/ viernes 14 de septiembre de 2018

Martínez y el negocio de las luminarias

En diciembre de 2017, Carlos Reyes Juárez, entonces alcalde electo de Cerro Azul, municipio que se ubica en la zona norte de Veracruz, denunció que el ayuntamiento del lugar aprobó un contrato millonario con la empresa NL Technologies para cambiar 2 mil 400 luminarias.

La pasada administración heredó una enorme deuda a los sucesores, misma que tardarán 15 años en cubrir.

No existió en Cerro Azul licitación alguna, a pesar de que la ley obliga a los ayuntamientos a convocar de forma pública a las empresas interesadas en ser contratadas.

Algo parecido ocurrió en otros municipios veracruzanos; en San Andrés Tuxtla, por ejemplo, el ayuntamiento que encabezó Manuel Rosendo Pelayo compró a la empresa Luminarias de Veracruz 5 mil 200 luminarias por casi 37 millones de pesos.

De esas 5 mil 200 lámparas sólo fueron instaladas 3 mil 400 y la denuncia fue en el sentido de la pésima calidad de esos artefactos. Nadie respondió por la supuesta garantía de un servicio estimado en 15 años.

En ambos casos, no faltó quien hablara de compras fraudulentas por parte de las anteriores administraciones de esos dos municipios veracruzanos.

Algo parecido ocurrió en Martínez de la Torre, municipio ubicado en la zona costera central de Veracruz: el ayuntamiento que encabezó Rolando Olivares Ahumada, quien llegó al cargo cobijado con las siglas del PRI y con el apoyo del entonces oficial mayor de la Secretaría de Educación de Veracruz, Edgar Spinoso Carrera, compró 7 mil luminarias con tecnología led. El problema es que más de dos mil se fundieron días después de que el hoy ex alcalde dejara el cargo.

Amplias zonas de ese municipio quedaron a oscuras, con todos los problemas que dicha situación implica.

Martínez de la Torre es un lugar donde la delincuencia se ha convertido en un grave problema durante la última década; aquí, las historias de ejecuciones, secuestros, levantones y cobros de piso son temas frecuentes en las pláticas de café. No es difícil imaginar cómo abona la falta de alumbrado público a incrementar la percepción de inseguridad en este complicado lugar, donde hoy no sirven más de dos mil lámparas heredadas por el anterior ayuntamiento.

Ante esa situación, el actual gobierno municipal que encabeza José de la Torre Sánchez se vio obligado a echar mano de las lámparas que fueron sustituidas por su antecesor, Olivares Ahumada.

José de la Torre ya presidió el ayuntamiento martinense; le entregó el cargo al priista Hilario Ruiz Zurita, quien se lo regresó tres años después. De la Torre Sánchez tuvo un segundo periodo y en esa ocasión compró lámparas ahorradoras para iluminar sectores poblacionales que carecían del servicio. Los viejos focos fueron sustituidos por luminarias de mejor tecnología. Esas mismas lámparas son ahora reinstaladas en la cabecera, sus colonias y comunidades, dado que las led que dejó Olivares Ahumada resultaron ser chatarra, basura tecnológica.

Por esos y otros asuntos similares, el tema de la fiscalización de la cuenta pública 2017 podría convertirse en un fuerte dolor de cabeza para el ex alcalde de Martínez de la Torre, donde circulan comentarios sobre esas y otras irregularidades, como obras inconclusas que dejó pagadas en su totalidad la anterior administración.

Por cierto, la obra del relleno sanitario que pagó el pasado ayuntamiento de Martínez no ha sido utilizada por las actuales autoridades porque no fue terminada; ni siquiera le colocaron la geomembrana. Es una obra que con seguridad será incluida, junto con una decena más, en las observaciones del Orfis a la cuenta pública 2017. @luisromero85



En diciembre de 2017, Carlos Reyes Juárez, entonces alcalde electo de Cerro Azul, municipio que se ubica en la zona norte de Veracruz, denunció que el ayuntamiento del lugar aprobó un contrato millonario con la empresa NL Technologies para cambiar 2 mil 400 luminarias.

La pasada administración heredó una enorme deuda a los sucesores, misma que tardarán 15 años en cubrir.

No existió en Cerro Azul licitación alguna, a pesar de que la ley obliga a los ayuntamientos a convocar de forma pública a las empresas interesadas en ser contratadas.

Algo parecido ocurrió en otros municipios veracruzanos; en San Andrés Tuxtla, por ejemplo, el ayuntamiento que encabezó Manuel Rosendo Pelayo compró a la empresa Luminarias de Veracruz 5 mil 200 luminarias por casi 37 millones de pesos.

De esas 5 mil 200 lámparas sólo fueron instaladas 3 mil 400 y la denuncia fue en el sentido de la pésima calidad de esos artefactos. Nadie respondió por la supuesta garantía de un servicio estimado en 15 años.

En ambos casos, no faltó quien hablara de compras fraudulentas por parte de las anteriores administraciones de esos dos municipios veracruzanos.

Algo parecido ocurrió en Martínez de la Torre, municipio ubicado en la zona costera central de Veracruz: el ayuntamiento que encabezó Rolando Olivares Ahumada, quien llegó al cargo cobijado con las siglas del PRI y con el apoyo del entonces oficial mayor de la Secretaría de Educación de Veracruz, Edgar Spinoso Carrera, compró 7 mil luminarias con tecnología led. El problema es que más de dos mil se fundieron días después de que el hoy ex alcalde dejara el cargo.

Amplias zonas de ese municipio quedaron a oscuras, con todos los problemas que dicha situación implica.

Martínez de la Torre es un lugar donde la delincuencia se ha convertido en un grave problema durante la última década; aquí, las historias de ejecuciones, secuestros, levantones y cobros de piso son temas frecuentes en las pláticas de café. No es difícil imaginar cómo abona la falta de alumbrado público a incrementar la percepción de inseguridad en este complicado lugar, donde hoy no sirven más de dos mil lámparas heredadas por el anterior ayuntamiento.

Ante esa situación, el actual gobierno municipal que encabeza José de la Torre Sánchez se vio obligado a echar mano de las lámparas que fueron sustituidas por su antecesor, Olivares Ahumada.

José de la Torre ya presidió el ayuntamiento martinense; le entregó el cargo al priista Hilario Ruiz Zurita, quien se lo regresó tres años después. De la Torre Sánchez tuvo un segundo periodo y en esa ocasión compró lámparas ahorradoras para iluminar sectores poblacionales que carecían del servicio. Los viejos focos fueron sustituidos por luminarias de mejor tecnología. Esas mismas lámparas son ahora reinstaladas en la cabecera, sus colonias y comunidades, dado que las led que dejó Olivares Ahumada resultaron ser chatarra, basura tecnológica.

Por esos y otros asuntos similares, el tema de la fiscalización de la cuenta pública 2017 podría convertirse en un fuerte dolor de cabeza para el ex alcalde de Martínez de la Torre, donde circulan comentarios sobre esas y otras irregularidades, como obras inconclusas que dejó pagadas en su totalidad la anterior administración.

Por cierto, la obra del relleno sanitario que pagó el pasado ayuntamiento de Martínez no ha sido utilizada por las actuales autoridades porque no fue terminada; ni siquiera le colocaron la geomembrana. Es una obra que con seguridad será incluida, junto con una decena más, en las observaciones del Orfis a la cuenta pública 2017. @luisromero85