/ viernes 21 de septiembre de 2018

Los apegos

El apego es un estado emocional de vinculación compulsiva a una cosa o a una persona determinada, y origina la creencia de que sin eso no se puede ser feliz. Se compone de dos elementos, uno positivo y otro negativo, el elemento positivo es el fogonazo del placer y de la emoción, el estremecimiento que se experimenta cuando se consigue el objeto del deseo. El negativo es la sensación de amenaza y de tensión que lo acompaña.

Por su propia naturaleza el apego hace vulnerables a las personas al desorden emocional y desintegra la paz. La semilla del apego sólo puede germinar en la oscuridad de la ignorancia, del engaño y de la ilusión. El tema de los apegos pareciera invisible pero no lo es y se entiende como apego el aferrarse a algo, a tu pareja, a tu familia, a tus objetos o a tu pasado; pero los apegos van mucho más allá de lo que imaginamos, que nos pueden llevar al sufrimiento y a la desdicha.

El apego es algo natural en los seres humanos, pues de bebes realmente éramos apegados a nuestra madre, en el sentido de que realmente necesitábamos de ella para sobrevivir, pues por nosotros mismos no podíamos. Con el paso del tiempo, ese chip en nuestra mente se quedó instalado y fuimos llegando a conclusiones equivocadas sobre diferentes “cosas”, “personas” o “situaciones” que necesitábamos que existieran para que nos sintiéramos a salvo, así como la leche de nuestra madre algún día nos hizo sentir seguros.

Al mismo tiempo en nuestro cerebro de bebé y en el cerebro de nuestra madre, se segregaba una hormona llamada oxitócina, la cual es conocida como “la hormona del amor”, es la responsable de que el vínculo entre madre e hijo se fortaleciera (más de la madre hacia el hijo, se ha descubierto que en el género masculino ésta hormona segrega en menores cantidades), esta misma hormona la segrega la mujer cuando se siente protegida y amada mientras que tiene relaciones sexuales. Así es que mujeres, no se pregunten por qué pareciera que ustedes necesitan o quieren más al hombre. El problema es cuando confundimos el amor con apego y nos quedamos en esa etapa de dependencia del uno con el otro. “El apego realmente no es a la persona, cosas o situaciones, es al sentimiento agradable que su existencia nos genera”.

El apego genera ansiedad, pues nos llena de miedo al creer que realmente necesitamos de ciertas situaciones y personas para generar emociones y sentimientos agradables en nosotros mismos, y se nos olvida que esos sentimientos agradables nacen desde nuestro interior, y no al revés, al estar apegados a que tenemos que “ser “cierta persona, o que tenemos que “estar cerca” de tales personas, o que tenemos que “poseer” tales objetos y “evitar” situaciones, nos vamos llenando de requisitos para ser felices y sentirnos seguros.

Los apegos muchas veces te llevaran a la infelicidad, pues en algunas ocasiones, hay mujeres que tienen apego a la casa, muebles, carro, amistades, a la familia de su pareja, ya no son felices, pero ahí siguen y tienen la oportunidad de irse y no lo hacen, porque se llevan o estiman a la familia de su pareja, pero no quieren alejarse de ellos, apego a lo material, al carro, al sueldo del marido, esposo, pareja, porque piensan que si se separan, ya no podrán realizar otro hogar, o no encontraran otro hombre que las llegue a amar.

Reflexión: El apego te genera miedo, inseguridad, desconfianza, no permitas que las cosas materiales se adueñen de tu corazón y mente, esto es para las mujeres y hombres.

Correo: lexfemme.12@hotmail.com

El apego es un estado emocional de vinculación compulsiva a una cosa o a una persona determinada, y origina la creencia de que sin eso no se puede ser feliz. Se compone de dos elementos, uno positivo y otro negativo, el elemento positivo es el fogonazo del placer y de la emoción, el estremecimiento que se experimenta cuando se consigue el objeto del deseo. El negativo es la sensación de amenaza y de tensión que lo acompaña.

Por su propia naturaleza el apego hace vulnerables a las personas al desorden emocional y desintegra la paz. La semilla del apego sólo puede germinar en la oscuridad de la ignorancia, del engaño y de la ilusión. El tema de los apegos pareciera invisible pero no lo es y se entiende como apego el aferrarse a algo, a tu pareja, a tu familia, a tus objetos o a tu pasado; pero los apegos van mucho más allá de lo que imaginamos, que nos pueden llevar al sufrimiento y a la desdicha.

El apego es algo natural en los seres humanos, pues de bebes realmente éramos apegados a nuestra madre, en el sentido de que realmente necesitábamos de ella para sobrevivir, pues por nosotros mismos no podíamos. Con el paso del tiempo, ese chip en nuestra mente se quedó instalado y fuimos llegando a conclusiones equivocadas sobre diferentes “cosas”, “personas” o “situaciones” que necesitábamos que existieran para que nos sintiéramos a salvo, así como la leche de nuestra madre algún día nos hizo sentir seguros.

Al mismo tiempo en nuestro cerebro de bebé y en el cerebro de nuestra madre, se segregaba una hormona llamada oxitócina, la cual es conocida como “la hormona del amor”, es la responsable de que el vínculo entre madre e hijo se fortaleciera (más de la madre hacia el hijo, se ha descubierto que en el género masculino ésta hormona segrega en menores cantidades), esta misma hormona la segrega la mujer cuando se siente protegida y amada mientras que tiene relaciones sexuales. Así es que mujeres, no se pregunten por qué pareciera que ustedes necesitan o quieren más al hombre. El problema es cuando confundimos el amor con apego y nos quedamos en esa etapa de dependencia del uno con el otro. “El apego realmente no es a la persona, cosas o situaciones, es al sentimiento agradable que su existencia nos genera”.

El apego genera ansiedad, pues nos llena de miedo al creer que realmente necesitamos de ciertas situaciones y personas para generar emociones y sentimientos agradables en nosotros mismos, y se nos olvida que esos sentimientos agradables nacen desde nuestro interior, y no al revés, al estar apegados a que tenemos que “ser “cierta persona, o que tenemos que “estar cerca” de tales personas, o que tenemos que “poseer” tales objetos y “evitar” situaciones, nos vamos llenando de requisitos para ser felices y sentirnos seguros.

Los apegos muchas veces te llevaran a la infelicidad, pues en algunas ocasiones, hay mujeres que tienen apego a la casa, muebles, carro, amistades, a la familia de su pareja, ya no son felices, pero ahí siguen y tienen la oportunidad de irse y no lo hacen, porque se llevan o estiman a la familia de su pareja, pero no quieren alejarse de ellos, apego a lo material, al carro, al sueldo del marido, esposo, pareja, porque piensan que si se separan, ya no podrán realizar otro hogar, o no encontraran otro hombre que las llegue a amar.

Reflexión: El apego te genera miedo, inseguridad, desconfianza, no permitas que las cosas materiales se adueñen de tu corazón y mente, esto es para las mujeres y hombres.

Correo: lexfemme.12@hotmail.com