/ martes 18 de febrero de 2020

Los nexos Lozoya-Duarte

Para la mayoría de los analistas políticos, la detención del exdirector general de Pemex, Emilio Lozoya Austin, representará una dura prueba para el sistema de procuración de justicia en México.

Esto porque la inminente extradición del excolaborador del expresidente priista Enrique Peña Nieto demostrará si la ley es selectiva o no, y si los juzgadores se atreven a citar e interrogar a todos los que tuvieron que ver en este escandaloso caso de corrupción.

Y es que entre los presuntos implicados figuraría hasta el exgobernador Javier Duarte, actualmente preso por los delitos de lavado de dinero y asociación delictuosa, al cual vinculan también con el consorcio brasileño Odebrecht que habría sobornado a Lozoya desde la campaña presidencial de Peña, en la que el exfuncionario recién detenido en España se desempeñó como responsable de Vinculación Internacional en el equipo del mexiquense.

Según el libro "Gigante de lodo", del periodista Raúl Olmos, el caso Odebrecht también tiene hilos conductores con el exmandatario veracruzano, pues el consorcio brasileño y su filial Braskem ya habían invertido desde antes en Veracruz. Inclusive refiere que al inicio del sexenio duartista, entre julio y agosto de 2011 —en la víspera del destape de Peña Nieto como precandidato presidencial—, la entonces dirigente nacional del PRI, Beatriz Paredes, volvió de Brasil en la misma comitiva donde estuvieron los empresarios Eustaquio de Nicolás, amigo del exgobernador del Estado de México, y los veracruzanos Francisco "Franky" García González y Moisés Manzur, ambos señalados como presuntos prestanombres de Duarte.

“No hay ningún otro lugar en el mundo donde tengamos un compromiso tan grande como lo tenemos en Veracruz a través de la empresa Braskem”, presumía Marcelo Odebrecht, el presidente de la gran compañía corruptora.

A este vínculo se atribuye que tras su extradición de Guatemala, en julio de 2017, Duarte lanzara sus enigmáticas palabras de advertencia dirigidas evidentemente a Peña Nieto y sus compinches: “Paciencia y prudencia, verbal continencia, presencia y ausencia, según conveniencia”.

Los negocios de Duarte con el consorcio carioca se activaron prácticamente al mes siguiente de que el exsecretario fidelista de Finanzas y Planeación fuera electo gobernador, en 2010, pues a partir de entonces las transferencias de las empresas offshore de Odebrecht a la firma fantasma "Blunderbuss", con domicilio fiscal en Poza Rica, empezaron a fluir coincidentemente cuando ya estaban en curso dos de las más grandes inversiones de la constructora brasileña en el sur de

Para la mayoría de los analistas políticos, la detención del exdirector general de Pemex, Emilio Lozoya Austin, representará una dura prueba para el sistema de procuración de justicia en México.

Esto porque la inminente extradición del excolaborador del expresidente priista Enrique Peña Nieto demostrará si la ley es selectiva o no, y si los juzgadores se atreven a citar e interrogar a todos los que tuvieron que ver en este escandaloso caso de corrupción.

Y es que entre los presuntos implicados figuraría hasta el exgobernador Javier Duarte, actualmente preso por los delitos de lavado de dinero y asociación delictuosa, al cual vinculan también con el consorcio brasileño Odebrecht que habría sobornado a Lozoya desde la campaña presidencial de Peña, en la que el exfuncionario recién detenido en España se desempeñó como responsable de Vinculación Internacional en el equipo del mexiquense.

Según el libro "Gigante de lodo", del periodista Raúl Olmos, el caso Odebrecht también tiene hilos conductores con el exmandatario veracruzano, pues el consorcio brasileño y su filial Braskem ya habían invertido desde antes en Veracruz. Inclusive refiere que al inicio del sexenio duartista, entre julio y agosto de 2011 —en la víspera del destape de Peña Nieto como precandidato presidencial—, la entonces dirigente nacional del PRI, Beatriz Paredes, volvió de Brasil en la misma comitiva donde estuvieron los empresarios Eustaquio de Nicolás, amigo del exgobernador del Estado de México, y los veracruzanos Francisco "Franky" García González y Moisés Manzur, ambos señalados como presuntos prestanombres de Duarte.

“No hay ningún otro lugar en el mundo donde tengamos un compromiso tan grande como lo tenemos en Veracruz a través de la empresa Braskem”, presumía Marcelo Odebrecht, el presidente de la gran compañía corruptora.

A este vínculo se atribuye que tras su extradición de Guatemala, en julio de 2017, Duarte lanzara sus enigmáticas palabras de advertencia dirigidas evidentemente a Peña Nieto y sus compinches: “Paciencia y prudencia, verbal continencia, presencia y ausencia, según conveniencia”.

Los negocios de Duarte con el consorcio carioca se activaron prácticamente al mes siguiente de que el exsecretario fidelista de Finanzas y Planeación fuera electo gobernador, en 2010, pues a partir de entonces las transferencias de las empresas offshore de Odebrecht a la firma fantasma "Blunderbuss", con domicilio fiscal en Poza Rica, empezaron a fluir coincidentemente cuando ya estaban en curso dos de las más grandes inversiones de la constructora brasileña en el sur de

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