/ jueves 27 de enero de 2022

Los cambios acelerados generan dudas

El peor enemigo de toda persona yace en sus dudas individuales, ya sean de tipo social, político, económico, o en otros aspectos tan sutiles que nos impelen a proclamar un mejor manejo, tanto interno como externo de lo nuestro.

Una sociedad modificada reclama una ciudadanía eficiente, cooperativa, unida, pero sin embargo, el adelantado tiempo de la sucesión presidencial nos muestra un cuadro en el que no pocos sacan el cobre, es decir, su muy propio interés de grupo. En cierta medida creo que si el señor presidente AMLO propicia tal situación, hace muy bien en provocarlo, ya que de tal forma se puede percatar quiénes son sus aliados, o bien cuáles juegan en triples bandas, no guardando la ambición desmedida por acceder al máximo poder del Estado mexicano.

Hay mucho conspiranoico, ya que con este neologismo designo a los conspiradores y paranoicos que ven elefantes rosa volar de flor en flor, que se sienten merecedores de todo, incluso elegidos por el mismo Dios para dirigir los pasos célebres y agigantados de toda nuestra patria. El ciudadano común quiere trabajar, comer, tener un techo y acceso a la seguridad social, de hecho aquellos que menos poseen son los que menos buscan el poder del enriquecimiento ilícito.

La frase que hizo emerger a los demonios fue dicha por un político muy inteligente, que no midió el alcance de la frase: “Un político pobre es un pobre político”, sin embargo, Carlos Hank González fue un personaje que combinó su vida pública con un arduo esfuerzo empresarial, y aun cuando muchas figuras públicas serán cuestionadas por sus recursos económicos, ello no quiere decir que su esfuerzo para bien o para mal, les ha costado su trabajo.

Al llegar al año 1999 todo empezó a ir más rápido en todo el orbe, la tierra es nuestro único lugar de vida, de cambios, y nos da la última oportunidad de frenar la alta velocidad del crecimiento natal, de la sobreexplotación de los recursos naturales, de aplastarnos unos con otros en guerras estúpidas por no ponerse de acuerdo en el suministro de hidrocarburos, del flujo de migrantes y las repercusiones político-jurídicas, de derechos humanos u otras, y la rapidez nos come, nos gana, y en ocasiones somos nosotros los principales atropellados.

La reforma política de 1977 se debió en gran medida al extinto presidente José López Portillo, pero hubo un genio en la lámpara del Gobierno: Jesús Reyes Heroles, que se desempeñó como secretario de Gobernación. El antecedente pesa en el sentido del arranque democrático de todo el país. Pero al día de hoy no vamos a paso de tortuga, es un jet supersónico el aparato electoral, y los buenos y a veces malos resultados se dejan ver en la validación por márgenes mínimos de votación. El caso más escandaloso fue el protagonizado entre López Obrador y el expresidente Felipe Calderón. “Haiga sido como haiga sido”, célebre expresión de Calderón.

Cambiar un sistema no es fácil, pero cambiarlo rápido es complicado. De aquí surge el pragmatismo en diversas variables, siendo lo práctico lo inmediato, lo que resuelve. Banamex ha sacado una serie de asuntos pendientes para su venta y se ha notado quiénes son los empresarios fuertes del país, pero han bajado del carro a Salinas Pliego, dueño de Banco Azteca, tiendas Elektra y otros negocios, lo que genera desconfianza y pragmatismo para resolver los asuntos inmediatos a la brevedad.

El peor enemigo de toda persona yace en sus dudas individuales, ya sean de tipo social, político, económico, o en otros aspectos tan sutiles que nos impelen a proclamar un mejor manejo, tanto interno como externo de lo nuestro.

Una sociedad modificada reclama una ciudadanía eficiente, cooperativa, unida, pero sin embargo, el adelantado tiempo de la sucesión presidencial nos muestra un cuadro en el que no pocos sacan el cobre, es decir, su muy propio interés de grupo. En cierta medida creo que si el señor presidente AMLO propicia tal situación, hace muy bien en provocarlo, ya que de tal forma se puede percatar quiénes son sus aliados, o bien cuáles juegan en triples bandas, no guardando la ambición desmedida por acceder al máximo poder del Estado mexicano.

Hay mucho conspiranoico, ya que con este neologismo designo a los conspiradores y paranoicos que ven elefantes rosa volar de flor en flor, que se sienten merecedores de todo, incluso elegidos por el mismo Dios para dirigir los pasos célebres y agigantados de toda nuestra patria. El ciudadano común quiere trabajar, comer, tener un techo y acceso a la seguridad social, de hecho aquellos que menos poseen son los que menos buscan el poder del enriquecimiento ilícito.

La frase que hizo emerger a los demonios fue dicha por un político muy inteligente, que no midió el alcance de la frase: “Un político pobre es un pobre político”, sin embargo, Carlos Hank González fue un personaje que combinó su vida pública con un arduo esfuerzo empresarial, y aun cuando muchas figuras públicas serán cuestionadas por sus recursos económicos, ello no quiere decir que su esfuerzo para bien o para mal, les ha costado su trabajo.

Al llegar al año 1999 todo empezó a ir más rápido en todo el orbe, la tierra es nuestro único lugar de vida, de cambios, y nos da la última oportunidad de frenar la alta velocidad del crecimiento natal, de la sobreexplotación de los recursos naturales, de aplastarnos unos con otros en guerras estúpidas por no ponerse de acuerdo en el suministro de hidrocarburos, del flujo de migrantes y las repercusiones político-jurídicas, de derechos humanos u otras, y la rapidez nos come, nos gana, y en ocasiones somos nosotros los principales atropellados.

La reforma política de 1977 se debió en gran medida al extinto presidente José López Portillo, pero hubo un genio en la lámpara del Gobierno: Jesús Reyes Heroles, que se desempeñó como secretario de Gobernación. El antecedente pesa en el sentido del arranque democrático de todo el país. Pero al día de hoy no vamos a paso de tortuga, es un jet supersónico el aparato electoral, y los buenos y a veces malos resultados se dejan ver en la validación por márgenes mínimos de votación. El caso más escandaloso fue el protagonizado entre López Obrador y el expresidente Felipe Calderón. “Haiga sido como haiga sido”, célebre expresión de Calderón.

Cambiar un sistema no es fácil, pero cambiarlo rápido es complicado. De aquí surge el pragmatismo en diversas variables, siendo lo práctico lo inmediato, lo que resuelve. Banamex ha sacado una serie de asuntos pendientes para su venta y se ha notado quiénes son los empresarios fuertes del país, pero han bajado del carro a Salinas Pliego, dueño de Banco Azteca, tiendas Elektra y otros negocios, lo que genera desconfianza y pragmatismo para resolver los asuntos inmediatos a la brevedad.