Una vez más 26 mil 180 jóvenes estudiantes no tendrán oportunidad de cursar una carrera universitaria en la UV como consecuencia de que esta institución educativa sólo aceptará a 16 mil 396 de los aspirantes.
El fin de semana pasado acudieron a las 19 sedes universitarias en Xalapa, Veracruz-Boca del Río, Córdoba-Orizaba, Poza Rica-Tuxpan y Coatzacoalcos-Minatitlán 42 mil 549 esperanzados en obtener uno de los espacios que oferta la UV.
Estas cifras indican que sólo 38% de los aspirantes lograrán su ingreso y que sólo unos cuantos de los rechazados, o no aceptados, como los llama la UV, podrán ingresar a una universidad privada o al sistema de escuelas normales o al de tecnológicos.
Pero muchos de esos rechazados no tendrán los recursos propios ni los apoyos oficiales para continuar sus estudios y pasarán a formar parte del grupo de los ninis o a engrosar las filas de la delincuencia.
Año con año miles de egresados del bachillerato son rechazados por la UV, que es la instancia oficial a la que más recurren los estudiantes con la esperanza de estudiar una profesión y, al no lograrlo, la gran mayoría se queda sin oportunidades.
Otra consecuencia de ese rechazo del sistema es que varios de esos jóvenes que logran emplearse lo hacen en la economía informal, algunos buscan hacerse de un puesto de venta callejera y otros logran emplearse como choferes de taxis, si bien les va.
Lo grave es que muchos de esos rechazados que no cuentan con recursos para ingresar a una universidad privada buscarán el llamado dinero fácil incorporándose a las filas de la delincuencia, sea organizada o no.
Es cierto, no todos los jóvenes que hoy son sicarios o trafican droga lo hacen porque la UV los haya rechazado, pero sí hay dentro de los grupos delincuenciales muchos de los que no pudieron estudiar una carrera profesional.
El asunto es que la problemática de la UV evidencia la falta de capacidad del Estado para atender la demanda de los jóvenes que quieren estudiar. Al negarles esa oportunidad los orilla a buscar salidas falsas que muchas veces los llevan a la muerte.
Y todavía, la Universidad enfrenta el problema de que el gobierno le adeuda parte de su presupuesto, que por cierto, la rectora Sara Ladrón de Guevara no ha salido a las calles a hacer el reclamo como lo hizo en el pasado.
A propósito, el director de Administración Escolar de la UV, Héctor Coronel Brizio, reveló un dato que llama la atención por lo grave que puede resultar, pues alertó a los estudiantes sobre falsas ofertas que se hacen a través de las redes sociales ofreciendo asegurar un lugar en la institución. Les recordó a los aspirantes que el resultado del examen de admisión es la única forma de ingresar a la Universidad.
Y hablando de la inseguridad, transportistas del estado reiteraron su preocupación por el riesgo que corren quienes conducen las pesadas unidades y ya no hablan sólo de un tramo ni de una región, se refieren a toda la geografía veracruzana.
Juan Durán, delegado Nacional en Veracruz de la Alianza Mexicana de Organización de Transportistas, calificó como “foco rojo” el tramo Córdoba-Orizaba a Veracruz donde los camioneros son asaltados. Pero lo mismo dijo de las carreteras que van hacia el sur de estado, al norte y en la zona de Perote a Xalapa.
Fue preciso al señalar: “Los puntos rojos para el servicio pesado es comenzando de Cuitláhuac, Rancho Trejo, Córdoba, Orizaba, Balastrera y luego unos retenes falsos de la Policía Federal que están en los límites de Puebla con Veracruz, pero además sobre la carretera de Maltrata y donde fueron los últimos trenazos, ahí también asaltan mucho transporte pesado”.
Los que no les gusta que se hable del tema dirán que esto no es nuevo y que hay gente que siempre sale a quejarse. Pero lo grave es que el problema lleva años y no ha sido erradicado y en cambio se ha vuelto más violento.
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