/ sábado 13 de agosto de 2022

Los secretarios de Educación Pública

“Vaya usted tranquila, maestra Delfina, que de todos modos parecía que la SEP no tenía titular”, comenta Erick Juárez Pineda sobre la salida de la actual secretaria de Educación.

“Puede tomarlo con calma. No importa que se haya quedado a la mitad el desarrollo de uno de los elementos más importantes de transformación del sistema educativo nacional: el aterrizaje de la propuesta del nuevo marco curricular”. Puede ir con la conciencia tranquila; la Secretaría de Educación Pública cumplió su función como trampolín político-electoral.De 1921 a la fecha el gobierno federal ha dado cobijo a 41 secretarios de Educación en el puesto y ellos han permanecido uno, dos, tres, cuatro y seis años, indistintamente de la administración que se trate y filiación política que los distinga. Han ocupado la silla de la dependencia diplomáticos, militares, arquitectos, escritores, médicos, abogados, economistas, políticos, rectores de universidades, investigadores y maestros. Quizás algunos con buenos propósitos porque consideraban que podían contribuir con reformas educativas trascendentales, aceptaron el puesto. Otra buena parte fue por razones políticas.

Durante el gobierno de Álvaro Obregón nació la Secretaría de Educación Pública el 3 de octubre de 1921. Correspondió a Vasconcelos asumir las tareas educativas desde la perspectiva de la vinculación de la escuela con la realidad social; "al decir educación me refiero a una enseñanza directa de parte de los que saben algo, en favor de los que nada saben; me refiero a una enseñanza que sirva para aumentar la capacidad productiva de cada mano que trabaja, de cada cerebro que piensa [...]Trabajo útil, trabajo productivo, acción noble y pensamiento alto, he allí nuestro propósito.”

En diciembre de 1943 fue nombrado secretario de Educación Pública Jaime Torres Bodet por el presidente Manuel Ävila Camacho. Reorganizó y dio nuevo impulso a la Campaña de Alfabetización para enseñar a leer y a escribir a los adultos analfabetos que en ese entonces eran el 47.8% de la población mayor de seis años; creó el Instituto de Capacitación del Magisterio en el que se preparaba a los profesores de primaria no titulados; organizó la Comisión Revisora de Planes y Programas, inició la Biblioteca Enciclopédica Popular que publicó más de cien títulos y dirigió el valioso compendio México y la cultura (1946). Fundó el Comité de Administración del Programa Federal de Construcciones Escolares (CAPFCE) y construyó numerosas escuelas, entre ellas la Escuela Normal para Maestros, la Escuela Normal Superior y el Conservatorio Nacional en la Ciudad de México, modificó el texto del artículo Tercero constitucional que suprimió la educación socialista. Dio, en fin, coherencia doctrinaria a la educación mexicana.

La labor de Torres Bodet no concluyó ahí, en un segundo periodo de 1958 a 1964, durante la presidencia de Adolfo López Mateos, inició un Plan de Once Años para la Extensión y el Mejoramiento de la Enseñanza Primaria para atender por completo la demanda real de educación primaria, en el cual trabajó estrechamente con la economista Ifigenia Martínez y se propuso crear 51 mil nuevas plazas de profesor y construir 29,265 aulas. Fundó la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos y entregó los primeros libros gratuitos en 1960 con las palabras «Estos son un regalo del pueblo de México para el pueblo de México».

En 1965, se crea la Comisión Nacional de Planteamiento Integral de la Educación, durante la gestión de Agustín Yánez como secretario, con el objetivo de realizar una evaluación y proyección para la siguiente década, en la cual se dio mayor énfasis a la enseñanza primaria. Entre los resultados se hizo notar la necesidad de aplicación de nuevos paradigmas educativos como orientación vocacional, utilización de medios masivos de comunicación y unificación de la enseñanza media.

Desde el que fuera despacho de José Vasconcelos, Jesús Reyes Heroles impulsó el largo proceso de descentralización educativa que culminaría durante el sexenio siguiente; se avocó, no sin resistencias, a la profesionalización normalista, al exigirse como requisito la educación media superior para que los estudios magisteriales adquiriesen el nivel de licenciatura, e introdujo el término de "Revolución educativa", como noción conceptual novedosa para reorganizar la gestión educativa, diseñar mecanismos incipientes de evaluación y reducir la influencia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.

Varios fueron los modelos educativos que se han señalado cuyos propósitos se planearon para continuar en el futuro y atender a corto plazo. Muchos de estos compromisos se cumplieron, sobre todo cuando los secretarios estuvieron todo el sexenio. Regresemos a las acotaciones que inician esta nota, Erick Juárez Pineda comenta: “Vaya usted tranquila, maestra Delfina. Las elecciones en el Estado de México son un asunto de prioridad nacional. Evite desgastarse en cosas mínimas como la falta de infraestructura básica en las escuelas; en que muchas de ellas no tienen baño, energía eléctrica o techos. Váyase olvidando que siguen dañadas por los sismos o huracanes que sucedieron en otros sexenios. Eso ya no le toca”.

“Le felicito ampliamente, aunque los maestros queden esperando la tan ansiada revalorización del magisterio… Puede tomarlo con calma. No pasa nada si se siguen vulnerando los derechos laborales; si la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (USICAMM) sigue perpetuando la precariedad laboral o si continúan con procesos opacos en la asignación de plazas o de promoción horizontal y vertical… Evite desgastarse en cosas mínimas como la falta de infraestructura básica en las escuelas; en que muchas de ellas no tienen baño, energía eléctrica o techos. Váyase olvidando que siguen dañadas por los sismos o huracanes que sucedieron en otros sexenios. Eso ya no le toca”.

“Vaya usted tranquila, maestra Delfina, que de todos modos parecía que la SEP no tenía titular”, comenta Erick Juárez Pineda sobre la salida de la actual secretaria de Educación.

“Puede tomarlo con calma. No importa que se haya quedado a la mitad el desarrollo de uno de los elementos más importantes de transformación del sistema educativo nacional: el aterrizaje de la propuesta del nuevo marco curricular”. Puede ir con la conciencia tranquila; la Secretaría de Educación Pública cumplió su función como trampolín político-electoral.De 1921 a la fecha el gobierno federal ha dado cobijo a 41 secretarios de Educación en el puesto y ellos han permanecido uno, dos, tres, cuatro y seis años, indistintamente de la administración que se trate y filiación política que los distinga. Han ocupado la silla de la dependencia diplomáticos, militares, arquitectos, escritores, médicos, abogados, economistas, políticos, rectores de universidades, investigadores y maestros. Quizás algunos con buenos propósitos porque consideraban que podían contribuir con reformas educativas trascendentales, aceptaron el puesto. Otra buena parte fue por razones políticas.

Durante el gobierno de Álvaro Obregón nació la Secretaría de Educación Pública el 3 de octubre de 1921. Correspondió a Vasconcelos asumir las tareas educativas desde la perspectiva de la vinculación de la escuela con la realidad social; "al decir educación me refiero a una enseñanza directa de parte de los que saben algo, en favor de los que nada saben; me refiero a una enseñanza que sirva para aumentar la capacidad productiva de cada mano que trabaja, de cada cerebro que piensa [...]Trabajo útil, trabajo productivo, acción noble y pensamiento alto, he allí nuestro propósito.”

En diciembre de 1943 fue nombrado secretario de Educación Pública Jaime Torres Bodet por el presidente Manuel Ävila Camacho. Reorganizó y dio nuevo impulso a la Campaña de Alfabetización para enseñar a leer y a escribir a los adultos analfabetos que en ese entonces eran el 47.8% de la población mayor de seis años; creó el Instituto de Capacitación del Magisterio en el que se preparaba a los profesores de primaria no titulados; organizó la Comisión Revisora de Planes y Programas, inició la Biblioteca Enciclopédica Popular que publicó más de cien títulos y dirigió el valioso compendio México y la cultura (1946). Fundó el Comité de Administración del Programa Federal de Construcciones Escolares (CAPFCE) y construyó numerosas escuelas, entre ellas la Escuela Normal para Maestros, la Escuela Normal Superior y el Conservatorio Nacional en la Ciudad de México, modificó el texto del artículo Tercero constitucional que suprimió la educación socialista. Dio, en fin, coherencia doctrinaria a la educación mexicana.

La labor de Torres Bodet no concluyó ahí, en un segundo periodo de 1958 a 1964, durante la presidencia de Adolfo López Mateos, inició un Plan de Once Años para la Extensión y el Mejoramiento de la Enseñanza Primaria para atender por completo la demanda real de educación primaria, en el cual trabajó estrechamente con la economista Ifigenia Martínez y se propuso crear 51 mil nuevas plazas de profesor y construir 29,265 aulas. Fundó la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos y entregó los primeros libros gratuitos en 1960 con las palabras «Estos son un regalo del pueblo de México para el pueblo de México».

En 1965, se crea la Comisión Nacional de Planteamiento Integral de la Educación, durante la gestión de Agustín Yánez como secretario, con el objetivo de realizar una evaluación y proyección para la siguiente década, en la cual se dio mayor énfasis a la enseñanza primaria. Entre los resultados se hizo notar la necesidad de aplicación de nuevos paradigmas educativos como orientación vocacional, utilización de medios masivos de comunicación y unificación de la enseñanza media.

Desde el que fuera despacho de José Vasconcelos, Jesús Reyes Heroles impulsó el largo proceso de descentralización educativa que culminaría durante el sexenio siguiente; se avocó, no sin resistencias, a la profesionalización normalista, al exigirse como requisito la educación media superior para que los estudios magisteriales adquiriesen el nivel de licenciatura, e introdujo el término de "Revolución educativa", como noción conceptual novedosa para reorganizar la gestión educativa, diseñar mecanismos incipientes de evaluación y reducir la influencia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.

Varios fueron los modelos educativos que se han señalado cuyos propósitos se planearon para continuar en el futuro y atender a corto plazo. Muchos de estos compromisos se cumplieron, sobre todo cuando los secretarios estuvieron todo el sexenio. Regresemos a las acotaciones que inician esta nota, Erick Juárez Pineda comenta: “Vaya usted tranquila, maestra Delfina. Las elecciones en el Estado de México son un asunto de prioridad nacional. Evite desgastarse en cosas mínimas como la falta de infraestructura básica en las escuelas; en que muchas de ellas no tienen baño, energía eléctrica o techos. Váyase olvidando que siguen dañadas por los sismos o huracanes que sucedieron en otros sexenios. Eso ya no le toca”.

“Le felicito ampliamente, aunque los maestros queden esperando la tan ansiada revalorización del magisterio… Puede tomarlo con calma. No pasa nada si se siguen vulnerando los derechos laborales; si la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (USICAMM) sigue perpetuando la precariedad laboral o si continúan con procesos opacos en la asignación de plazas o de promoción horizontal y vertical… Evite desgastarse en cosas mínimas como la falta de infraestructura básica en las escuelas; en que muchas de ellas no tienen baño, energía eléctrica o techos. Váyase olvidando que siguen dañadas por los sismos o huracanes que sucedieron en otros sexenios. Eso ya no le toca”.