/ jueves 7 de marzo de 2019

Los aspirantes a la dirigencia priista

¿Qué tienen en común Ivonne Ortega Pacheco, ex senadora y ex gobernadora de Yucatán; Ulises Ruiz Ortiz, ex mandatario de Oaxaca; Alejandro Moreno Cárdenas, gobernador de Campeche; José Narro Robles, ex rector de la UNAM y ex secretario de Salud; José Ramón Martel López, dos veces diputado federal; y Lorena Piñón Rivera, ex candidata del PRI a la presidencia municipal?; de no ser porque todos ellos aspiran a la dirigencia nacional del tricolor, nada.

Si bien hay tres ex gobernadores priistas y un aspirante con muchas cartas credenciales por prestigio académico, podríamos decir que se trata de aspirantes variopintos, que representan a diferentes grupos y formas de hacer política.

Ivonne Ortega, por ejemplo, ha ocupado todo tipo de cargos, desde la presidencia municipal de Dzemul, hasta diputaciones locales y federales, la gubernatura yucateca, y el Senado; además, ya fue secretaria general del CEN del PRI.

Luego de una trayectoria de dos décadas, sobre esta mujer no pesarían escándalos graves de corrupción de no ser por los señalamientos por presuntos desvíos de recursos lanzados por el ex gobernador de Yucatán, Patricio Patrón, quien se refirió a 112 millones de pesos que debieron utilizarse para la construcción de un hospital en Tecax y que nadie sabe dónde pararon.

Ulises Ruiz es probablemente el aspirante con más mancha entre quienes buscan el CEN; al igual que Ortega Pacheco, el sucesor de José Murat ha coleccionado cargos en su estado natal, donde ha sido diputado local, federal, senador y gobernador; su problema son los señalamientos por corrupción y por actos de represión durante su mandato en Oaxaca.

Se podría decir que Ulises Ruiz es uno de los políticos priistas mexicanos en activo con la peor reputación.

Algo diferente ocurre con el ex rector de la UNAM, José Narro Robles, quien no ha ocupado cargo de elección popular alguno. El también ex secretario de Salud durante el gobierno de Peña Nieto llega a la contienda por la dirigencia nacional priista sin problemas de imagen ni señalamientos por corrupción; al contrario, es un precandidato que goza de reconocimientos, incluso internacionales (OMS y UNICEF, por ejemplo) aunque éstos no se dan en el terreno político, sino en el de la academia y la medicina.

José Narro tiene doctorados honoris causa por diferentes universidades de México y el extranjero, como la de Santiago de Chile; la de Birmingham, Inglaterra; la de La Habana, Cuba; y la de Salamanca, España.

Tal vez su único punto negativo sea la edad, dado que se trata de un hombre que supera los 70 años; sin embargo, habría que recordar que muy probablemente sea la única oportunidad del PRI por presentar un rostro ajeno a los actos de corrupción que por décadas caracterizaron al PRI ante la opinión pública.

Hay quien incluye en la lista de aspirantes a la dirigencia nacional del partido al ex gobernador de Hidalgo y ex secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong; en todo caso, hasta ahora no ha existido un pronunciamiento al respecto; lo que sí ha lanzado es un llamado a la unidad interna, pero ello no representa un manifiesto de intención.

Esas son, en términos generales, las cartas priistas que pueden verse con seriedad, dado que todos ellos son parte de grupos poderosos en la política partidista o bien cuentan con trayectoria de peso.

Lo de Lorena Piñón Rivera, la veracruzana que inscribió su nombre en esa lista, parece más bien una broma de mal gusto; la mujer buscó en 2017 la presidencia municipal de San Rafael, donde sus aspiraciones fueron aplastadas; quedó en tercer lugar y el ganador, que fue el candidato de PAN-PRD, le sacó una ventaja de 5 a 1.

En su municipio, Piñón Rivera apenas superó el 10 por ciento de los votos; no ganó ni una casilla; ni siquiera su seccional; de tal manera que verle entre nombres como los de Ivonne Ortega, José Narro, Miguel Ángel Osorio, Ulises Ruiz o Alejandro Moreno, llama a la mofa. De pena ajena. @luisromero85

¿Qué tienen en común Ivonne Ortega Pacheco, ex senadora y ex gobernadora de Yucatán; Ulises Ruiz Ortiz, ex mandatario de Oaxaca; Alejandro Moreno Cárdenas, gobernador de Campeche; José Narro Robles, ex rector de la UNAM y ex secretario de Salud; José Ramón Martel López, dos veces diputado federal; y Lorena Piñón Rivera, ex candidata del PRI a la presidencia municipal?; de no ser porque todos ellos aspiran a la dirigencia nacional del tricolor, nada.

Si bien hay tres ex gobernadores priistas y un aspirante con muchas cartas credenciales por prestigio académico, podríamos decir que se trata de aspirantes variopintos, que representan a diferentes grupos y formas de hacer política.

Ivonne Ortega, por ejemplo, ha ocupado todo tipo de cargos, desde la presidencia municipal de Dzemul, hasta diputaciones locales y federales, la gubernatura yucateca, y el Senado; además, ya fue secretaria general del CEN del PRI.

Luego de una trayectoria de dos décadas, sobre esta mujer no pesarían escándalos graves de corrupción de no ser por los señalamientos por presuntos desvíos de recursos lanzados por el ex gobernador de Yucatán, Patricio Patrón, quien se refirió a 112 millones de pesos que debieron utilizarse para la construcción de un hospital en Tecax y que nadie sabe dónde pararon.

Ulises Ruiz es probablemente el aspirante con más mancha entre quienes buscan el CEN; al igual que Ortega Pacheco, el sucesor de José Murat ha coleccionado cargos en su estado natal, donde ha sido diputado local, federal, senador y gobernador; su problema son los señalamientos por corrupción y por actos de represión durante su mandato en Oaxaca.

Se podría decir que Ulises Ruiz es uno de los políticos priistas mexicanos en activo con la peor reputación.

Algo diferente ocurre con el ex rector de la UNAM, José Narro Robles, quien no ha ocupado cargo de elección popular alguno. El también ex secretario de Salud durante el gobierno de Peña Nieto llega a la contienda por la dirigencia nacional priista sin problemas de imagen ni señalamientos por corrupción; al contrario, es un precandidato que goza de reconocimientos, incluso internacionales (OMS y UNICEF, por ejemplo) aunque éstos no se dan en el terreno político, sino en el de la academia y la medicina.

José Narro tiene doctorados honoris causa por diferentes universidades de México y el extranjero, como la de Santiago de Chile; la de Birmingham, Inglaterra; la de La Habana, Cuba; y la de Salamanca, España.

Tal vez su único punto negativo sea la edad, dado que se trata de un hombre que supera los 70 años; sin embargo, habría que recordar que muy probablemente sea la única oportunidad del PRI por presentar un rostro ajeno a los actos de corrupción que por décadas caracterizaron al PRI ante la opinión pública.

Hay quien incluye en la lista de aspirantes a la dirigencia nacional del partido al ex gobernador de Hidalgo y ex secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong; en todo caso, hasta ahora no ha existido un pronunciamiento al respecto; lo que sí ha lanzado es un llamado a la unidad interna, pero ello no representa un manifiesto de intención.

Esas son, en términos generales, las cartas priistas que pueden verse con seriedad, dado que todos ellos son parte de grupos poderosos en la política partidista o bien cuentan con trayectoria de peso.

Lo de Lorena Piñón Rivera, la veracruzana que inscribió su nombre en esa lista, parece más bien una broma de mal gusto; la mujer buscó en 2017 la presidencia municipal de San Rafael, donde sus aspiraciones fueron aplastadas; quedó en tercer lugar y el ganador, que fue el candidato de PAN-PRD, le sacó una ventaja de 5 a 1.

En su municipio, Piñón Rivera apenas superó el 10 por ciento de los votos; no ganó ni una casilla; ni siquiera su seccional; de tal manera que verle entre nombres como los de Ivonne Ortega, José Narro, Miguel Ángel Osorio, Ulises Ruiz o Alejandro Moreno, llama a la mofa. De pena ajena. @luisromero85