/ lunes 15 de agosto de 2022

México en llamas 

Lamentablemente, la semana pasada vivimos una de las jornadas más violentas en el país, los mexicanos observamos cómo la violencia se apoderó de Jalisco, Guanajuato, Ciudad Juárez y Michoacán, y los habitantes de esas entidades, vivieron en carne propia bloqueos, incendios, heridos y lo peor, inocentes que perdieron la vida.

Toda esa serie de terribles sucesos, penosamente no es de sorprender, el infierno provocado por la 4T, es la muestra que este gobierno, supuestamente “transformador”, nunca tuvo una estrategia de seguridad, su política de “abrazos, no balazos”, ha sido inútil y las únicas víctimas es el pueblo.

Un día sí, y el otro también los mexicanos vemos más balazos que abrazos y sería muy digno de este gobierno morenista, hacer con urgencia un análisis a fondo en su estrategia de seguridad y replantear una nueva, porque es inconcebible que un niño de 12 años de edad pierda la vida como daño colateral.

Fue sorprendente ver como en 5 estados, rociaron gasolina a todo lo que encontraron a su paso, incendiaron tiendas de conveniencia, vehículos y hasta una gasolinera.

Hoy el país vive la peor crisis de inseguridad, una violencia desbordada, vivimos en un México en llamas, donde todos exigimos que nos devuelvan la paz que la “transformación” nos robó.

Este sexenio ya tiene más de 121 mil homicidios, superando a las cifras registradas en los sexenios anteriores que tan juzga y critica, y de seguir así, será la administración más mortal en la historia de este país.

Tal parece que la delincuencia está abrazada del poder en turno, y al defenderlos tan férreamente, solo provoca que el país se incendie, siendo así el resultado de los abrazos, mientras en la mañanera se minimizará lo sucedido y las vidas perdidas, para repetir que estamos ante la persona más popular de la historia.

Y así pasarán los días, entre la cronología y la semántica presidencial, donde no sabremos si el presidente es parte de la delincuencia o la delincuencia es parte del presidente.

Lamentablemente, la semana pasada vivimos una de las jornadas más violentas en el país, los mexicanos observamos cómo la violencia se apoderó de Jalisco, Guanajuato, Ciudad Juárez y Michoacán, y los habitantes de esas entidades, vivieron en carne propia bloqueos, incendios, heridos y lo peor, inocentes que perdieron la vida.

Toda esa serie de terribles sucesos, penosamente no es de sorprender, el infierno provocado por la 4T, es la muestra que este gobierno, supuestamente “transformador”, nunca tuvo una estrategia de seguridad, su política de “abrazos, no balazos”, ha sido inútil y las únicas víctimas es el pueblo.

Un día sí, y el otro también los mexicanos vemos más balazos que abrazos y sería muy digno de este gobierno morenista, hacer con urgencia un análisis a fondo en su estrategia de seguridad y replantear una nueva, porque es inconcebible que un niño de 12 años de edad pierda la vida como daño colateral.

Fue sorprendente ver como en 5 estados, rociaron gasolina a todo lo que encontraron a su paso, incendiaron tiendas de conveniencia, vehículos y hasta una gasolinera.

Hoy el país vive la peor crisis de inseguridad, una violencia desbordada, vivimos en un México en llamas, donde todos exigimos que nos devuelvan la paz que la “transformación” nos robó.

Este sexenio ya tiene más de 121 mil homicidios, superando a las cifras registradas en los sexenios anteriores que tan juzga y critica, y de seguir así, será la administración más mortal en la historia de este país.

Tal parece que la delincuencia está abrazada del poder en turno, y al defenderlos tan férreamente, solo provoca que el país se incendie, siendo así el resultado de los abrazos, mientras en la mañanera se minimizará lo sucedido y las vidas perdidas, para repetir que estamos ante la persona más popular de la historia.

Y así pasarán los días, entre la cronología y la semántica presidencial, donde no sabremos si el presidente es parte de la delincuencia o la delincuencia es parte del presidente.