/ martes 30 de junio de 2020

“Mata más una duda que un desengaño”

Para los deudos de quienes han muerto por causas de la desatención o falta de prevención de contagios del coronavirus, no hay justificación alguna que mitigue el dolor por la muerte de un ser querido. Para quienes han perdido sus empleos o sus negocios por la misma causa, mientras haya vida habrá esperanza; para quienes han sido víctimas de la delincuencia imparable, que no cesa ni distingue clases sociales, edad, sexo o religión, no queda más remedio que seguir esperando la seguridad pública, que por ley corresponde al Estado atender.

La deficiencia del doctor Hugo López Gatell, quien desde los primeros días de la aparición de la pandemia rebasó a su jefe inmediato, el secretario de Salud, Jorge Alcocer, hizo que se multiplicaran los casos de manera exponencial, por no considerar las experiencias de otros países que han controlado los contagios y han detenido el número de muertos por coronavirus, como Japón, Italia y España, cuyas noticias revelan un control férreo de la pandemia, con medidas enérgicas que se han aplicado a sus habitantes, recurriendo al empleo de la fuerza pública.

Los integrantes de las bandas criminales pareciera que cuentan con inmunidad para no contagiarse del coronavirus y no han dejado disminuir los índices de homicidios dolosos, secuestros, asaltos y violaciones en contra de la sociedad civil, que reclama justicia. El proditorio crimen en contra de un juez federal y su esposa, y días después la emboscada para intentar matar al secretario de Seguridad de la CdMx, son muestra clara de la colombianización de México, como en los tiempos de Pablo Escobar Gaviria.

Primero fueron seis meses los que solicitó de prórroga el presidente para que los mexicanos comenzaran a vivir el cambio de rumbo hacia la Cuarta Transformación del país, después la falta de coincidencia de los datos en manos de periodistas y medios de comunicación con los datos del jefe del Ejecutivo federal chocaron; lo cierto es que se ha ido pasando el tiempo, que como ya dijimos corre en contra de quienes nos gobiernan y en favor de los inconformes.

El pueblo necesita el compromiso de unidad nacional para tranquilizar hasta donde sea posible la vida del común de la gente y en aras de recuperar la confianza pública se requiere aún más que los funcionarios hablen menos y lo hagan con la verdad, en lugar de la verborrea cotidiana de mentiras que contamina más la diaria convivencia de todos.

Los integrantes de las bandas criminales pareciera que cuentan con inmunidad para no contagiarse del coronavirus y no han dejado disminuir los índices de homicidios dolosos, secuestros, asaltos y violaciones en contra de la sociedad civil, que reclama justicia

Para los deudos de quienes han muerto por causas de la desatención o falta de prevención de contagios del coronavirus, no hay justificación alguna que mitigue el dolor por la muerte de un ser querido. Para quienes han perdido sus empleos o sus negocios por la misma causa, mientras haya vida habrá esperanza; para quienes han sido víctimas de la delincuencia imparable, que no cesa ni distingue clases sociales, edad, sexo o religión, no queda más remedio que seguir esperando la seguridad pública, que por ley corresponde al Estado atender.

La deficiencia del doctor Hugo López Gatell, quien desde los primeros días de la aparición de la pandemia rebasó a su jefe inmediato, el secretario de Salud, Jorge Alcocer, hizo que se multiplicaran los casos de manera exponencial, por no considerar las experiencias de otros países que han controlado los contagios y han detenido el número de muertos por coronavirus, como Japón, Italia y España, cuyas noticias revelan un control férreo de la pandemia, con medidas enérgicas que se han aplicado a sus habitantes, recurriendo al empleo de la fuerza pública.

Los integrantes de las bandas criminales pareciera que cuentan con inmunidad para no contagiarse del coronavirus y no han dejado disminuir los índices de homicidios dolosos, secuestros, asaltos y violaciones en contra de la sociedad civil, que reclama justicia. El proditorio crimen en contra de un juez federal y su esposa, y días después la emboscada para intentar matar al secretario de Seguridad de la CdMx, son muestra clara de la colombianización de México, como en los tiempos de Pablo Escobar Gaviria.

Primero fueron seis meses los que solicitó de prórroga el presidente para que los mexicanos comenzaran a vivir el cambio de rumbo hacia la Cuarta Transformación del país, después la falta de coincidencia de los datos en manos de periodistas y medios de comunicación con los datos del jefe del Ejecutivo federal chocaron; lo cierto es que se ha ido pasando el tiempo, que como ya dijimos corre en contra de quienes nos gobiernan y en favor de los inconformes.

El pueblo necesita el compromiso de unidad nacional para tranquilizar hasta donde sea posible la vida del común de la gente y en aras de recuperar la confianza pública se requiere aún más que los funcionarios hablen menos y lo hagan con la verdad, en lugar de la verborrea cotidiana de mentiras que contamina más la diaria convivencia de todos.

Los integrantes de las bandas criminales pareciera que cuentan con inmunidad para no contagiarse del coronavirus y no han dejado disminuir los índices de homicidios dolosos, secuestros, asaltos y violaciones en contra de la sociedad civil, que reclama justicia