/ martes 19 de marzo de 2019

Mentiras verdaderas

Hace unos días leí en una columna nacional cómo el señor Napoleón Gómez Urrutia, a quien le fue obsequiada una Senaduría de la Republica, se refería a “100 días inéditos en la política nacional”.

Señaló don Napoleón: “100 días, poco más de 3 meses, pareciera poco tiempo para lograr un impacto de gran calado. Sin embargo, cuando existe la determinación y la visión de Estado, es más que suficiente para encausar el barco en la dirección correcta”.

Por lo visto no solamente a los miembros del Gobierno Federal se les da el adular a su jefe, sino también a algunos legisladores lo cual es entendible y válido, el problema es cuando de tanto repetir sus deseos infundados terminen creyéndoselo y se olviden que lo que espera el pueblo sabio son resultados, no continuar alimentando falsas expectativas de campaña.

De entrada, no han sido 100 días los que lleva el actual gobierno federal, pues debemos recordar que inició en funciones (aunque no oficiales), desde el 2 de julio del 2018, es decir, un día después de la elección AMLO empezó a conducirse como Presidente en funciones, en parte porque así lo sintió y en gran parte porque se lo permitieron, por lo tanto, lleva gobernando a México mucho más de 100 días.

Cuando don Napoleón expresa “es más que suficiente para encausar el barco en la dirección correcta” quizá no se esté mintiendo, pues a su juicio es muy posible que la “dirección correcta” para él, sea hacer sombra a los gobernadores en sus estados con los superdelegados, reducir recursos a los órganos públicos autónomos que, de acuerdo a la Constitución, deben estar fuera de la órbita del Ejecutivo, disminución del financiamiento público a los Partidos y sobre todo, el marcado desprecio que se hace sentir cada mañana en la propia voz del Presidente hacia los funcionarios y empleados que tuvieron la mala fortuna de colaborar en gobiernos anteriores, a quienes no baja de corruptos.

Quizá de acuerdo a don Napoleón, se vaya en la “dirección correcta” cuando cotidianamente, por las mañanas al descargar todos los calificativos negativos posibles, se siga identificando al enemigo en turno, desprestigiándolo y linchándolo mediáticamente aun y cuando no se exhiban pruebas ni haya fundamento legal para ello.

Quizá cuando dicen que “la economía va a la baja y la delincuencia al alza” y enfilan sus baterías a los anteriores gobiernos responsabilizándolos, ignoran o no quieren darse cuenta que ellos están al frente de las mismas Instituciones con la gran mayoría de su personal anterior.

A mi juicio es buen momento para que se haga un alto en el camino y reflexionar.

Es el momento de la planeación, del trabajo de gabinete y de la evaluación de resultados.

Tiene que ser ahora, mañana quizá sea demasiado tarde.

Hace unos días leí en una columna nacional cómo el señor Napoleón Gómez Urrutia, a quien le fue obsequiada una Senaduría de la Republica, se refería a “100 días inéditos en la política nacional”.

Señaló don Napoleón: “100 días, poco más de 3 meses, pareciera poco tiempo para lograr un impacto de gran calado. Sin embargo, cuando existe la determinación y la visión de Estado, es más que suficiente para encausar el barco en la dirección correcta”.

Por lo visto no solamente a los miembros del Gobierno Federal se les da el adular a su jefe, sino también a algunos legisladores lo cual es entendible y válido, el problema es cuando de tanto repetir sus deseos infundados terminen creyéndoselo y se olviden que lo que espera el pueblo sabio son resultados, no continuar alimentando falsas expectativas de campaña.

De entrada, no han sido 100 días los que lleva el actual gobierno federal, pues debemos recordar que inició en funciones (aunque no oficiales), desde el 2 de julio del 2018, es decir, un día después de la elección AMLO empezó a conducirse como Presidente en funciones, en parte porque así lo sintió y en gran parte porque se lo permitieron, por lo tanto, lleva gobernando a México mucho más de 100 días.

Cuando don Napoleón expresa “es más que suficiente para encausar el barco en la dirección correcta” quizá no se esté mintiendo, pues a su juicio es muy posible que la “dirección correcta” para él, sea hacer sombra a los gobernadores en sus estados con los superdelegados, reducir recursos a los órganos públicos autónomos que, de acuerdo a la Constitución, deben estar fuera de la órbita del Ejecutivo, disminución del financiamiento público a los Partidos y sobre todo, el marcado desprecio que se hace sentir cada mañana en la propia voz del Presidente hacia los funcionarios y empleados que tuvieron la mala fortuna de colaborar en gobiernos anteriores, a quienes no baja de corruptos.

Quizá de acuerdo a don Napoleón, se vaya en la “dirección correcta” cuando cotidianamente, por las mañanas al descargar todos los calificativos negativos posibles, se siga identificando al enemigo en turno, desprestigiándolo y linchándolo mediáticamente aun y cuando no se exhiban pruebas ni haya fundamento legal para ello.

Quizá cuando dicen que “la economía va a la baja y la delincuencia al alza” y enfilan sus baterías a los anteriores gobiernos responsabilizándolos, ignoran o no quieren darse cuenta que ellos están al frente de las mismas Instituciones con la gran mayoría de su personal anterior.

A mi juicio es buen momento para que se haga un alto en el camino y reflexionar.

Es el momento de la planeación, del trabajo de gabinete y de la evaluación de resultados.

Tiene que ser ahora, mañana quizá sea demasiado tarde.

ÚLTIMASCOLUMNAS