujetos, los dos primeros a la recaudación y el segundo, a los ajustes que intente la Federación. ¿Todo ello porqué?

Consideración importante son los siguientes puntos: recorte que sufrieron al inicio de año las entidades federativas para el ejercicio presupuestal 2021, de 182 mil millones de pesos; el gasto aplicado este año al combate del Covid; así que es real la disminución de la captación, por lo que faltarán ingresos.

¿Qué hacer? se preguntarán los funcionarios responsables. Lo elemental será estimar lo que es posible recaudar y recibir, los gastos mínimos a pagar; establecer la diferencia a cubrir y con estos números integrar un programa de austeridad con recorte de gastos que incluya: depuración de sueldos y compensaciones, pagos extraordinarios, dejar en lo elemental gasolinas, viáticos y pagos adicionales, así como considerar el pago del aguinaldo cuando menos con el mínimo que señala la ley.

Los responsables al final de la administración estarán huérfanos, sin acceso a registros y actuaciones, entre tanto vendrá la entrega-recepción, en el primer mes la evaluación, y hasta el año pueden ser solicitados para investigaciones y aclaraciones, y son sujetos de estrés hasta la culminación de la aprobación de la cuenta pública 2021, en el año 2022. Este es el diluvio que viene.

Positivo para los municipios de Veracruz fue el informe de la deuda pública que realizó el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados, que en primera plana destacó un diario de circulación nacional, en este caso refiriéndose a las administraciones estatales que están próximas a entregar y recibir. El periódico cita:

Nuevo León la recibió con una deuda de 63 mil 832 millones de pesos y la entrega con 83 mil 357; 19 mil 525 millones de pesos más.

Sonora la recibió con 22 mil 781 millones de pesos y la entrega con 28 mil 119; 5 mil 338 millones de pesos más.

Baja California Norte (dos años) la recibió con 20 mil 274 millones de pesos y la entrega con 23 mil 898; 3 mil 624 millones de pesos más.

Michoacán la recibió con 17 mil 472 millones de pesos, la entrega con 20 mil 364; es decir, 2 mil 892 millones de pesos más.

Dentro del reporte de los municipios, los de Veracruz guardan una posición razonable, no obstante que a nivel nacional el déficit en los últimos diez años aumentó 37 por ciento, que totalizó préstamos por 43 mil millones de pesos, siendo el pico de 51 mil 672 millones de pesos en el año 2017; se han visto disminuidos por la observancia a la Ley de Disciplina Financiera, que ha reglamentado su ejercicio.

Los municipios veracruzanos con mayor adeudo son Coatzacoalcos, con 465 millones de pesos; Tuxpan, con 203 millones; Veracruz, con 199.5 millones (con la consideración que tiene una app de alumbrado multianual de cerca de 2 mil millones de pesos), y Xalapa, con 98 millones de pesos.

De manera general podemos decir que los municipios del estado están en el rango de endeudamiento sostenible y los menos en observación, de acuerdo a la calificación que da la ley.

El gran reto es el cierre y la entrega de la administración, quedando pendiente de atender y de aprobación las auditorías 2019 (próxima a aprobar o resolver el Congreso), la de 2020 próxima a entregar por el Orfis al Congreso y la final, la de este año, pendiente de formular y que se revisará en el 2022.