ES UNA VIRTUD… Aristóteles, el filósofo de la antigua Grecia, quien vivió en los años 384 a 322 antes de Cristo, se refería constantemente a la mesura como la pauta de la virtud, como lo contrario de los excesos, pero, sobre todo, se refería a ella cuando se topaba en aquellos tiempos con quienes adulados pretendían ser dioses.
Imagine usted amable lector a Aristóteles hace cientos de años, ubicando o como se dice ahora, bajando de su nube a quienes entonces se creían superiores a cualquier ser humano y se comportaban como tal, incurriendo en un desorden del entendimiento, del juicio y de la voluntad.
Por aquellos tiempos antes de la era cristiana, el dramaturgo griego Esquilo nacido en Eleusis, decía que “la desmesura al madurar grana en la espiga del error y la cosecha que se recoge sólo consiste en lágrimas”.
Ya en nuestra era, hace algunos años, un veracruzano nacido en el puerto de Tuxpan de Rodríguez Cano, al norte de la entidad veracruzana, de nombre Jesús Reyes Heroles (1921- 1985), a quien se le ha calificado como el filósofo de la política mexicana, también hacía referencia a la mesura.
Se le recuerda por ejemplo la frase: “La política demanda pasión, pero a la par: mesura, sosiego interno, dominio de sí mismo”, o lo que Aristóteles refería como una de las inscripciones del templo de Apolo en Delfos, “Conócete a ti mismo”.
Conocerse a sí mismo, el principio de toda sabiduría, decía también Aristóteles.
Seguramente usted amable lector, ya se estará preguntando a qué viene este soliloquio sobre la mesura y desmesura, para lo cual la respuesta es simple, pues se trata de una de las últimas promesas del gobernador electo del estado de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, quien en la ciudad de Orizaba, ante empresarios que conforman la Asociación de Industriales del Estado de Veracruz (AIEVAC), se comprometió a quitar —o desaparecer— dos casetas de cobro, la de Fortín que se encuentra entre aquella ciudad y la de Córdoba, la cual se ha mantenido en el mismo lugar desde hace varios gobernadores del estado, perdón, desde hace mucho tiempo.
“Porque son compromisos con la población”, dijo ante empresarios del AIEVAC, anunció que se abocará a desaparecer —o quitar— la caseta de cobro de La Antigua.
La desmesura, que es lo contrario de la mesura, ha vuelto a campear en Veracruz, como cuando se anunció que se acabaría con la inseguridad en seis meses (MAYL); que se cimbraría a todo México (MAYL); que se reduciría al 50% la pobreza en Veracruz (JDO); más inversión pública, más y mejores empleos, un entorno favorable y seguro para la actividad económica (JDO) y más cercana aún, regresaré al Ejército a los cuarteles (AMLO).
Esas incumplidas promesas, son en la mayoría de los casos el talón de Aquiles de los gobernantes que las hicieron, por eso es recomendable la mesura y, sobre todo, el conocerse a sí mismo, para saber qué sí se puede y que no.
PIES DE PLOMO… Pero volviendo al tema que nos ocupa, la desmesura del gobernador electo Cuitláhuac García Jiménez, quien cada vez hace más compromisos que debió hacerlos en campaña —aunque no lo hizo y quizá ésa sea la razón de su gira por el estado de Veracruz—, hoy se engolosina azuzado por sus acomedidos pluripartidistas asesores y va comprometiéndose a cosas que quizá no cumpla y le hagan quedar mal.
QUIEN PREGUNTA SABE MÁS... Sirva todo lo anterior como preámbulo, como contexto, para sugerirle al gobernador electo del estado de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, que mesuradamente pregunte todo lo relativo a la autorización que el Congreso del Estado otorgó para concesionar por 30 años más el libramiento de Plan del Río, así como la situación en que quedó la caseta de La Antigua, ante el madruguete del actual gobernador del estado, Miguel Ángel Yunes Linares y su legislatura, quienes cinco años antes de que concluyera la concesión la reconcesionó por 30 años más, claro por un monto que como dicen los de la bolita Galigorniana, “nadie sabe dónde quedó la bolita”.
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