/ lunes 3 de febrero de 2020

Los camaleones en la política veracruzana

La historia reciente de la política veracruzana está llena de personajes que cambian fácilmente de partido; una campaña son rojos y en la siguiente se convierten en azules, o bien pasan al granate de la 4T.

Hay casos, sin embargo, que llevan a un extremo eso de la política camaleónica.

En Perote tenemos, por ejemplo, a Paul Martínez Marié; originario de San Rafael, llegó a la tierra de la Fortaleza de San Carlos para asumir la secretaría del Ayuntamiento; de ahí saltó a la presidencia municipal abanderado por el PRI. Poco tiempo después, ya en la alcaldía, se volvió promotor de Acción Nacional, gente de las confianzas del exgobernador Miguel Ángel Yunes, quien le dio una subsecretaría en la Sedecop. Hoy, de acuerdo con versiones que corren en Perote, Martínez Marié buscaría una nueva candidatura, ahora por la diputación local, y por un nuevo partido, Morena. Estaría desesperado el exalcalde por ser aceptado por el partido en el poder. Morena, de postular a Martínez Marié, correría el riesgo de abanderar a un personaje cuya lealtad no es la principal virtud. Otro caso muy similar al de Paul Martínez se presenta en Alvarado, con el exalcalde Octavio Ruiz Barroso. En 2009, Tavo Ruiz, como le conocen sus paisanos, fue presidente municipal suplente por el PRI, en los tiempos en que la alcaldía era encabezada por Sara Luz Herrera Cano, quien hoy purga una condena en el penal de Amatlán por diversos delitos. Durante el gobierno priista de Javier Duarte, quien lo consideraba uno de sus amigos más cercanos, Ruiz Barroso fue designado director general de Pesca de Sedarpa. Más tarde, Duarte lo impulsó a la alcaldía de Alvarado, utilizando recursos millonarios, presuntamente desviados de proyectos productivos que originalmente se debieron dirigir a pescadores. En 2013 al no ser postulado por el PRI, Duarte consiguió para Tavo Ruiz la candidatura del PRD. Con un enorme gasto de campaña, este personaje derrotó al priista David García, quien era cobijado por prominentes políticos del Altiplano. Siendo alcalde, Ruiz Barroso regresó al PRI, traicionando al PRD. En la elección de gobernador de 2016, cuando Héctor Yunes era candidato del PRI a gobernador y él seguía fungiendo como alcalde, su esposa Marliz Platas de Ruiz fue nominada como candidata a la diputación local del distrito de Boca del Río. Eran tiempos en que el exalcalde de Alvarado era crítico constante y acérrimo rival del entonces candidato del PAN a gobernador, Miguel Ángel Yunes Linares. Esa elección la pierde su esposa por margen de casi tres a uno ante Juan Manuel de Unanue. Al perder el PRI la gubernatura inicia acercamientos con el entonces secretario de Gobierno Rogelio Franco, quien le acercó al exgobernador Miguel Ángel Yunes, con quien habría pactado impunidad por su anterior desempeño como director general de pesca. Ruiz Barroso traicionó así a uno de sus mejores amigos, Javier Duarte, y se volvió uno de sus principales detractores. Luego fue promotor y operador de Yunes Linares. En 2017, la alianza PAN-PRD le cede la candidatura a su esposa Marliz Platas, quien a pesar de una campaña millonaria pierde la elección ante el candidato de la coalición PRI-PVEM. Ya en 2018, en franca alianza con el clan Yunes y a pesar a dos derrotas sufridas por su grupo (candidaturas a diputación local y alcaldía encabezadas por su esposa), Octavio Ruiz es postulado candidato suplente a la diputación federal por el distrito de San Andrés Tuxtla de la coalición PAN-PRD-MC. En esta elección nuevamente es derrotado a manos de la entonces candidata de Morena Paola Tenorio. Hoy, las versiones que corren en los círculos políticos de Alvarado indican que Ruiz Barroso busca colarse en Morena para conseguir la candidatura a la presidencia municipal.

Hasta donde se sabe, en el edificio de Morena no hay letrero alguno que indique “se recibe cascajo”.

La historia reciente de la política veracruzana está llena de personajes que cambian fácilmente de partido; una campaña son rojos y en la siguiente se convierten en azules, o bien pasan al granate de la 4T.

Hay casos, sin embargo, que llevan a un extremo eso de la política camaleónica.

En Perote tenemos, por ejemplo, a Paul Martínez Marié; originario de San Rafael, llegó a la tierra de la Fortaleza de San Carlos para asumir la secretaría del Ayuntamiento; de ahí saltó a la presidencia municipal abanderado por el PRI. Poco tiempo después, ya en la alcaldía, se volvió promotor de Acción Nacional, gente de las confianzas del exgobernador Miguel Ángel Yunes, quien le dio una subsecretaría en la Sedecop. Hoy, de acuerdo con versiones que corren en Perote, Martínez Marié buscaría una nueva candidatura, ahora por la diputación local, y por un nuevo partido, Morena. Estaría desesperado el exalcalde por ser aceptado por el partido en el poder. Morena, de postular a Martínez Marié, correría el riesgo de abanderar a un personaje cuya lealtad no es la principal virtud. Otro caso muy similar al de Paul Martínez se presenta en Alvarado, con el exalcalde Octavio Ruiz Barroso. En 2009, Tavo Ruiz, como le conocen sus paisanos, fue presidente municipal suplente por el PRI, en los tiempos en que la alcaldía era encabezada por Sara Luz Herrera Cano, quien hoy purga una condena en el penal de Amatlán por diversos delitos. Durante el gobierno priista de Javier Duarte, quien lo consideraba uno de sus amigos más cercanos, Ruiz Barroso fue designado director general de Pesca de Sedarpa. Más tarde, Duarte lo impulsó a la alcaldía de Alvarado, utilizando recursos millonarios, presuntamente desviados de proyectos productivos que originalmente se debieron dirigir a pescadores. En 2013 al no ser postulado por el PRI, Duarte consiguió para Tavo Ruiz la candidatura del PRD. Con un enorme gasto de campaña, este personaje derrotó al priista David García, quien era cobijado por prominentes políticos del Altiplano. Siendo alcalde, Ruiz Barroso regresó al PRI, traicionando al PRD. En la elección de gobernador de 2016, cuando Héctor Yunes era candidato del PRI a gobernador y él seguía fungiendo como alcalde, su esposa Marliz Platas de Ruiz fue nominada como candidata a la diputación local del distrito de Boca del Río. Eran tiempos en que el exalcalde de Alvarado era crítico constante y acérrimo rival del entonces candidato del PAN a gobernador, Miguel Ángel Yunes Linares. Esa elección la pierde su esposa por margen de casi tres a uno ante Juan Manuel de Unanue. Al perder el PRI la gubernatura inicia acercamientos con el entonces secretario de Gobierno Rogelio Franco, quien le acercó al exgobernador Miguel Ángel Yunes, con quien habría pactado impunidad por su anterior desempeño como director general de pesca. Ruiz Barroso traicionó así a uno de sus mejores amigos, Javier Duarte, y se volvió uno de sus principales detractores. Luego fue promotor y operador de Yunes Linares. En 2017, la alianza PAN-PRD le cede la candidatura a su esposa Marliz Platas, quien a pesar de una campaña millonaria pierde la elección ante el candidato de la coalición PRI-PVEM. Ya en 2018, en franca alianza con el clan Yunes y a pesar a dos derrotas sufridas por su grupo (candidaturas a diputación local y alcaldía encabezadas por su esposa), Octavio Ruiz es postulado candidato suplente a la diputación federal por el distrito de San Andrés Tuxtla de la coalición PAN-PRD-MC. En esta elección nuevamente es derrotado a manos de la entonces candidata de Morena Paola Tenorio. Hoy, las versiones que corren en los círculos políticos de Alvarado indican que Ruiz Barroso busca colarse en Morena para conseguir la candidatura a la presidencia municipal.

Hasta donde se sabe, en el edificio de Morena no hay letrero alguno que indique “se recibe cascajo”.