/ jueves 19 de julio de 2018

Los reacomodos en la Legislatura de Veracruz

En los reacomodos dentro de la Legislatura del Estado, dos diputados del Partido Acción Nacional dejaron esa bancada este jueves.

Los legisladores locales Cinthya Lobato Calderón y Sebastián Reyes Arellano saltaron del barco panista.

Cuando ambos legisladores renunciaron a la bancada azul se desconocía si se integrarían a otras fracciones en el Congreso local o si se asumirán como diputados independientes. Ha trascendido que al menos Cinthya Lobato sería cobijada por el Movimiento de Regeneración Nacional, pero esa versión no ha sido confirmada.

Los medios veracruzanos destacaron esas dos renuncias, sobrestimando el hecho, como si se tratara de la pérdida de cuadros importantes del panismo. No es así; en la Legislatura de Veracruz, Acción Nacional no perdió prácticamente nada: Cinthya Lobato hace mucho, casi desde el inicio del actual Congreso local, marcó distancia de los diputados de su anterior partido y sobre todo de su coordinador de bancada, Sergio Hernández, contra quien lanzó algunas acusaciones.

En cuanto a Sebastián Reyes, hay que recordar que este diputado, quien llegó por la vía de la representación proporcional, pertenecía originalmente al Movimiento de Regeneración Nacional, pero poco después de rendir protesta, en noviembre de 2016, renunció al partido que le llevó a la Legislatura del Estado para sumarse al PAN.

En Morena, a propósito, se le consideraba un traidor, por decir lo menos.

Como sea, se trata de un legislador que ha tenido una participación discreta, modesta, más bien gris en el Congreso local, donde preside la Comisión de Organización Política y Procesos Electorales.

En la Legislatura, por cierto, cuando se dio lectura a la renuncia de Lobato Calderón, la bancada panista estalló en aplausos; fue casi una ovación por la salida de la legisladora, quien al igual que Reyes Arellano, llegó también al Congreso del Estado por la vía plurinominal.

Poco después de darse a conocer su renuncia al PAN, Lobato Calderón fue invitada a sumarse a Morena. El diputado Zenyazen Escobar dijo que para ella, las puertas del partido estaban abiertas.

En cuanto a Reyes Arellano, se dijo que el citado legislador local usó la supuesta renuncia como medida de presión, dado que su salida de la bancada panista implicaba para la fracción del albiazul la pérdida de la Junta de Coordinación Política, lo que no ocurrió al final del día porque el PAN reclutó a la diputada perredista Dulce María García.

Sebastián Reyes dijo que siempre no renunciaba a la bancada panista; fue casi un no me hagan caso, me quedo.

El caso de Reyes Arellano es curioso: era un perfecto desconocido hasta hace un par de años; llegó a la Legislatura como plurinominal de Morena; luego se sumó a la bancada panista y el más reciente proceso electoral fue candidato del Partido Nueva Alianza a la diputación federal por el distrito XI de Coatzacoalcos. En esa contienda obtuvo poco más de tres mil votos, 1.8 por ciento de los sufragios totales, con lo que mostró su verdadero nivel. Basta decir que Tania Cruz, su adversaria de Morena, obtuvo 107 mil votos más. Digamos que las convicciones ideológicas no son lo suyo.

El caso es que ninguno de los dos, ni Cinthya Lobato ni Sebastián Reyes, eran realmente panistas, por eso no se puede hablar de una pérdida para la bancada de ese partido; al final, sólo ella dejó atrás su paso por Acción Nacional, y eso ya estaba presupuestado desde hace más de un año por los legisladores del blanquiazul, con quienes nunca tuvo Lobato Calderón una buena relación. @luisromero85




En los reacomodos dentro de la Legislatura del Estado, dos diputados del Partido Acción Nacional dejaron esa bancada este jueves.

Los legisladores locales Cinthya Lobato Calderón y Sebastián Reyes Arellano saltaron del barco panista.

Cuando ambos legisladores renunciaron a la bancada azul se desconocía si se integrarían a otras fracciones en el Congreso local o si se asumirán como diputados independientes. Ha trascendido que al menos Cinthya Lobato sería cobijada por el Movimiento de Regeneración Nacional, pero esa versión no ha sido confirmada.

Los medios veracruzanos destacaron esas dos renuncias, sobrestimando el hecho, como si se tratara de la pérdida de cuadros importantes del panismo. No es así; en la Legislatura de Veracruz, Acción Nacional no perdió prácticamente nada: Cinthya Lobato hace mucho, casi desde el inicio del actual Congreso local, marcó distancia de los diputados de su anterior partido y sobre todo de su coordinador de bancada, Sergio Hernández, contra quien lanzó algunas acusaciones.

En cuanto a Sebastián Reyes, hay que recordar que este diputado, quien llegó por la vía de la representación proporcional, pertenecía originalmente al Movimiento de Regeneración Nacional, pero poco después de rendir protesta, en noviembre de 2016, renunció al partido que le llevó a la Legislatura del Estado para sumarse al PAN.

En Morena, a propósito, se le consideraba un traidor, por decir lo menos.

Como sea, se trata de un legislador que ha tenido una participación discreta, modesta, más bien gris en el Congreso local, donde preside la Comisión de Organización Política y Procesos Electorales.

En la Legislatura, por cierto, cuando se dio lectura a la renuncia de Lobato Calderón, la bancada panista estalló en aplausos; fue casi una ovación por la salida de la legisladora, quien al igual que Reyes Arellano, llegó también al Congreso del Estado por la vía plurinominal.

Poco después de darse a conocer su renuncia al PAN, Lobato Calderón fue invitada a sumarse a Morena. El diputado Zenyazen Escobar dijo que para ella, las puertas del partido estaban abiertas.

En cuanto a Reyes Arellano, se dijo que el citado legislador local usó la supuesta renuncia como medida de presión, dado que su salida de la bancada panista implicaba para la fracción del albiazul la pérdida de la Junta de Coordinación Política, lo que no ocurrió al final del día porque el PAN reclutó a la diputada perredista Dulce María García.

Sebastián Reyes dijo que siempre no renunciaba a la bancada panista; fue casi un no me hagan caso, me quedo.

El caso de Reyes Arellano es curioso: era un perfecto desconocido hasta hace un par de años; llegó a la Legislatura como plurinominal de Morena; luego se sumó a la bancada panista y el más reciente proceso electoral fue candidato del Partido Nueva Alianza a la diputación federal por el distrito XI de Coatzacoalcos. En esa contienda obtuvo poco más de tres mil votos, 1.8 por ciento de los sufragios totales, con lo que mostró su verdadero nivel. Basta decir que Tania Cruz, su adversaria de Morena, obtuvo 107 mil votos más. Digamos que las convicciones ideológicas no son lo suyo.

El caso es que ninguno de los dos, ni Cinthya Lobato ni Sebastián Reyes, eran realmente panistas, por eso no se puede hablar de una pérdida para la bancada de ese partido; al final, sólo ella dejó atrás su paso por Acción Nacional, y eso ya estaba presupuestado desde hace más de un año por los legisladores del blanquiazul, con quienes nunca tuvo Lobato Calderón una buena relación. @luisromero85