/ viernes 12 de noviembre de 2021

Madres tóxicas

Las madres tóxicas ofrecen a sus hijos un amor hostigante, sobreprotector, asfixiante, egoísta y destructivo, quieren y viven sus vidas a través de sus hijos, quieren lograr lo que ellas no pudieron, quieren ser o anhelaron serlo y con ello proyectan en sus hijos sus deseos incumplidos.

Es muy lamentable ver a estas personas que no son libres de elegir y ser ellos mismos, ya que tienen a una madre controladora que les exige qué hacer y qué no. Detrás de cualquier acción de una madre por un hijo se encuentra el amor, pero éste tiene un lado tóxico que se caracteriza por ser egoísta, interesado y asfixiante, al grado de llegar a ser destructivo. Este tipo de sentimientos se aplican sobre niños que están en pleno proceso de aprendizaje y que traerá, como consecuencia, vacío, inseguridades e inmadurez, entre otras cosas.

Las madres tóxicas son aquellas que no ayudan al crecimiento personal o profesional de sus hijos. Con o sin intención, son personas manipuladoras, posesivas, controladoras, sobreprotectoras y, en algunos casos, destructivas. Tienen una visión negativa con el mundo cuando creen que otra persona opaca o es superior a su hija; presiona a su hija a ser mejor que otras, aún sabiendo que le está exigiendo algo que muchas veces su hija no podrá hacerlo, llevándola a la frustración. Ojo madres, tengan cuidado con esto. Las madres tóxicas establecen vínculos muy negativos con los hijos, les hacen creer que es por su bien, que no quieren que se equivoquen como ellas, que les quieren evitar algún sufrimiento, etc. Esto lo transforman en un muro que les impide su libertad personal. Es probable que el comportamiento de una madre tóxica se genere de manera inconsciente, por una necesidad de perfección de los hijos ante los ojos del mundo. Este tipo de madres son la base de la educación de los niños, que en vez de promover la seguridad y madurez personal de los hijos crean fortalezas que impiden la independencia, tanto emocional como física de ellos.

Las madres tóxicas son capaces de valerse de cualquier habilidad para evitar que sus hijos se alejen de ellas, una vez que se dan cuenta que ellos están siendo más autónomos, que ya no las necesitan tanto y están haciendo su vida de manera independiente. Estas madres ocultan su falta de autoestima y autosuficiencia, y hacen que sus hijos tengan la obligación de cubrir sus necesidades. Estas madres no tienen límites y quieren controlarlo todo, pues esto les da seguridad y terminan controlando la vida de sus hijos pensando que están haciendo bien y demostrando su amor. El control cuando se justifica por medio del cariño, es el peor escenario de la sobreprotección, con eso evita que los niños sean valientes, autónomos, capaces y aprendan de los errores que cometen. Una de sus armas más letales es la manipulación, que en algunas ocasiones es tan sutil que pasa desapercibida y los hijos no se dan cuenta. Otra herramienta muy utilizada por las personas tóxicas es la victimización, es decir, presentarse como la más sufrida.

La madre tóxica no ama a su hijo, invade todos sus espacios, privados y públicos. Asimismo, asumen un papel de protección exagerado hasta el punto de decidir qué persona es apta o no para tener una relación amistosa con sus hijos, basándose en la clase social, la apariencia, el nivel económico, etc.

Las madres tóxicas quieren acompañar en todo a sus hijas: fiestas, reuniones, eventos, relacionarse con amigos, opinan por sus hijas, juzgan, critican a jóvenes de la edad de su hija, quieren vestir como sus hijas, sin importarles que ya son de la tercera edad y que su mundo es otro. Desafortunadamente las hijas y los hijos de las madres tóxicas no pueden expresar que no les gusta la forma de ser de su madre, pero no pueden porque sienten culpa y no se dan cuenta que su madre los formó para ser codependiente de ella. Mujeres y hombres, es hora de que “cambien su mundo” y se liberen de su madre tóxica. Si usted es una mujer adulta, madura, sea responsable de sus decisiones y opiniones.

lexfemme.12@hotmail.com

Las madres tóxicas ofrecen a sus hijos un amor hostigante, sobreprotector, asfixiante, egoísta y destructivo, quieren y viven sus vidas a través de sus hijos, quieren lograr lo que ellas no pudieron, quieren ser o anhelaron serlo y con ello proyectan en sus hijos sus deseos incumplidos.

Es muy lamentable ver a estas personas que no son libres de elegir y ser ellos mismos, ya que tienen a una madre controladora que les exige qué hacer y qué no. Detrás de cualquier acción de una madre por un hijo se encuentra el amor, pero éste tiene un lado tóxico que se caracteriza por ser egoísta, interesado y asfixiante, al grado de llegar a ser destructivo. Este tipo de sentimientos se aplican sobre niños que están en pleno proceso de aprendizaje y que traerá, como consecuencia, vacío, inseguridades e inmadurez, entre otras cosas.

Las madres tóxicas son aquellas que no ayudan al crecimiento personal o profesional de sus hijos. Con o sin intención, son personas manipuladoras, posesivas, controladoras, sobreprotectoras y, en algunos casos, destructivas. Tienen una visión negativa con el mundo cuando creen que otra persona opaca o es superior a su hija; presiona a su hija a ser mejor que otras, aún sabiendo que le está exigiendo algo que muchas veces su hija no podrá hacerlo, llevándola a la frustración. Ojo madres, tengan cuidado con esto. Las madres tóxicas establecen vínculos muy negativos con los hijos, les hacen creer que es por su bien, que no quieren que se equivoquen como ellas, que les quieren evitar algún sufrimiento, etc. Esto lo transforman en un muro que les impide su libertad personal. Es probable que el comportamiento de una madre tóxica se genere de manera inconsciente, por una necesidad de perfección de los hijos ante los ojos del mundo. Este tipo de madres son la base de la educación de los niños, que en vez de promover la seguridad y madurez personal de los hijos crean fortalezas que impiden la independencia, tanto emocional como física de ellos.

Las madres tóxicas son capaces de valerse de cualquier habilidad para evitar que sus hijos se alejen de ellas, una vez que se dan cuenta que ellos están siendo más autónomos, que ya no las necesitan tanto y están haciendo su vida de manera independiente. Estas madres ocultan su falta de autoestima y autosuficiencia, y hacen que sus hijos tengan la obligación de cubrir sus necesidades. Estas madres no tienen límites y quieren controlarlo todo, pues esto les da seguridad y terminan controlando la vida de sus hijos pensando que están haciendo bien y demostrando su amor. El control cuando se justifica por medio del cariño, es el peor escenario de la sobreprotección, con eso evita que los niños sean valientes, autónomos, capaces y aprendan de los errores que cometen. Una de sus armas más letales es la manipulación, que en algunas ocasiones es tan sutil que pasa desapercibida y los hijos no se dan cuenta. Otra herramienta muy utilizada por las personas tóxicas es la victimización, es decir, presentarse como la más sufrida.

La madre tóxica no ama a su hijo, invade todos sus espacios, privados y públicos. Asimismo, asumen un papel de protección exagerado hasta el punto de decidir qué persona es apta o no para tener una relación amistosa con sus hijos, basándose en la clase social, la apariencia, el nivel económico, etc.

Las madres tóxicas quieren acompañar en todo a sus hijas: fiestas, reuniones, eventos, relacionarse con amigos, opinan por sus hijas, juzgan, critican a jóvenes de la edad de su hija, quieren vestir como sus hijas, sin importarles que ya son de la tercera edad y que su mundo es otro. Desafortunadamente las hijas y los hijos de las madres tóxicas no pueden expresar que no les gusta la forma de ser de su madre, pero no pueden porque sienten culpa y no se dan cuenta que su madre los formó para ser codependiente de ella. Mujeres y hombres, es hora de que “cambien su mundo” y se liberen de su madre tóxica. Si usted es una mujer adulta, madura, sea responsable de sus decisiones y opiniones.

lexfemme.12@hotmail.com